domingo, 14 de septiembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 14 DE SEPTIEMBRE DEL 2014 - LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ


Domingo 14 Septiembre 2014

Beato José Gabriel del Rosario Brochero 


PRIMERA LECTURA

Números 21,4b-9.

En el camino, el pueblo perdió la paciencia 
y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!". 

Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas. 

El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes". Moisés intercedió por el pueblo, 
y el Señor le dijo: "Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado". 

Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado. 



Salmo 78(77),1-2.34-35.36-37.38.
Pueblo mío, escucha mi enseñanza, 
presta atención a las palabras de mi boca:
yo voy a recitar un poema, 
a revelar enigmas del pasado.

Cuando los hacía morir, lo buscaban 
y se volvían a él ansiosamente:
recordaban que Dios era su Roca, 
y el Altísimo, su libertador.

Pero lo elogiaban de labios para afuera 
y mentían con sus lenguas;
su corazón no era sincero con él 
y no eran fieles a su alianza.

El Señor, que es compasivo, 
los perdonaba en lugar de exterminarlos; 
una y otra vez reprimió su enojo 
y no dio rienda suelta a su furor.


SEGUNDA LECTURA

Pablo a los Filipenses 2,6-11.

Jesucristo, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: 
al contrario, se anonadó a sí mismo, 
tomando la condición de servidor 
y haciéndose semejante a los hombres. 
Y presentándose con aspecto humano, 
se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. 
Por eso, Dios lo exaltó 
y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, 
para que al nombre de Jesús, 
se doble toda rodilla 
en el cielo, en la tierra y en los abismos, 
y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: 
"Jesucristo es el Señor". 


EL EVANGELIO DE HOY:

Juan 3,13-17.
Jesús dijo a Nicodemo: 
«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. 
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, 
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. 
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. 
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.» 


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 
Leer el comentario del Evangelio por : 

Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa 
Poesía “Signum Crucis”, 16/11/1937 

“Para que el mundo se salve por él”

[…] Hecho hombre por amor a los hombres, 
regaló la plenitud de su vida humana 
a las almas que escogió. 
Él, que formó cada corazón humano, 
quiere un día manifestar 
el sentido secreto del ser de cada uno 
con un nombre nuevo que sólo comprende el que lo recibe (Ap 2,17). 
Se unió a cada uno de los elegidos 
de una manera misteriosa y única. 
Sacando fuerzas la plenitud de su vida humana, 
nos regaló la cruz. 

¿Qué es la cruz? 
El signo del mayor oprobio. 
El que entra en contacto con ella 
es rechazado por los hombres. 
Los que un día Lo aclamaron 
se vuelven contra Él con pavor y no Le conocen de nada. 
Les es entregado sin defensa a sus enemigos. S 
obre tierra no le quedan nada más 
que los sufrimientos, los tormentos y la muerte. 

¿Qué es la cruz? 
El signo que señala el cielo. 
Muy por encima del polvo y las brumas de aquí abajo 
se eleva alta, hasta la luz más pura. 
Abandona pues lo que los hombres pueden coger, 
abre las manos, estréchate contra la cruz: 
ella te lleva entonces 
hasta la luz eterna. 

Levanta la mirada hacia la cruz: 
Ella extiende sus travesaños 
a manera de un hombre que abre los brazos 
para acoger al mundo entero. 
Venid todos, vosotros que penáis bajo el peso de la carga (Mt 11,28) 
y también los que gritáis, sobre la cruz con Él. 
Ella es la imagen de Dios que, crucificado, se quedó lívida. 
Ella se eleva de la tierra hasta el cielo, 
como El que subió al cielo 
y quiso llevarnos allí a todos juntos con Él. 

Abrazando solamente la cruz, lo posees a Él, 
el Camino, la Verdad, la Vida (Jn 14,6). 
Si llevas tu cruz, es ella quien te llevará, 
será tu gloria.

DIOS ES INFINITAMENTE JUSTO Y TODO LO SABE


Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net 
Dios es infinitamente justo y todo lo sabe
Quien nada debe, nada teme. El juicio de Dios vendrá tarde o temprano y la verdad se hará relucir con su implacable justicia.


