miércoles, 23 de julio de 2014

LA ABNEGACIÓN Y LA SANTIDAD


LA ABNEGACIÓN Y LA SANTIDAD


Para llegar a ser santos hay que seguir a Jesús. Y ya el Señor nos ha dicho que si queremos seguirle, debemos negarnos a nosotros mismos. Por eso un aspecto que debemos tener muy en cuenta en nuestra santificación es la abnegación, es decir, trabajar por vencer nuestro egoísmo y la búsqueda de placeres y comodidades, y en cambio vivir en el servicio a Dios y a los hermanos, haciendo pequeños sacrificios y renuncias.

Hay que tratar de entrar por la puerta estrecha, nos ha dicho Jesús, y el Reino de Dios lo alcanzarán los que se hacen violencia, es decir, los que tienen puesta la mirada en las cosas celestiales y utilizan lo material para alcanzar el Cielo y no para atarse a este mundo que pasa.

Hoy mismo debemos comenzar con esto, puesto que no hace falta esperar grandes ocasiones para practicar la abnegación, basta con que hagamos bien las cosas ordinarias de todos los días. Porque cada día nos trae multitud de oportunidades para negarnos a nosotros mismos y cumplir nuestro deber, en lugar de hacer lo que se nos da la gana.

Por eso es imprescindible la obediencia a Dios y a los superiores, porque como dice la Escritura: “El hombre obediente cantará victoria”, y obedeciendo a Dios en sus Mandamientos, es como nos negamos a nosotros mismos, haciendo lo que a Dios le agrada, y mortificando nuestra propia voluntad para hacer la Voluntad de Dios.

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La Perfecta Abnegación de sí mismo 
Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada dìa y sìgame (Lc. 9,23). 

El desprendimiento real o afectivo de todas las cosas creadas es muy importante y absolutamente indispensable, para llegar a la PERFECCIÓN CRISTIANA.... Pero poco importaría desprenderse de los lazos de criaturas exteriores, si nuestro espíritu no lograra desembarazarse también de nuestro propio yo, que constituye el mayor de los obstáculos para volar libremente hacia Dios.
Santo Tomás afirma que EL EGOÍSMO, o amor desordenado de sí mismo, es el origen de TODOS LOS PECADOS... Y lo razona diciendo que todo pecado procede del apetito desordenado de algún bien temporal... Pero esto no sería posible si no amáramos desordenadamente nuestro propio yo, que es para quien buscamos ese bien... De esto se desprende que el desordenado amor de sí mismo, es la causa de todo pecado... De él proceden las tres concupiscencias de que habla el apóstol San Juan (1 Jn 2,16)... L A DE LA CARNE... LA DE LOS OJOS... Y LA SOBERBIA DE LA VIDA... Que son el resumen y compendio de todos los desordenes.
El amor desordenado de sí mismo ha construido, según San Agustín, LA CIUDAD DEL MUNDO FRENTE A LA DE DIOS... Nos ha señalado con esto, la tendencia más perniciosa del AMOR PROPIO... Precisamente por ser la raíz y fuente de todos los pecados, las manifestaciones del amor propio son variadísimas y casi infinitas... Pero ninguna resulta tan perjudicial para la propia santificación, como ese “GLORIARSE DE SÍ MISMO”, que constituye al propio YO, en centro de gravedad alrededor del cual han de girar todas las cosas... Hay almas que se buscan a sí mismas en todo, hasta en las cosas más santas... “En la oración que mantienen o prolongan cuando encuentran en ella suavidad y consuelo... Y la abandonan cuando experimentan desolación o sequedad”.

“En la recepción de los sacramentos, en los que buscan únicamente las consolaciones sensibles”... “En la dirección espiritual, que consideran como una nota de distinción, y en la que, por supuesto, buscan siempre el director “de moda” o el que les deja vivir en paz con sus miras egoístas y caprichosas”... “En los deseos mismos de santificarse, que no los subordinan enteramente a la mayor gloria de Dios y al bien de las almas, sino que los orientan a sí mismos, como el mejor ornato de sus almas acá en la tierra y para aumento de felicidad y gloria en el cielo”... No acabaríamos nunca, si quisiéramos recoger aquí las infinitas manifestaciones DEL EGOÍSMO Y AMOR PROPIO.

El alma que aspire a la perfecta unión de Dios, de nada ha de recelar tanto como de este AMOR PROPIO, que se infiltra sutilmente hasta en las cosas más santas... Ha de examinar el verdadero móvil de sus acciones, rectificando continuamente la intención y no poniendo como blanco y fin de todas sus actividades y esfuerzos, mas que la gloria de Dios y el perfecto cumplimiento de su divino beneplácito... Traiga continuamente a su memoria las palabras terminantes del DIVINO MAESTRO, que hacen de la perfecta abnegación de sí mismo, la condición indispensable para seguirle... 

“SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MÍ, NIÉGUESE A SÍ MISMO, TOME SU CRUZ DE CADA DÍA Y SÍGAME”... (Lc 9,23)

EL ABECEDARIO DEL AMOR



El abecedario del amor
Autor: Luciana Brescacin


Cuando a mí me enseñaron el abecedario, la maestra nos hacía relacionar el sonido de cada vocal o consonante con el dibujo de un objeto cuyo nombre iniciaba con el sonido de la letra que estábamos estudiando. Recordando esto, pienso que podríamos profundizar en lo que es el amor si a cada vocal o consonante le pusiéramos las características de lo que es y debiera ser el amor porque él, en sí mismo encierra su propio abecedario.

A de aprecio. Apreciar al ser que se ama es darle su valor, es considerarlo digno de afecto y de reconocimiento. Se ama a la persona humana, rica siempre -no obstante sus defectos y limitaciones- en cualidades y potencialidades a las que el amor deberá de ayudar a desarrollarse a lo largo del tiempo. Se aprecia a la persona por lo que es,
independientemente de lo que tiene y de su apariencia externa.

B de búsqueda. El amor es una continua búsqueda del bien para el ser amado.
Para ello es preciso conocerlo, descubrir su riqueza interior, encontrar
los medios para su crecimiento y desarrollo hacia la plenitud de su ser. El amor es una aventura hacia el descubrimiento de la grandeza y trascendencia de la persona humana. 

C de coherencia. Decir lo que se piensa y vivir lo que se dice, eso es la
coherencia. Vivir y tratar de vivir siempre lo que se promete es ser
coherente. La coherencia en el amor es la unión íntima de dos seres entre
sí, el esfuerzo por realizar, a costa de cualquier dificultad, el
compromiso de entrega asumido en el momento del encuentro y de la decisión de donarse recíprocamente. La coherencia es signo de madurez en el amor.

D de diálogo. El amor es comunicación. Es el encuentro íntimo de dos
personas, el diálogo constante de dos mentes, dos voluntades, dos
corazones... dos cuerpos. A través de gestos y palabras se establece un
dinamismo de comunicación y escucha que lleva al conocimiento recíproco, a la valoración y, de ahí, a la entrega auténtica.

E de esperanza y entrega. Así como el amor produce esperanza, confianza en el otro y en el futuro de los dos, la falta de éste causa apatía, desinterés, desconfianza y desaliento. El entusiasmo por la vida nace de una actitud de amor sincero y de entrega a los demás. El amor es entrega porque es ponerse en manos del otro, regalándose y dedicándose a él.
Aunque mucho cuidado, con esto no quiero decir que uno debe entregarse físicamente, cuidado con el acto sexual antes del matrimonio, esto no agrada a Dios. La entrega es el llamado más hondo y sublime de la naturaleza humana, por eso el hombre está llamado a amar, como su misión más alta y prioritaria en la vida.

F de fiel y fecundo. Ser fiel es ser leal con el otro. El verdadero amor no
puede dejar de ser fiel ya que es don de sí mismo al otro y, cuando se hace un regalo, no se pide -luego de algún tiempo- su devolución. Además el amor es fecundo porque produce y se reproduce, mientras que el egoísmo destruye y acaba con la dignidad del otro.

G de generoso. La generosidad implica nobleza y sinceridad, implica darse sin medida, sin conveniencias. Quienes del amor hacen un negocio, un trato interesado, devalúan el arte de dignificar a la persona humana y pisotean una de las cualidades que elevan al amor y lo colocan por encima de cualquier otra actividad.

H de humilde y honesto. El amor no es egoísta ni soberbio sino humilde
servicio a la persona amada, reconociendo en ella un don digno de ser
cuidado con lo mejor de sí mismo. Para que el amor sea auténtico, se
necesita reconocer los propios defectos y las cualidades del otro con
sinceridad y honestidad aunque a veces cueste aceptarlo.

I de invitación. El amor es una invitación a crecer en todos los aspectos,
es invitar a el otro a ser mejor, es ofrecer un camino de realización
personal.

J de joven. La juventud no consiste tanto en la edad corporal, cuanto en un estado de vitalidad y renovación interior, aunque esta palabra se use más por determinar una época de la vida que para otra cosa. Por eso el amor es joven por ser y tener que ser siempre nuevo. 

