viernes, 21 de enero de 2011

LA MUERTE, MAESTRA DE LA VIDA II

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
La muerte, maestra de vida II
La vida, de la que tanto se habla, es uno de los dones que más se pisotean. ¿Qué es para ti la vida y el tiempo?
La muerte, maestra de vida II
Nos vamos a fijar ahora en los efectos que produce la muerte. Recordemos serenamente, fríamente lo que hace con nosotros la muerte.

En primer lugar, la muerte te separa de todo, es un adiós a los honores, a la familia, a los amigos, amigas, a las riquezas, es un adiós a todo. Por eso, si un día tengo que separarme a la fuerza de todo, es absurdo apegarme desordenadamente a tantas cosas. Cuanto más apegado estés, más doloroso será el desgarrón. El ideal es vivir tan desprendido que, cuando llegue la muerte, tenga poco que hacer.

Pero lo más importante es que la muerte determina lo que será mi eternidad. Como el fotógrafo fija un momento concreto en una placa, así la muerte fija las posiciones del alma, y del lado que cayeres, izquierdo o derecho, así permanecerás toda la eternidad. Ya no se podrá cambiar nada.
Aunque hubiera una sola posibilidad entre cien de morir mal, habría que tener mucho cuidado.

Tratándose del asunto más importante de mi existencia, no puedo andar con probabilidades, sino con certezas. La máximas seguridades son pocas. Ninguno de nosotros está confirmado en gracia, ninguno de nosotros puede afirmar que no se perderá eternamente, ningún santo estuvo seguro de ello durante su vida. Mi situación a la hora de morir quedará eternamente fija, no podrá ya cambiar: me salvé, no me salvé. Será para siempre.

La muerte, en tercer lugar, cierra el tiempo de hacer méritos. Después que el árbitro toca para finalizar el encuentro de fútbol, no valen las jugadas ni los goles, se ganó o se perdió. Lo que señala el marcador es lo que queda. Si a la hora de mi muerte he ganado pocos méritos, con esos pocos méritos me quedaré para la eternidad. Quedará solo el lamentarse por no haber aprovechado mejor la vida, la única vida que tenía.

Tú te preparas para un examen, te arreglas para una fiesta. Para el momento del cual depende toda tu eternidad...¿te preparas? ¿Estás preparado en este momento? ¿Estás preparado siempre, o, al menos, casi siempre? ¿Podría morirme tranquilamente este día? Si no, ¿por qué? ¿Me siento preparado para dar ese paso? es decir, ¿he llenado mí vida hasta este momento?

Conviene no dejar pasar un solo día sin llenarlo de algo grande y bueno, de méritos, porque, de la misma manera que se me han ido de la mano tantos días vacíos o casi vacíos, se me irán en lo sucesivo, si es que no pongo un remedio eficaz.

Pero, “hay tiempo todavía, no hay por qué preocuparse ahora”. Eso parecería lógico, el no preocuparse, si se supiera el día y la hora. Pero no lo sabes. ¿Quién te asegura que no anda lejos.?

“Ya me prepararé cuando llegue la hora...” Creo que esto es absurdo, porque hay muertes fulminantes, imprevistas, como la de los accidentes, las repentinas, etc. Hay muchas muertes en que el interesado ni se da cuenta. Y, aunque me quedase mucha vida por delante, y conociese el día de mí muerte, sería imperdonable y estúpido vivir de cualquier manera, porque sería echar a perder esa vida. ¿Qué caso tiene echar a perder toda la vida, menos los últimos días o momentos? ¿La vida es para eso?

Tenemos una eternidad para descansar y una vida bien breve para trabajar y hacer méritos. Anticipar las vacaciones no es bueno, porque salimos perdiendo. Si la muerte cierra el tiempo de merecer, entonces, mientras tenemos tiempo por delante, habrá que aprovecharlo y no dejarlo ir de las manos. ¡Qué poco apreciamos la vida!. Nos damos cuenta verdaderamente de lo que vale la vida en una enfermedad.

Dicen muchos que el tiempo es dinero. Que se queden con el dinero. Que es placer. Que aprovechen. Para otros el tiempo es Reino de Dios, es cielo, es eternidad feliz... ¿Qué escoges tú? ¿Qué es para ti la vida y el tiempo?



La vida, de la que tanto se habla, es uno de los dones que más se pisotean. Al ver cómo viven muchos hombres, uno debe creer que odian la vida y prefieren la muerte.

EN UN HOSPITAL

En un hospital

En un hospital una religiosa atendió, como era su costumbre, con mil finezas a un enfermo que era ateo.
Este al despedirse agradeció diciéndole:

- Hermana, ni una sola vez usted me habló de Dios, pero incontables veces me lo ha dejado ver.....

UN ÁNGEL DE ESPERANZA PARA TI

Un angel de esperanza para ti
Autor: Monica Leffler

Te regalo un ángel de Esperanza, para que vueles en su alas de amor cuando el dolor te supere.
Cuando el camino se te haga cuesta arriba,
No lo dejes...

El está a tu lado subiendo cada peldaño de la vida, para que llegues a la cima donde residen tus sueños más anhelados. Pero recuerda que la Felicidad no descansa , en la cima de esta escarpada montaña .
Sino en cada paso que das al subir un peldaño más, para llegar a ellos.
 Esa es la Vida misma, que se manifiesta a cada instante.
Y la Felicidad reside en los pequeños momentos cotidianos ,que con dificultad sobrellevamos cuando una mano amiga ...
Toma la tuya y te dice:

"Estoy contigo"...
Cuando las cosas anden mal como a veces sucede:
"No abandones"...
Regocíjate en el poder que reside al elevar una plegaria de amor a Dios, aún cuando sientas que todo se derrumba. Porque en el silencio de la oración, reside la Misericordia Divina.

Cuando no consigas resultados y se sumen los problemas:
"No te rindas"...
Los más bellos tesoros de vida , se encuentran detrás de cada experiencia de dolor.
Así es la Vida y allí estoy contigo.
Cuando quieras sonreír y solo puedas suspirar:

"No te caigas"... porque en cada suspiro reside un nuevo soplo de vida.
Cuando la suerte te sea adversa y no encuentres compañeros de lucha:
"No te apartes"... porque mi ángel de esperanza está a tu lado...
Para que no abandones...
Para que no te rindas...
Para que no te caigas...
Esta a tu lado!!!
En son de amor por ti, así ... estoy yo contigo
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