jueves, 10 de julio de 2014

TÚ ERES...


TÚ ERES...

Tú eres...

VALIENTE... cuando te sobrepones a tus temores y enseñas a otros a hacer lo mismo.

SABIO... cuando conoces los límites de tu sabiduría.

AMOROSO... cuando tu propio dolor no te ciega para ver el dolor de otro.

HONORABLE... cuando te das cuenta que tu honor es para honrar a otros.

GENEROSO... cuando puedes tomar tan dulcemente como cuando das.

HUMILDE... cuando no sabes cuán humilde eres.

LIBRE... cuando tienes control de ti mismo y no deseas controlar a otros..

VIVO...  cuando la esperanza del mañana significa más que tu error de ayer.

CRECIENDO... cuando sabes quién eres, pero no quién serás mañana.

PIADOSO... cuando perdonas en los demás las faltas que condenas para ti mismo.

FELIZ... cuando ves una flor y agradeces el milagro.

HERMOSO... cuando no necesitas un espejo para aseverarlo.

RICO... cuando no necesitas más de lo que tienes.

FUERTE... cuando a tu pena le enseñas a sonreír.

TÚ ERES TÚ... cuando estás en paz contigo mismo.

LA CADENITA



La cadenita

Un joven soldado norteamericano encontró a un iraquí que estaba herido en el suelo. Por un momento dudó en acercarse a él. No se fiaba. Apuntándole con su fusil, fue acercándose poco a poco. El enemigo le pidió ayuda. Después de ver que no estaba armado, le ayudó. Lo cargó a sus espaldas y lo sacó de aquel lugar. Lo llevó a un oasis cercano. Allí intentó ayudarle como pudo. Le hizo un vendaje y le dijo: Creo que con esto podrás aguantar. Cuando recuperes las fuerzas, podrás volver con los tuyos. Espero no luchar nunca contra ti.
El enemigo no le dijo nada. Se llevó la mano a un bolsillo, sacó una cadenita de oro y se la dio en agradecimiento al norteamericano. Y el joven soldado se marchó.


Pero a la mañana siguiente, se produjo una fuerte batalla y el joven soldado norteamericano quedó herido gravemente en una pierna. Fue hecho prisionero por el enemigo. Lo llevaron a un campo de concentración y allí fue atendido por una enfermera enemiga, que hizo todo lo posible por curarlo. Le atendió con mucho cariño, porque en él, veía reflejado a su hijo que también estaba luchando en la guerra.

El joven soldado no sabía cómo darle las gracias. Ni su madre le hubiera cuidado tan bien. Buscó en uno de sus bolsillos y sacó aquella cadenita de oro para dársela en agradecimiento. Cuando la enfermera vio aquello, con voz temblorosa le preguntó:
¿Cómo has conseguido esto? El joven se lo explicó todo, y al instante, la enfermera comenzó a llorar de alegría, porque aquella cadenita de oro que le entregaba, pertenecía a su querido hijo y estaba vivo.

ORACIONES ANTE JESÚS EUCARÍSTICO


ORACIONES ANTE JESÚS EUCARÍSTICO.

Bajo las especies consagradas del pan y del vino, Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdaderamente, real y substancialmente con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad (1). Después de comulgar, procura tomar unos minutos, para dar gracias. Es un acto de fe hacia Jesús continuar un rato después de Misa dándole gracias por la Comunión recibida. Estas oraciones le ayudarán:

Acto de fe
¡Señor mío Jesucristo!, creo que verdaderamente estás dentro de mí con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, y lo creo más firmemente que si lo viese con mis propios ojos.

Acto de adoración
¡Oh, Jesús mío!, te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los Ángeles y a los Santos para adorarte como te mereces.

Acto de acción de gracias
Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen Santísima, Ángel de mi guarda, Ángeles y Santos del Cielo, dad por mí gracias a Dios.


EL AMOR A LA NATURALEZA


EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 10 DE JULIO DEL 2014

Autor: Oscar Lomán | Fuente: Catholic.net
Instrucción a los doce
Mateo, 10, 7-15. Tiempo Ordinario. Estar en medio del mundo como levadura en la masa, sal de la tierra, luz del mundo.
 
Instrucción a los doce
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca: curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que de deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra, que a aquel pueblo.