L de luz. Luz en el amor significa saber iluminar y guiar la vida de la
persona amada pero con Cristo como cabeza. Quien se acerca a un hombre o a una mujer que ama, descubre un manantial de vida para su existencia y claridad para el camino y la meta de su vida.

Ll de llamado. En el amor existe un llamado constante a la persona amada para que sea luz, y a la vez es una llamado personal a ser luz para nuestra pareja. Y juntos un llamado para ser luz para los demás.

M de movimiento y meta. El amor es dinámico, es actividad continua en bien del otro, es esfuerzo efectivo para edificar su personalidad, implica
variedad en sus manifestaciones y evita la rutina en el transcurso del
tiempo. Meta, además, porque el amor en sí es un gran objetivo por alcanzar.

N de núcleo. El amor es el núcleo de la vida misma. Hay un dicho que dice así: "el que no ama no vive", porque el ser humano está llamado a amar y amando es como construye la vida, crece en su personalidad y a la vez ayuda a crecer al otro.

O de optimista. El amor no puede dejar de ser optimista, aunque no deje de ser realista. El optimismo implica la esperanza y la ilusión de un futuro mejor para sí y para la persona amada. Optimismo que se fundamenta en Dios, como lo superior a todo.

P de perseverancia. Es tener firmeza y constancia en mantener lo prometido.
De nada sirve emprender un camino si no se llega al término del mismo. La grandeza de un hombre y de una mujer se encuentra en su capacidad de ser perseverantes en el esfuerzo de donarse sin límites a través del tiempo.

Q de Querer. Amar es querer con la fuerza de voluntad más que con los
sentimientos. Siempre basados en la voluntad del Dios y padre Celestial. Es la expresión más auténtica de la decisión libre y personal de buscar el
bien del otro.

S de sacrificio y de silencio. El amor exige el sacrificio entendido como
ofrenda, como don, y esto implica callar el propio egoísmo, sin dejar de exigir lo que en justicia corresponde.

T de trabajo. El amor no puede dejar de ser trabajo, acción continua,
esfuerzo constante por lograr su culminación en cada instante, no sólo al
final de la vida.

U de único y de universal. El amor es único porque no es repetible, y al
mismo tiempo es universal porque es común a todos y dirigido hacia todos. El ser humano puede y necesita amar, y cada uno ama de forma única.

V de valiente. Para amar se necesita mucho valor, se necesita "garra" y
valentía frente a una mentalidad adversa, que ha desvirtuado el sentido del amor y lo ha convertido en una expresión más del egoísmo.

Z de zumo. El amor es el jugo de la vida, es lo que da sabor a la lucha y
al esfuerzo diario, es el alimento de la propia historia. Después del
abecedario se antoja una pregunta... 

¿Vale la pena vivir? ¡Sí! porque podemos amar. Y Dios es amor, el que no ama no es de Dios porque El es amor, así que a amar, pero con todo esto que acabamos de mencionar, y mucho mas que aun queda por mencionar, pero que Dios no lo define claramente en primera Corintios 13.

ORACIÓN POR LA SALUD DE UN ENFERMO O ENFERMA



Oración por la salud de un/a enfermo/a......

Dios todopoderoso,
dador de la salud
y remedio de todos los males,
concede tal seguridad de tu presencia en
en este/a enfermo/a,
que pueda tener plena confianza en ti,
a fin de que, envuelto en tu amor
y en tu poder,
pueda recibir (nombre del/la enfermo/a).,
la salud y la salvación, según tu libre
voluntad. en medio de sus sufrimientos
pongo en ti mi confianza.

Padre misericordioso,
tu que conoces hasta donde llega la buena
voluntad del hombre,
tu que nunca niegas el perdón a los que
acuden a ti,
compadécete de tu hijo/a (nombre del/la enfermo/a).,
te pedimos que,
ayudado por la oración de nuestra fe,
se vea aliviado en su cuerpo y en su alma,
obtenga el perdón de sus pecados.
y sienta la fortaleza de tu amor.

Señor Jesucristo,
redentor de los hombres,
que en tu pasión
quisiste soportar nuestros sufrimientos
y aguantar nuestros dolores,
te pedimos por (nombre del/la enfermo/a),que esta enfermo/a:
Tu, que lo/la has redimido,
aviva en el/ella la esperanza de su salvación
y conforta su cuerpo y su alma.
Tu, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
AMEN, AMEN, AMEN.

LA CALUMNIA


La calumnia


Estando hablando Pedro, uno de sus seguidores le preguntó: 

- Dime Pedro, ¿cuál es el mayor pecado? 

Todos pensaron que contestaría, los de origen sexual, los asesinatos, el adulterio, etc. 