Dios es infinitamente justo y todo lo sabe

Todos hemos tenido experiencias de tratos injustos, cuántos juicios ajenos a la verdad han vivido tantas personas, cuántos intereses creados en la sociedad, en la que siempre buscamos un culpable aunque no lo sea, inventamos las pruebas necesarias para condenarlo. 

Dios es justo y eternamente misericordioso, si nosotros hemos sido leales, correctos y honestos, nada nos pasará, como bien dice el refrán, "Quien nada debe, nada teme", el juicio de Dios vendrá tarde o temprano y la verdad se hará relucir con su implacable justicia. No nos engañemos, no seamos cómplices de acciones objetivamente malas, no cambiemos lo códigos morales por conveniencias o políticas baratas que solo buscan intereses personales, al final la verdad saldrá a relucir, y todo quedará al descubierto, el que actuó correctamente, puede caminar en paz y con la mirada en alto, pero el que engañó, mintió, no se preocupe, que ya le llegará la hora de responder a cada una de sus acciones incorrectas. Tenga la certeza que tendrá que responder personalmente y no precisamente delante de un juez humano, sino Divino. Ahí te mando esta historia para que la analices, especialmente para que nunca dudes ni temas de ir por el camino de la verdad y del bien, Dios lo sabe, que nada te inquiete. 

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio, para encubrir al culpable. 

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: !!la horca!! El Juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras "culpable" e "inocente".Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino. 

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez ordenó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca y lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon... 

"Pero, ¿qué hizo...? Y ¿ahora...? ¿Cómo vamos a saber el veredicto...?" "Es muy sencillo, respondió el hombre.... es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué".

Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo......

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano es posible para Dios". Solo basta tener buena fe, ser sincero y jamás buscar el mal de nadie. El bien siempre a la larga vencerá al mal, y los que vamos por el camino del bien, tenemos el triunfo asegurado

ORACIÓN A LA SANGRE DE CRISTO


ORACIÓN A LA SANGRE DE CRISTO

(Contra desamor, pureza, debilidad, pidiendo salvación, paz)

Señor Jesús: dame a beber del torrente de tus delicias.
Tu Sangre Preciosa apagará mi sed de amor.
Tu Sangre Preciosa me lavará de toda impureza.
Tu Sangre Preciosa me fortalecerá en mi debilidad.
Tu Sangre Preciosa me asegura la vida eterna.

Señor Jesús: Bendito seas por esa Sangre que derramaste por mí.

Ahora en la Eucaristía me das tu Sangre Sagrada para que me embriague de gozo celestial.

Al querer apagar mi sed, no anhelo otra bebida que esta bebida divina que Tú me das.

Ella saciará mis ansias de amor, y solo en ella encontraré la salvación que anhelo.

Virgen María, que viste fluir del Cuerpo de Jesús, la Sangre bendita con la cual Jesús, tu Hijo, nos compró para Dios. Esa misma Sangre fue lo que Jesús ofreció por Ti a Dios Padre para que fueras Inmaculada y la llena de Gracia desde el principio de tu ser. Haz que sea como Tú, Madre querida, que responda al precio subido que Jesús pagó por mí. Haz que con la Sangre de tu Hijo yo consiga paz y tranquilidad. Amén


PADRENUESTRO 
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

EXPLICACIÓN DE LAS LECTURAS SOBRE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ


Autor: P. Octavio Ortíz | Fuente: Sacerdos.org
Exaltación de la Santa Cruz
Primera: Num 21, 4b-9; Salmo 77; Segunda: Fil 2, 6-11; Evangelio: Jn 3:13-17


1. Nexo entre las lecturas

Las tres lecturas de esta fiesta centran la atención en la realidad del "exaltamiento". En el libro de los Números (1L) se nos dice que el Señor respondió a Moisés: "Haz una serpiente y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla". De este modo quedarían con vida todos aquellos que fueran mordidos por aquellas serpientes venenosas que el Señor les había enviado como castigo por su conducta vergonzosa. Paradójicamente la exaltación de esa serpiente portadora de muerte se convertía para el pueblo arrepentido en portadora de vida. La lectura cristiana de este episodio ha visto una prefiguración de la exaltación de Cristo en la cruz. Cristo mismo anticipa esta lectura cristiana cuando al temeroso Nicodemo, que había ido a hablar con el de noche le dice: "Lo mismo que Moisés elevó a la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna". San Pablo, que sufría las penas de la prisión a causa de su servicio al Evangelio, sumido en una profunda contemplación del misterio del amor de Dios en Cristo Jesús, afirma en su carta a los filipenses (2L): "Por eso Dios lo exaltó (a Cristo) y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre". Con esto quiere decir que no hay nombre posible de significar la magnitud, grandeza y belleza de la obra de Cristo.


