viernes, 28 de enero de 2011

ORACIÓN PARA ANTES DE LEER LA PALABRA DE DIOS

Oración para antes de leer la Palabra de Dios

Bendito seas,
Señor, porque quisiste que tu Palabra “viva y eterna”
se conservara por escrito
en los Libros Sagrados del Pueblo de Israel
y de la Iglesia primitiva.
Nosotros, los veneramos con espíritu filial,
reconociendo en ellos “tu voz de Padre”,
que sale a nuestro encuentro
a fin de revelarnos tus misterios más íntimos.

En medio de tantas palabras que oímos,
leemos y repetimos a diario,
nos alegra poder escuchar ahora la tuya,
como Palabra permanentemente actual y de inagotable riqueza.
Gracias a ella, te conocemos a ti,
“el único Dios verdadero,y a tu Enviado Jesucristo”.
Que su Espíritu nos enseñe
a interpretar correctamente tu Palabra,
y haga brotar de nuestro corazón el deseo de meditarla en silencio,
abriendo nuestra alma a Dios,para alabar,
dar gracias,implorar y pedir perdón.
Amén.

BENDICIÓN


Bendición
Transformó mi vida hoy pidiendo a Dios que me bendiga!



A veces tenemos la impresión de que pedirle a Dios que nos bendiga, sería un acto egoísta. Así que expresamos: "Que Dios te bendiga; o Señor bendice estos alimentos." Sin embargo, no muy a menudo decimos: "Señor bendíceme". El pedir a Dios que nos bendiga sin poner un específico no es un acto egoísta en virtud de que Dios, va a decidir cómo nos va a bendecir y no nosotros. Le has pedido a Dios que te bendiga hoy?

Le doy un giro al día de hoy pidiéndole a Dios que me bendiga. Reconozco que es un hecho verdadero: una vida de bendición esta a mi alcance, mas debo pedir e implorar a Dios para recibir (Mateo 7:8) porque todo el que pide recibe!


"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se abrirá." Mateo 7:7

EN BUSCA DE DIOS


EN BUSCA DE DIOS



¡Te necesito, Señor, porque sin Ti mi vida se seca!
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante Ti.

¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado;
en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.

¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
en el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de tu cotidiana entrega radical.

¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.

¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,
en las capacidades que me has dado,
en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo.


Teilhard de Chardin

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