martes, 5 de mayo de 2015

LA RED INALÁMBRICA ESPIRITUAL

La Red Inalámbrica Espiritual
¿Cómo resuelvo los bloqueos, las interferencias que aparecen en la parte mía de conexión a la red?


Por: Jesuita Guillermo Ortiz | Fuente: es.radiovaticana.va



¿Qué hace una lámpara sola, una llave de agua sola, por más grandes y potentes que sean, sino están conectadas a la red eléctrica o a la fuente de agua? No hay agua, ni luz sin conexión con la fuente o la red eléctrica. Como la cañería que conecta la llave a la fuente de agua, como el cable y el enchufe que conecta el aparato a la red eléctrica de la casa y el barrio, lo mismo sucede en la red espiritual.Y sabemos que en ambas redes puede haber bloqueos, rupturas. Que hay que mantenerlas y cuidarlas. 
Esta conexión, este lazo invisible o visible, es fuerte en la naturaleza, como lo es el flujo fecundo de la sabia dentro del árbol; los ríos y canales subterráneos y profundos; la complejidad interior de los ecosistemas. Lo material es imagen de lo espiritual, como esta conexión y este flujo interior que muchas veces no vemos, pero que sí podemos sentir en nuestro propio interior. También en lo espiritual hay una linfa, una sabía, un plasma que fluye por la conexión, comunicación, unión, comunión en el cuerpo místico de Cristo, entre la cabeza y los miembros, como entre la raíz y las ramas del árbol que florecen y fructifican, está el tronco fuerte.
El flujo en esta conexión, en esta red, en esa común unión, es el Espíritu de Vida plena en el amor que Jesucristo respira con el Padre Dios, como Hijo Amado. Y por la encarnación, muerte y resurrección del Hijo, estamos llamados a entrar vos y yo en este flujo de Vida plena.
Ahora con wifi y las redes inalámbricas y virtuales, el flujo material también es invisible, pero se necesita una clave para la conexión. Sin la clave, sin la pasword tampoco hay conexión. ¿Estoy conectado a la red espiritual por la que fluye el Espíritu de Vida plena en el amor, la luz y la fuerza del Espíritu del Padre y del Hijo?, ¿Cómo resuelvo los bloqueos, las interferencias que aparecen en la parte mía de conexión a la red?
Para entrar en unión y comunión en la super red que es el Cuerpo de Cristo, la comunidad parroquial, la Iglesia, la clave, la pasword, es para el católico la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús y la Sucesión Apostólica que hace posible la continuidad y la eficacia de los Sacramentos; el flujo del poder sanador y vivificante del Amor de Dios en estos “misterios” o sacramentos.

CONFÍO EN TU DECISIÓN, SEÑOR


Confío en tu decisión, Señor
Pero a veces no comprendo por qué tardas, porque estoy pidiendo cosas buenas.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net




Te pido, Señor, que termine esta crisis, que mejore la salud de un pariente, que un amigo deje de emborracharse, que lleguen a tiempo las lluvias para la nueva cosecha, que inicie la paz en tantos lugares que sufren por la guerra.

Te pido tantas cosas, para mis seres queridos y para quienes viven lejos. Te pido también para mi propia vida: paz, fortaleza, perdón, esperanza.

Pero a veces no comprendo por qué tardas, por qué no llega tu respuesta. Quisiera que tocases, que sanases, que limpiases, que concedieses eso que tanto necesitamos. Porque, espero no equivocarme, estoy pidiendo cosas buenas.

Tú, sin embargo, tienes un modo de actuar que me supera. Si no llega la lluvia, si la enfermedad avanza, si la muerte arrebata a un padre de familia, lloraré, pero aceptaré humildemente tu voluntad.

También Tu Hijo, oh Padre, te pidió que apartases ese cáliz. Luego, llegó la  hora de las burlas, de los azotes, de la condena, del Calvario. ¿Por qué? Solo lo sabremos en la mañana de Pascua.