2. Mensaje doctrinal

1. Misterio del anonadamiento de Dios. En la celebración de esta fiesta litúrgica todo converge en la exaltación de Cristo Jesús, que siendo Dios, se abajó haciéndose uno de nosotros, muriendo colgado sobre el estandarte de la Cruz, para mostrarnos cuál es la medida del amor de Dios hacia nosotros. Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.

El misterio de Cristo crucificado está íntimamente unido al misterio de la encarnación del Verbo, siendo una prolongación del mismo. A lo largo del aZo litúrgico la Iglesia, al celebrar las diversas fiestas y solemnidades, bajo diversos enfoques, pretende reflexionar y meditar en la sublimidad insondable de este misterio de amor y extrayendo de esta contemplación luz, fuerza y vida.

A los cristianos nos cautiva de modo particular, el hecho de que Dios haya querido salir de sí mismo para hacerse uno como nosotros. Nos sentimos abrumados ante la presencia de un misterio tan abismal por la inmensidad del amor que lo ilumina y por la incapacidad absoluta de nuestra mente humana para abarcarlo. La contemplación sincera de este misterio es incompatible con un pasar por encima de él, con cierta superficialidad, dándolo por descontado como un presupuesto del conjunto de la doctrina cristiana. La contemplación de Dios hecho hombre es siempre transformante.Y uno de los momentos más fuertes de está contemplación es justamente el ver a Cristo muriendo colgado de una cruz, como un criminal, desangrándose y asfixiándose, abandonado y humillado. El más grande, sin punto alguno de comparación, el creador y Señor del universo, en la condición la más vil que pueda ser imaginada. El que es la vida misma, sufriendo en primera persona la muerte más horrenda. Y esto libremente y sin rebajar en nada su divinidad. Este es el misterio del anonadamiento de Dios que la Iglesia no se cansa de contemplar, y que nunca logra abarcar. El cristiano sabe que nunca serán suficientes los días de esta vida ni de la eternidad para agotar la contemplación de este don que Dios hace de si mismo. La única clave de comprensión es el amor. Sólo el amor explica esta entrega por propia iniciativa, sin que lo hayamos ni merecido ni pedido. Sólo porque él nos ama quiso venir hasta nosotros, hacerse uno como nosotros, y morir por nosotros. "Tanto amó Dios al mundo -dice Jesucristo a Nicodemo- que entregó a su hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna". Dios nos muestra que su amor hacia nosotros realmente no tiene medida.

2. Misterio de la fealdad y magnitud del pecado del hombre. Si por una parte, Jesucristo pendiendo de la cruz es testimonio del amor, de la ternura y de la misericordia de Dios hacia nosotros, pobres pecadores, por otra parte lo es también de la fealdad del pecado. Con la razón y la experiencia natural los hombres podemos percibir, sin grande problema, el desorden que existe en las malas acciones humanas. Pero ver a Jesucristo en la cruz, "pagando por nuestras culpas" nos hace descubrir que esa fealdad del pecado, de las malas acciones, es inmensamente más grave de lo que nunca hubiéramos imaginado. El pueblo en el desierto, agotado y extenuado por el camino y las dificultades peca hablando mal contra Dios y contra su enviado. Esas murmuraciones contra Dios, aparentemente nos podrían parecer, que si bien no eran justificables, si eran comprensibles, y por ello no tan graves ni tan daZosas. Sin embargo, Dios envía serpientes venenosas como castigo, para hacerles ver, que a pesar de ese cansancio y de esas dificultades, sus murmuraciones han sido profundamente injustas y desordenadas. Pero es un castigo de la pedagogía amorosa de Dios, y por ello, una vez arrepentidos, Dios les da la serpiente de bronce para que no mueran. Pero esto era sólo preparación para comenzar a comprender la malicia de ese primer pecado original, y de todos los demás pecados que le han seguido. Ahora bien, sólo a la luz de Cristo crucificado podemos comprender, un poco más, lo desordenado y horrendo del pecado.