El le respondió así: - Mira, mientras lo pienso, ve al mercado, cómprame un pollo y mientras regresas me lo vas pelando. 

El hombre se quedó con la intriga, pero hizo lo que le indicó Pedro, interrogándolo nuevamente a su vuelta, ya con el pollo pelado. 

- ¿Me dirás ahora cuál es el pecado más grande? 

- Si, te lo voy a contestar, pero antes vuelve y recoge todas las plumas del pollo. 

- Pero es imposible, es una locura. 

- Bueno, ¡así es el pecado mas grande!: La Calumnia, porque son palabras arrojadas al viento, que después son imposible de recoger. El daño que causan es irreparable. 

Y algo de cierto ha de tener esta leyenda, porque en la primera carta de Pedro, Capitulo 3, dice: Basta una llama pequeña para incendiar un bosque inmenso. La lengua también es de fuego. Es un mundo de maldad, nuestra lengua mancha a toda persona y comunica el fuego. Todos los animales salvajes han sido dominados por el hombre, pero él no ha podido dominar su lengua, ella es un látigo incansable, lleno de mortal veneno. Con ella bendecimos a Dios y con ella maldecimos a los hombres. De la misma boca salen la bendición y la maldición.

LA ADMIRACIÓN NO INTERROGA NUNCA


La admiración no interroga nunca
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB



“La admiración no interroga nunca: con admirar comprende” (Benavente).


Si admiraras el don de tus padres, no dirías nunca el tópico:”No me comprenden”.

Si vieras en tus amigos sus buenas cualidades, su parte positiva y les corrigieras a tiempo sus errores o fallos, nunca dirías: “ No me comprenden”.
Si dijeras a tu marido o esposa siempre la verdad y os admiraseis como el día de la boda, nunca diríais: “No me comprenden”.

Si tú mismo te admiraras más a ti mismo y te positivaras, nunca le echarías la culpa de comprensión a los otros.
Porque, si lo analizas bien, decir ese tópico es tanto como decir que el problema está en los demás y nunca en ti mismo.

Estás tan oscuro como la noche o la sima más profunda. Ciertamente que, debido a la diferencia de edad, de cultura, de comportamientos puede surgir algún instante de incomprensión.

Pero, ¿quién no se equivoca?
Tú miras las cosas desde el punto de vista en que estás situado.
Y desde este punto de vista, descuidas la admiración dela bondad y calidad de la otra persona. Mal hecho. En lugar de interrogar tanto, admira más y comprenderás mejor.

La sabiduría popular enseña: “ Dos no riñen si uno no quiere”. Aplícate el cuento si lo necesitas.

Dos jóvenes, él y ella, se dijeron una vez después de muchas discusiones e incomprensiones: Vayamos cada uno por su lado. Nos falta admiración mutua y así nunca seremos felices.

¡Vive hoy feliz!

CRISTIANISMO... RELIGIÓN PARA VALIENTES


Autor: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
Cristianismo...religión para valientes
No nos acobardemos, no tengamos miedo, al contrario, nos hemos de sentir orgullosos de ser y profesar el ser cristianos.



"Hace muchos, muchos años..." así empezaban los cuentos de antaño, pero esto no es un cuento sino una tremenda y dolorosa realidad, los primeros cristianos fueron perseguidos y martirizados de una y mil maneras de lo más bárbaras e inhumanas: encarcelados, torturados, decapitados y así murieron los primeros testigos de Cristo y después... una serie incontable de seres humanos, a través de los siglos han derramado su sangre sobre la faz de la Tierra por dar testimonio de su fe y por querer seguir con el mandato, que a todos nos obliga y que Cristo nos dejó: ¡Id, por el mundo y predicar el Evangelio! 

Se escondían en catacumbas para celebrar la Santa Misa y repartir la Eucaristía, pero llenos de valor con la presencia del Espíritu Santo en sus corazones, salían a dar evidencia, cumpliendo la petición que el Maestro les dejara al partir, para reunirse ya resucitado, con su Padre. 

Hoy, a muchos años de distancia, tanto como algo más de 20 siglos, seguimos viendo que aquello que dijo Jesús: 

Si el mundo os odia, sabed que a mi me ha odiado antes que a vosotros. Si fueraís del mundo, el mundo amaría lo suyo ,porque yo al elegirlos os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Si a mi me han perseguido también os perseguirán a vosotros. Pero todo esto lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mi. Os he dicho esto para cuando llegue la hora, os acordeís de que yo ya os lo había dicho (Juan 15, 14-16) . 

Y esto se hace verdad a través del tiempo y hasta nuestros días. El Santo Papa Juan Pablo II llevó a los altares a muchos mártires mexicanos y a sacerdotes, religiosas y laicos de la Guerra Civil española y del mundo entero. 