Por eso ahora respeto, Dios mío, lo que Tú decidas. Un día comprenderé por qué esperaste, por qué permitiste una guerra injusta, por qué no bajaste a curar a aquel enfermo.

Seguiré rezando: Tú mismo nos has dicho que pidamos. Y seguiré esperando: sé que todo lo que ocurre es para nuestro bien, aunque ahora no entienda casi nada.

Como me enseña María, la Virgen humilde, y como rezamos en el Padre nuestro, acepto. “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo...”

PAPA FRANCISCO: EL CRISTIANO NO AFRONTA LAS TRIBULACIONES POR MASOQUISMO


Sta. Marta: el cristiano no afronta las tribulaciones por masoquismo
En la homilía de este martes, Francisco ha reflexionado sobre las dificultades en la vida del cristiano, y de la confianza y la paz que vienen de Jesús 

Ciudad del Vaticano, 05 de mayo de 2015 (ZENIT.org) 



El  santo padre Francisco ha desarrollado su homilía de esta mañana en Santa Marta en torno a tres ideas: tribulación, confianza y paz. Así, el Papa ha subrayado que el cristiano no tiene una actitud masoquista frente a las dificultades de la vida, pero se entrega al Señor con confianza y esperanza.

Y ha recordado que san Pablo fue perseguido, pero a pesar de las miles de tribulaciones permaneció firme en la fe y animó a los hermanos a esperar en el Señor. Además, el Papa ha hecho referencia a los Hechos de los Apóstoles, en la Primera Lectura, para detenerse en estas tres ideas. Recordando también que para entrar en el Reino de Dios es necesario “pasar por momentos oscuros, momentos difíciles”.

Esta actitud, ha recordado el Pontífice, no es una actitud masoquista sino la lucha cristiana contra el príncipe de este mundo que trata de separarnos “de la Palabra de Jesús, de la fe, de la esperanza”. A propósito, ha recordado que el apóstol Pablo usa mucho la frase “soportar las tribulaciones”.

“Soportar”: es más que tener paciencia, es llevar sobre los hombros el peso de las tribulaciones. La vida del cristiano tiene estos momentos. Por eso, Francisco ha señalado que “Jesús nos dice: ‘Hay que ser valientes en ese momento. Yo he vencido, también vosotros seréis vencedores’. Esta primera palabra nos ilumina para caminar en los momentos más difíciles de la vida, esos momentos que también nos hacen sufrir”.

Y después de dar este consejo Pablo “organiza esa Iglesia”, “reza por los presbíteros imponiéndose las manos y les confía al Señor”.

La segunda palabra sobre la que el Papa ha reflexionado es el “confiar”. Un cristiano --ha dicho Francisco-- puede llevar adelante las tribulaciones y también las persecuciones confiandose al Señor. “solamente él es capaz de darnos la fuerza, de darnos la perseveración en la fe, de darnos esperanza”, ha precisado el Pontífice.

A continuación, ha añadido: “Confiar al Señor algo, confiar al Señor este momento difícil, confiar mi mismo al Señor, confiar al Señor a nuestros fieles, nosotros sacerdotes, obispos, confiar al Señor nuestras familias, nuestros amigos y decirle al Señor: ‘Cuida a estos que son tuyos’”.

Al respecto, Francisco ha advertido que esta es una oración que no hacemos siempre, la oración en la que confiamos algo o alguien: ‘Señor te confío esto, llévalo Tú adelante’, es una bella oración cristiana. Es la actitud de la confianza en el poder del Señor, también en la ternura del Señor que es Padre”.

Asimismo, en la homilía ha observado que cuando una persona hace esta oración desde el corazón siente que es confiada al Señor, es segura: “Él no decepciona nunca”. La tribulación nos hace sufrir pero el confiarse al Señor da la esperanza y de ahí surge la tercera palabra: paz.