3. Sugerencias pastorales

Desprendimiento de sí. Para nosotros este misterio de Cristo crucificado, desprendido de sí mismo, es una de las principales lecciones que debe quedar grabada en nuestra alma. Si Él, siendo Dios, se despojó de sí mismo por amor a nosotros, no menos debemos hacer nosotros por amor a Él. Desprendernos de nosotros mismos, renunciar a todo lo que tenga sabor a egoísmo y empeZarnos por apropiarnos de los sentimientos de Cristo, debe ser nuestra respuesta de amor. Este es el primer paso que debemos dar si de verdad queremos ser cristianos auténticos, si queremos ser testigos de nuestra fe en este mundo. El cristiano debe ser imitador de Cristo.

Por ello, es necesario habituarnos a desprendernos de nosotros mismos sobreponiéndonos al egoísmo, al racionalismo, al naturalismo y a las situaciones anímicas adversas, y combatiendo sin tregua todas esas manifestaciones que pueden presentarse en nuestra vida y que denotan que nos pertenecemos todavía mucho a nosotros mismos.

La vida ordinaria, a cada uno según su estado de vida y sus circunstancias, nos ofrece un sinnúmero de oportunidades para ejercitarse cotidianamente en el desprendimiento, sobre todo del propio juicio y voluntad. Pensemos en los mil quehaceres del lugar, la formación de los hijos, la obediencia a los padres, las relaciones de trabajo, el esfuerzo del deber, las penurias económicas... Quien se habitúa a negarse a sí mismo por amor a Cristo en esos pequeZos o grandes actos que le exige el cumplimiento de los propios deberes familiares, sociales, profesionales, o de estudiantes, avanza con pasos de gigante en el camino de la imitación de Cristo, y por lo tanto va siendo testigo del amor divino. La renuncia de sí mismo no es sino el abrir más espacio en nuestra alma para la invasión del amor de Dios. No hay alegría comparable con el gozo que comunica el amor sobrenatural que anima todos los actos de un alma. Siempre debemos tener muy claro que no hay verdadero amor sin renuncia; cuanto más auténtico sea el propio sacrificio, tanto más auténtico será el amor y la felicidad.

RELIGIOSAS ASESINADAS EN BURUNDI - ÁFRICA, SON RECORDADAS COMO MUJERES ENAMORADAS DE DIOS


Religiosas asesinadas en Burundi son recordadas 
como mujeres “enamoradas” de Dios
  

ROMA, 12 Sep. 14 / 01:48 pm (ACI/EWTN Noticias).- Recordando las vidas de las tres misioneras javerianas asesinadas brutalmente en Burundi el fin de semana pasado, la Vicaria General de la orden, Sor Silvia Marsili, las elogió como mujeres sencillas enamoradas de Dios y de aquellos a quienes servían.

En declaraciones para ACI Prensa el 11 de septiembre, Sor Silvia Marsili recordó que “para mí, (desde que) entré como una joven, me dieron un gran ejemplo de personas enamoradas de Jesús, enamoradas de la gente con la que vivían”.

“Ellas tenían la habilidad de hacer amigos”, indicó. En ese sentido, recordó que la hermana Lucía se desempeñaba en el campo de la salud, la hermana Olga en la catequesis y la hermana Bernadette en la promoción de la mujer. Ellas “eran personas capaces de entrar dentro de otros, conocerlos, acogerlos con amor”.

Sor Lucia Pulici, de 75 años, y Sor Olga Raschietti, de 82, fueron encontradas violadas y brutalmente asesinadas en sus dormitorios el domingo. Los restos de Sor Bernadette Boggian, de 79 años, que había descubierto los cuerpos de sus hermanas, fueron encontrados al día siguiente.

Una Misa por las religiosas se realizó el miércoles en Bunjubura. Sus restos fueron trasladados a la República Democrática del Congo, donde realizaron su servicio pastoral durante varios años antes de llegar a Burundi.

La vida de un misionero, explicó Sor Marsili, “es un llamado de seguir a Jesús en su donación total a Dios y a nuestros hermanos y hermanas”.

“Cuando aceptas seguir al Señor en su camino, estás dispuesto a dar tu vida entera, a poner toda nuestra fuerza, todas nuestras capacidades, salud, todo, al servicio de este programa de vida”, dijo, indicando que “la misión puede tener como resultado arriesgar la vida”.