Constante y tristemente nos llegan noticias, de cómo en algunas aldeas en lejanos países mueren asesinados por defender la religión católica... La sangre sigue y seguirá derramándose hasta el final de lo tiempos porque las palabras de Cristo se cumplen. 

Al Papa Francisco le duele el corazón y sufre por sus hijos, a nosotros, tan lejanos de esa tierras, también. 

Y no siempre se llega al extremo de derramamiento de sangre, porque gracias a Dios, no en todo el mundo los seres humanos son perseguidos por su fe, pero de una u otra forma, aunque se vive en naciones donde hay libertad de cultos, a veces nos duelen las burlas y los comentarios de personas que nos tildan de anticuados y "mochos" por nuestro modo de pensar y de vivir. 

No nos acobardemos, no tengamos miedo, al contrario, nos hemos de sentir orgullosos de ser y profesar el ser cristianos. 

Y llenos de paz y de alegría recordemos siempre las palabras de Cristo al decirnos:- Por todo aquel que se declare por mi ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quién me niegue ante los hombres, lo negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. (Mateo 10, 32. Lucas, 12, 8-9.) 

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 23 DE JULIO DEL 2014

Autor: P.Clemente González | Fuente: Catholic.net
El que tenga oidos, que oiga
Mateo 13, 1-9. Tiempo Ordinario. ¿Quiénes pueden escuchar y entender a Cristo? Los que no tienen prejuicios, los que tienen un corazón sencillo.
 
El que tenga oidos, que oiga
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento: otros, sesenta: otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.

Oración introductoria

Gracias, Señor, por este tiempo de oración, ayúdame a ser una buena tierra para aprovechar bien esta contemplación. Incrementa mi fe para que pueda descubrirte en lo ordinario de este día. Aumenta mi esperanza para que pueda confiar en Ti siempre. Ensancha mi amor para serte fiel en los detalles más pequeños que hoy pongas en mi camino.

Petición

Señor, concédeme vivir unido a Ti, para dar muchos frutos para la misión.

Meditación del Papa Francisco

Un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios.
Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la "seguridad" doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e involutiva. Y así la fe se convierte en una ideología entre tantas otras.
Por mi parte, tengo una certeza dogmática: Dios está en la vida de cada uno. Y aún cuando la vida de una persona haya sido un desastre, aunque los vicios, la droga o cualquier otra cosa la tengan destruida, Dios está en su vida. Por eso, se puede y se debe buscar a Dios en toda vida humana. Aunque la vida de una persona sea terreno lleno de espinas y hierbajos, alberga siempre un espacio en que puede crecer la buena semilla. Es necesario fiarse de Dios. (S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2013).

Reflexión

Hay hombres que han sobresalido por sus grandes discursos. Sin duda, hombres formados y con excelentes capacidades para la oratoria. Sin embargo, el mensaje más importante, el que trajo Jesucristo de parte de Dios, su Padre, no se construyó utilizando un vocabulario y unas estructuras gramaticales prodigiosas, sino con palabras sencillas: tierra, semillas, pájaros, sol...

Jesús utilizó las parábolas para explicar los grandes contenidos de su predicación. De esta manera no excluía a nadie, porque todos podían entenderle. ¿Todos? Bueno, sólo aquellos que tuvieran oídos para escucharle.

¿Quiénes pueden escuchar y entender a Cristo? Principalmente los que no tienen prejuicios, los que tienen un corazón sencillo, los que permiten que el Espíritu Santo les hable en lo más profundo del alma.

Por unos instantes, vamos a situarnos en la escena de este evangelio. Jesús se sentó junto al lago y acudió mucha gente.

¿Guardamos cada día unos momentos para acudir a ese "lago" para escuchar a Dios? ¿Con qué frecuencia tomamos entre las manos las páginas la Biblia? Es allí, en esa intimidad, en la que Dios nos habla y nos desvela sus secretos. Es en la oración donde hace que las sencillas palabras impacten en nuestro corazón y nos transformen.

Diálogo con Cristo 

Señor, desde la eternidad has sembrado en mi corazón la vocación de ser tu discípulo y misionero. Permite que la semilla de mi fe, recibida en mi bautismo, crezca y dé abundantes frutos para el bien de los demás, principalmente aquellos más cercanos. Ayúdame a vivir con el constante deseo de trabajar por Ti y corresponderte como Tú te mereces.

Propósito

Pidiendo la luz del Espíritu Santo, darme un tiempo para reflexionar y descubrir ese apego que no me deja crecer en mi amor a Dios y a los demás. 
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