El Obispo de Roma ha recordado lo que Jesús llama “despedida” de sus discípulos. “La paz os dejo, mi paz os doy”. Pero, ha advertido, “no una paz, una tranquilidad” sino una paz que “va dentro, también una paz que nos da fuerza, que refuerza lo que hoy hemos pedido al Señor: nuestra fe y nuestra esperanza”.

Para concluir, el Santo Padre ha insistido en que “en la vida debemos ir sobre caminos de tribulación pero esta es la ley de vida. Pero en estos momentos debemos confiar en el Señor y Él nos responde  con la paz. Este Señor que es Padre nos ama mucho y nunca decepciona”. De este modo, ha invitado a pedir al Señor  que refuerce nuestra fe y nuestra esperanza, y que nos dé confianza para vencer las tribulaciones porque Él ha vencido al mundo.

Texto traducido y adaptado de Radio Vaticano 

(RL) (HSM)

(05 de mayo de 2015) © Innovative Media Inc.

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 5 DE MAYO DEL 2015


No pierdan la paz ni se acobarden
Pascua

Juan 14, 27-31. Pascua. En Cristo está nuestra paz, y con Él a nuestro lado, ¿qué nos puede turbar? 


Por: H. Cristian González | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31
Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros." Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado.

Oración introductoria
Señor, mi corazón está hecho para vivir en paz y Tú eres la única, autentica, abundante y gratuita fuente de paz. Nada, ni el mundo, ni los problemas ni las dificultades pueden arrebatármela. Lléname de tu paz para poder difundirla en los demás.

Petición
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dame tu paz.

Meditación del Papa Francisco
En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren.
Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.

Y paz a los hombres.
 La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura "fachada", que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso artesanal, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo […]
Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz también creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz al mundo entero. Y también a los no creyentes les invito a desear la paz, con un deseo que amplía el corazón, con la oración o el deseo, pero todos por la paz. (S.S. Francisco, bendición Urbi et orbe, 25 de diciembre de 2013).

Reflexión
Cristo se está despidiendo. Se acerca su pasión, morirá en la cruz por nosotros, y nos quiere dar las recomendaciones finales, nos quiere dejar las lecciones que él considera más importantes.

Primero nos da su paz, y nos dice que no se turbe nuestro corazón porque "me voy pero volveré" y en otro pasaje: "yo estoy y estaré con ustedes, todos los días, hasta el final del mundo..." En él está nuestra paz, es más, él es nuestra paz, y con él a nuestro lado, ¿qué nos puede turbar?

Sólo nos podemos preocupar por aquello que afecte nuestra amistad con Él o nuestra salvación eterna, lo demás no es esencial. Sólo Dios, sólo Él.

Las últimas dos líneas de este pasaje son las más importantes: "...llega el príncipe de este mundo. No tiene ningún poder sobre mí, pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según me ha ordenado". Dicho en palabras más claras, Cristo está diciendo que el demonio no tiene poder sobre Él, pero que va a morir en la cruz libremente porque quiere que aprendamos, que sepamos que lo más importante es amar a Dios, y amar es cumplir sus mandamientos, es obedecerle. Adán y Eva pecaron desobedeciendo, Cristo nos redimió obedeciendo, y obedeciendo por amor.

Propósito
Pedir al Espíritu Santo que me haga testigo y misionero fiel del amor y de la paz.

Diálogo con Cristo
Tu cercanía, Señor, en esta oración es causa de una paz y alegría inmensa, porque me siento amado, acompañado, sostenido. ¿Cómo agradecer tanto amor? Sí, lo sé, la paz y la alegría, cuando eres Tú la fuente, son expansivas, necesariamente y sin mérito propio, hacen también la diferencia en la vida de los demás. Qué don tan grande, ¡gracias!

EL RÍO Y YO


EL RÍO Y YO



He estado junto al río. 

He visto correr sus aguas sin cesar. Sus aguas transparentes, rumorosas y frescas son vida. 

He querido atrapar, detener esas aguas cristalinas y vivificadoras. 