Oración introductoria

Señor, ayúdame a dejar atrás mi pereza espiritual y mi indiferencia, para que esta oración me dé la luz y fuerza que tanto necesito para vivir tu mandamiento del amor. Tú me das a manos llenas mientras que yo soy mezquino y calculador, por eso te doy mi corazón en esta oración, para que lo transformes con el fuego de tu amor.

Petición

Señor, ayúdame a aprender a ser tu apóstol, a ser hoy mejor de lo que fui ayer.

Meditación del Papa Francisco

Aquí se vive una hospitalidad abierta sin distinción de nacionalidad o de religión, según enseñanza de Jesús: "Gratuitamente han recibido gratuitamente den".
Debemos recuperar el sentido directo del don, de la gratuidad, de la solidaridad. Un capitalismo salvaje ha enseñado la lógica del provecho a cualquier costo, del dar para obtener, del explotar sin mirar a las personas... ¡Y los resultados los vemos en la crisis que estamos viviendo!
Esta casa es un lugar que educa a la caridad, una escuela de caridad, que enseña a estar cerca de cada persona, no por provecho pero por amor. La música -digámoslo así- de esta casa es el amor, y esto es bello y me gusta que seminaristas todo el mundo vengan aquí para hacer una experiencia directa del servicio. Los futuros sacerdotes pueden así vivir en modo concreto un aspecto esencial de la misión de la Iglesia y hacer tesoro para su ministerio pastoral. (S.S. Francisco, 21 de mayo de 2013).

Reflexión

"Jesús, cuando leí por primera vez estas palabras, pensé que te referías sólo a los sacerdotes. Después me di cuenta de que no. También a mí me llamas para ser tu testigo. Me invitas a transmitir tu mensaje de esperanza. Me mandas a curar a los enfermos por el pecado, a resucitar la fe y la esperanza de los abatidos. Quizá no tenga la formación para ir de casa en casa o para dar grandes discursos en las plazas. Pero te propongo un plan. Yo me esforzaré por serte fiel, por vivir con coherencia mi cristianismo, por ser un testigo de tu resurrección como los grandes campeones de la fe. A cambio, te pido, por favor, la gracia de la generosidad, de dejar a un lado mi egoísmo y vanidad y tomar la cruz entre mis manos."

Lanzarse al apostolado del testimonio. Qué hermoso sería si alguno dijese lo que le escribieron a un tal Diogneto en los primeros años del cristianismo: Los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo.Es decir, aquello que le da vida, lo que eleva al mundo.

Vivir en el mundo, sin ser del mundo. Estar en medio del mundo como levadura en la masa, sal de la tierra, luz del mundo. Es una misión difícil y por eso me atrae. Tú has dado tu vida por mí, porque me amas. Ahora me toca a mí.. Amor con amor se paga. Ayúdame a repetir con san Pablo con mis obras: No me avergüenzo del Evangelio.


Propósito

No dejarme influir por la indiferencia o la tibieza al renovar mi espíritu de generosidad.

Diálogo con Cristo

Las instrucciones son claras. Creer, confiar y amar me llevará a vivir en plenitud mi vocación cristiana, a vivirla con pasión y entrega generosa porque sólo tengo una vida y no debo perder el tiempo buscando placeres pasajeros y egoistas. Señor, quiero invertir todo mi tiempo y energia a llevar a cabo la misión que me has encomendado, con tu gracia lo puedo lograr. 

PARA ENCONTRAR A DIOS HAY QUE TRATARLE


Autor: P Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net
Para encontrar a Dios hay que tratarle
Hemos de conocer lo esencial de la vida. Muchas veces vamos por la vida buscando la felicidad, y no la encontramos.


Una mujer comenzó a ir con sus padres a Misa por costumbre. Después, al profundizar en la fe, vio que "empezaba a tener otro sentido, un sentido de compromiso, me sentí más implicada... descubrí el valor de la Eucaristía como un encuentro con Cristo..." 