Actualmente, la congregación de las Misioneras Javerianas está “sufriendo mucho” y “sentimos la ausencia de nuestra hermana”, dijo la religiosa, “y al mismo tiempo lo vivimos con fe… porque el riesgo de morir por el Señor, para nuestros hermanos y hermanas, es parte de nuestras vidas”.

Sor Marsili recordó cómo conoció a las tres religiosas en su casa en Italia, cuando ellas pasaron para un periodo de descanso. A pesar de que ella no pasó mucho tiempo con sus hermanas, la religiosa indicó que hubo muchas oportunidades para verlas y estar con ellas.

“Eran tres hermanas que se habían entregado hasta el fin, eran hermanas ahora ancianas, con la salud deteriorada, pero con, diría yo, una testarudez por volver a la misión, a pesar del hecho de que algunos les aconsejaron que no lo hicieran”.

“Ahora son ancianas, ¿qué pueden hacer” preguntó ella, indicando que en vez de resignarse, ellas se comprometieron nuevamente “en sencillez, también con las fuerzas físicas reducidas”, porque “querían continuar sirviendo, y estar cerca de estas personas con tanto amor”.

Las religiosas fallecidas “nos dieron un testimonio del afecto y solidaridad que las hermanas que están en el Congo están experimentando de parte no solo de los religiosos, sacerdotes y autoridades eclesiásticas, civiles, sino también de mucha gente sencilla a la que las hermanas amaron en sus encuentros de cada día”.

La policía de Burundi ha arrestado ya a un hombre relacionado con los asesinatos. Un vocero de la policía dijo que Christian Butoyi, de 33 años, confesó el crimen, alegando que la parroquia había sido construida sobre propiedad de sus padres.

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Burundi, Mons. Banshimiyubusa Gervais, ha llamado al establecimiento de una comisión independiente que profundice en las razones detrás del ataque.

Con la idea de que la respuesta dada por Butoyi no refleja sus verdaderas motivaciones, el Obispo ha pedido a los investigadores no solo presionar por más respuestas, sino descubrir si trabajó solo o tuvo un cómplice.

Aunque solo ha leído sobre la investigación a través de las noticias, Sor Marsili explicó que “pienso que es justificada porque la acción de esta persona es absurda”.

“Lo que se ha dicho en la prensa nos deja muy perplejas… también las motivaciones que tiene esta persona no parecen justificar un acto de este tipo”, indicó.


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La policía de Burundi ha comunicado que ha arrestado al culpable del asesinato de las tres misioneras Javerianas, la hermana Lucía Pulici, la hermana Olga Raschietti y la hermana Bernadetta Boggian, salvajemente asesinadas el domingo 7 de septiembre en la misión de Kamenge, un distrito al norte de Bujumbura, capital de Burundi . Christian Claude Butoyi, de 33 años, parece haber matado a las tres religiosas porque estaba convencido de que su convento fue construido en un terreno que pertenecía a su familia. “No creemos que este horrible crimen ha sido cometido por una sola persona - dice la hermana Delia Guadagnini -. La impresión es que han sido más de una persona y que aunque es horrible de decir, 'sabían hacer el trabajo', así como conocían muy bien nuestra casa. El Señor juzgará. Sin embargo, seguiremos adelante con nuestra misión”.

IMÁGENES DE LA SANTA CRUZ - FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ, 14 DE SEPTIEMBRE

























LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, FIESTA, 14 DE SEPTIEMBRE


Autor: evangeliodeldia.org | Fuente: Catholic.net 
Exaltación de la Santa Cruz
Fiesta, 14 de septiembre



Exaltación de la Santa Cruz
Fiesta

Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida.

Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes. Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.

La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.

Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.

Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).

En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.

Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.

"No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.

Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.

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La Exaltación de la Santa Cruz 

Himno (laudes)

Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
De aquel Jesús nacido de la Virgen
Que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
Lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.

¡ Salve cruz de los montes y caminos, 
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!

Reine el señor crucificado,
Levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz, 
Nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
Pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén 



ORACIÓN

. Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-



Himno (vísperas)

Las banderas reales se adelantan 
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno 
sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes, 
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza, 
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus, 
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo, 
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén 
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