Hubiera querido paralizarlas para disfrutar sumergiéndome en ellas sin permitirles fluir ni cambiar. 

Pero el río es río. Y el río es fluir. 

Su naturaleza es el correr de las aguas siempre idénticas y siempre cambiantes. 

Como la vida misma. Me he sentido uno con el río. 

Y he sentido que toda mi existencia es un cambio continuo y sin fin. 

Y me he remontado al origen del río, a la fuente. 

Y he comprendido que soy río que fluye, pero también fuente que brota. 

He comprendido que lo que fluye es mi existencia temporal, que no puedo detener. 

Pero ascendiendo llego a mi fuente. Y siento ser plenitud en la fuente. 

Hay que dejar que el río sea río. Lo que tiene que correr, cambiar y fluir debe seguir su curso. 

Pero las formas infinitamente variadas del río a través de su cause tienen un origen quieto, fecundo, copioso e inagotable. 

Yo soy el río en el devenir de mi existencia temporal. No puedo detener las leyes de su desarrollo, evolución y cambio. 

Mis formas, como las del cauce del río, no puedo detenerlas. 
He de sumergirme en las formas cambiantes del río y saber que soy río. 

Pero también soy fuente, manantial copioso y vivificante. 

No hay río sin fuente. Me siento feliz cuando me doy cuenta de que soy la fuente de mi río.



D. Lostado

 

IMÁGENES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA











































FLORECILLAS A MARÍA: 5 DE MAYO


Flor del 5 de mayo: Madre de la Divina Gracia
Fiesta de Nuestra Señora de la Gracia


Meditación: “Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo, he ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27). Madre no sólo adoptiva sino que nos da la Vida, nos da a Cristo, más exactamente nos da la gracia santificante, la vida sobrenatural, algo físico y real que consiste en la unión con Cristo.

Oración: ¡Oh Madre de la Divina Gracia, que nos llevas a la Vida!. Muéstranos como Manantial de Gracia el camino hacia la verdadera Patria. Tu, llena de Gracia, sed la Salvación de nuestras pobres almas. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Poner los medios para estar en gracia de Dios.

TARDES ANTE LA VIRGEN... EN MAYO MES DE MARÍA


Tardes ante la Virgen ...en mayo mes de María
La devoción a la Virgen María en el alma del cristiano va unida a nuestra fe ya que María es la Madre de Dios y Madre nuestra.


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net




Estamos en el mes de mayo, es el mes que la tradición católica consagra a la Virgen María.

La devoción a la Virgen María en el alma del cristiano va unida a nuestra fe ya que María no solamente es la Madre de Dios sino también Madre nuestra.

La Virgen María ocupa un lugar intermedio entre Dios y los Santos, que da origen a un culto del todo propio y especial, muy inferior al de Dios pero superior al de los Santos.

Como nos explica Royo Marín O. P..- A Dios se le venera con culto de adoración o de Latría, en virtud de su excelencia infinita. Este culto de Latría es de tal manera propio y exclusivo de Dios que, tributado a cualquier criatura, constituye, cuando se comete conscientemente uno de los más graves pecados que se pueden cometer: la idolatría.

A los Santos les corresponde el culto de dulía o de simple veneración (sin adoración) por lo que tienen de Dios. En este sentido no solo es lícito invocarlos y reverenciarlos, sino que es muy útil y conveniente.

A la Virgen María por su singular dignidad de Madre Dios, se le da el culto de hiperdulía o de veneración muy superior a la de los Santos, pero muy inferior al culto de latría, que se le debe exclusivamente Dios.

Hay un abismo infinito entre ambas especies de cultos.

María tiene el motivo de su singular dignidad de madre de Dios y esta dignidad la coloca en un orden aparte- el orden hipostático relativo - que está mil veces por encima y es específicamente distinto del orden de la gracia y de la gloria en el que se encuentran todos los Santos. De manera que al hablar de la devoción a la Virgen María, hay que entenderla siempre en el orden del culto de hiperdulía, que es el que corresponde a Ella sola específicamente.