En nuestra sociedad actual, la asistencia a Misa depende de la costumbre del entorno familiar, de la fe que se ha recibido desde pequeños… y cuando se asiste a Misa por ejemplo en acontecimientos sociales o fiestas principales, incluso los que no saben "qué pasa ahí" sienten alguna motivación, el gusanillo de profundizar, pues no solo queremos vestirnos de fiesta sino que queremos participar en la fiesta, celebrarla. Como en las familias, que tienen un plato preferido para ciertas celebraciones. Queremos tener una relación viva y personal, maravillosa, con Jesús. Qué lástima, escuchar palabras y cantos, pero no gozar plenamente de las emociones estéticas en la música o en la belleza de las celebraciones, al no vivir la esencia de la Misa y de la comunión... Recuerdo un compañero de estudios que iba a la catedral de Córdoba a escuchar la Misa del domingo fascinado por la belleza de la liturgia y la música. Es difícil entender a Bach sin su fe, pues muchas composiciones están unidas a un sentimiento. 

Hemos de conocer lo esencial de la vida. Muchas veces vamos por la vida buscando la felicidad, y no la encontramos... más tarde nos damos cuenta de que estaba allí al lado, en las cosas pequeñas de cada día, en las cosas obvias, que son las que olvidamos más fácilmente, y así nos va... Como el sentido religioso, el sentido trascendente de las cosas. Olvidamos las cosas que no proporcionan un inmediato beneficio práctico con la excusa de que "no sirven para nada", cuando son las que más sirven. Cuando faltan estas cosas, nos damos cuenta de que la vida no sirve para nada. Cuentan de una araña que se dejó caer por uno de sus hilos desde un árbol, para anclar los soportes alrededor de una rama y tejer su telaraña, esa malla que va engrandeciéndose con sucesivas vueltas, hasta completar su obra. Entonces, paseándose por su territorio, orgullosa de su realización, mira el hilo de arriba y dice: "éste es feo, vamos a cortarlo", olvidando que era el hilo por donde empezó todo, el que sustentaba todo. Al cortarlo, la araña desmemoriada cayó enredada en su red, prisionera de su obra. Así nosotros, encerrados en la obra de nuestra inteligencia o en el cuidado de tantas cosas... podemos olvidar la esencial, cuando cortamos el hilo de soporte. ¡No prescindamos de Dios! Es el soporte de todo lo invisible, los valores de amor y respeto a los demás, en definitiva, de la felicidad. Esta dimensión invisible de la vida. Si no, nos enmarañamos en cosas que nos hacen perder la libertad. 

La necesidad de dar culto a Dios está en lo más profundo de nuestro interior (y cuando no le hacemos caso, se proyecta en forma de supersticiones varias, idolatrías de todo tipo, sectas variopintas pero peligrosas algunas de ellas, o una apatía brutal por la que no se ve sentido a nada...) Estamos en una época de "complejidad", en la que hay avances técnicos de todo tipo (en el campo científico, en el genético, en la informática...) y en medio del estado de bienestar, muchos de nuestros compañeros de viaje están prisioneros de la angustia ante el futuro, tienen miedo, incluso miedo a vivir. ¿Por qué tanta inseguridad? Porque quizá hoy se absolutiza el bienestar y éste no da respuesta al sentido de la vida, impide volar hacia arriba, mirar el cielo, en ese horizonte no hay Dios; es el gran ausente. 

Todo ello causa el sentimiento de "insoportable ligereza del ser". En medio del pensamiento moderno que tiene tantas cosas buenas tenemos al hombre enfermo de frustración y un deseo de búsqueda de Dios, de ahí las profecías de que el siglo XXI sería "místico", porque es la única forma de recuperar el norte. Se intuye que la medicina es la misma: recuperar la idea de Dios, que sirve para cultos e ignorantes, enfermos y sanos, pobres y ricos... 

Pero para hallar a Dios hay que tratarle, darle culto. Y no externo, sino que implique la conciencia, un trato de corazón a corazón, fruto del amor y no de la costumbre, creando un "espacio interior" en nuestra conciencia, solos ante el espejo ante el cual encontramos el sentido de la vida, la seguridad que nos falta. 

La religión pertenece a las cosas importantes de la vida. Cuentan de un barquero que llevaba gente de un lado a otro de un gran río, y un día subió un sabiondo que empezó a increparle diciéndole: "¿conoces las matemáticas?" -"no", contestó el barquero. -"Has perdido una cuarta parte de tu vida. ¿Y la astronomía?" -"¿Esto se come o qué?", contestó el pobre. "-Has perdido dos cuartas partes de tu vida". -"¿Y la astrología?" -"Tampoco", dijo el barquero. "-¡Desgraciado, has perdido tres cuartas partes de tu vida!". En aquel momento la barca se hundió, y viéndolo que se lo llevaba la corriente, le dijo el barquero: -"¡Eh, sabio!, ¿sabes nadar?" -"¡No!", contestó desesperado. -"Pues has perdido las cuatro cuartas partes de tu vida, ¡toda tu vida!" Pues para quien va por un río, lo importante no es saber tantas cosas sino saber nadar. Así las cosas esenciales de la vida, muchas veces olvidadas, son saber quién soy, de dónde vengo y adónde voy, y descubrir el sentido religioso y -como dice el viejo refrán- al final de la vida el que se salva sabe y el que no, no sabe nada. Los peces se ahogan sin agua y los hombres se asfixian sin aire, así nuestra alma sufre asfixia si no tiene saciada esta sed de Dios, pues el corazón del hombre está inquieto y sin paz hasta que reposa en Él. 

La religión es una experiencia personal de la que no podemos prescindir, es una necesidad. Y también es social, constituye una de las tradiciones no sólo culturales sino también basilares de la misma familia: la familia que reza unida permanece unida, dice el refrán. Ante una crisis familiar, para resistir ante las dificultades, es importante ver el cielo, recordar el sentido divino del contemplar el cielo. 



Fragmento del Capítulo 1 del Libro "Mi Querida Misa. La belleza de la Eucaristía y del domingo" 

PRESENTARON AL PAPA FRANCISCO LA NUEVA APLICACIÓN THE POPE APP


Presentaron a Papa Francisco
 la nueva aplicación "The Pope App"

Ha sido presentada al Papa Francisco la nueva versión de “The Pope App”, desarrollada bajo la dirección del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. El Arzobispo Claudio María Celli, presidente de este Pontificio Consejo, y el coordinador del proyecto, Thaddeus Jones, mostraron al Pontífice las diversas funciones y posibilidades que ofrece el App a los usuarios. El Papa expresó su aprecio por los esfuerzos y el trabajo realizados por todos los medios de comunicación del Vaticano para reforzar su presencia y participación en el mundo digital.


Lo indicó ayer el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales en su web precisando que "The Pope App” 2.0 está disponible gratuitamente en iTunes (para Apple) y Google Play store (para Android) desde el 4 de julio. Permite tener en todo momento al alcance de la mano las últimas noticias e informaciones sobre el Papa Francisco y la Santa Sede, elaboradas por los medios de comunicación vaticanos y recogidas y publicadas en News.va, el “hub” o nudo de la red oficial de dichos medios.

Con “The Pope App”, además de recibir estas noticias, se puede seguir en directo las celebraciones papales y las audiencias; recibir notificaciones de los eventos públicos en los que participa el Pontífice; ver vídeos y fotos de estos actos; leer los últimos tuits de la cuenta papal en Twitter (@PONTIFEX_ES) y los textos completos de las homilías y discursos del Papa Francisco; ver en directo la Plaza, la Basílica de San Pedro y otros lugares de la Ciudad del Vaticano a través de las Webcams situadas en ella; y consultar todo el contenido que ofrecen los medios vaticanos on line.

La versión 2.0 del App renueva visualmente la primera con un diseño que facilita el acceso a los contenidos y permite mayor control sobre las preferencias del usuario. Por ejemplo, es posible elegir entre los cinco idiomas en los que se ofrece el App: inglés, español, francés, italiano y portugués. Los contenidos se pueden subrayar, copiar y compartir fácilmente, e incluso ser salvados para leerlos posteriormente.

“The Pope App” y News.va son servicios proporcionados y gestionados por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (www.pccs.va), en cooperación con los medios vaticanos: L’Osservatore Romano, la Radio Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano (CTV), la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la Oficina Internet y la Agencia Fides.

Les animamos a enviarnos su opinión sobre el App, sugerencias sobre otros servicios y características que se podrían aportar, y, sobre todo, avisos sobre “bugs” (errores del programa), de forma que podamos solucionarlos. Periódicamente se publicarán actualizaciones del App, dada la creciente variedad de teléfonos móviles, tabletas y sistemas operativos en uso. Pueden escribirnos a: 

info@news.va.
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