En ese sentido caen por su base toda las objeciones de los protestantes y muchas "sectas" contra el culto a María que profesamos los católicos.

La fórmula ideal que resume y condensa el pensamiento católico sobre la devoción mariana es esta : A JESÚS POR MARÍA.

Y que reconfortante es, en este mundo en que poco a poco las tradiciones se van perdiendo, se van quedando atrás como perdidas en la niebla del pasado, como algo que ya " no toca", que "no va"... ver como las mamás jóvenes, especialmente en la Provincia, llevan a sus pequeños vestidos de blanco y con una flor en la mano a la Iglesia

Para cantarle a la Virgen, a rezarle y poner a sus pies esa sencilla flor que tiene todo el inmenso valor del candor de un alma infantil.

Esas tardes ante la Virgen, esas canciones van a echar raíces que permanecerán ya por siempre en el alma de esos niños y cuando llegue la adolescencia, la juventud arreciando contra ellos vientos de tormenta, sabrán volver sus ojos y su corazón a esa Madre que aprendieron a amar siendo niños y encontrarán en Ella el faro bendito que los llevará a puerto seguro y no les permitirá perder el camino que va hacia Dios.

LAS SEDUCCIONES ENCANDILAN, PERO NO ALUMBRAN


Las seducciones encandilan, pero no alumbran
Las seducciones encandilan, pero no alumbran, y a veces vienen disfrazadas de amor. ¿Qué seducciones nos hacen la guerra?
Por: Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net




El mundo está lleno de seducciones.
¿Qué seducciones nos hacen la guerra?
¿Ya sea a nivel personal, a nivel matrimonial, a nivel familiar?

Debemos buscarlas, debemos descubrirlas y descubriéndolas las podremos combatir.

Porque si no sé lo que me confunde en mi vida, no podré llevar luz a mis actitudes.

Las seducciones encandilan, pero no alumbran.

Son como los focos de un escenario, iluminan la escena, pero no dejan ver el rostro del público.

El actor sabe que están, pero no ve si lloran o ríen.

Igual pasa con las seducciones, nos ofuscan y no nos dejan ver el real rostro de la vida.

Las seducciones nos llevan a no hacer el bien que queremos, si no el mal que no queremos.

El que vive en pareja lucha solo con las seducciones.

El varón y la mujer solos, nunca pueden ser plenamente imagen de lo que es Dios, de lo que creó Dios como matrimonio o como pareja.

Esa imagen de la creación del primer hombre --varón y mujer-- imagen y semejanza de Dios, sé da en el momento de la unión matrimonial de un varón y una mujer.

Cuando se casan son la plena imagen de aquel momento creador del hombre.

Vivir en pareja, haberse ido a vivir en pareja, es haber arrinconado a Dios, es haberle dicho nos arreglamos solos. No te metas con nosotros.

Y como tantas veces en la vida del hombre, Dios calla, se queda en su rincón y espera. Toda nuestra vida es la espera de Dios. Toda nuestra vida es la paciencia de Dios.

Los que viven en matrimonio sacramentado tienen una ayuda especial.

Nosotros lo llamamos nuestro Cristo Nupcial.
Los que hemos decidido insertar en nuestras vidas al Cristo Nupcial, que no es otra cosa que el tan cacareado Sacramento, el camino de la vida está dado por la Gracia de Dios, es decir por la influencia de Dios, con la libertad que cada uno tiene de dejarse influir.

Los caminos de la vida están también influidos por las circunstancias históricas que a cada uno le toca vivir, por las circunstancias de los tiempos y de los lugares en que vivimos.
Esas circunstancias le marcan también al hombre al hacer camino.
¡Que importante es contar con la iluminación de Dios a la hora de hacer camino!

En realidad, Dios puede iluminar a quien quiera. Y también puede iluminar a cualquier pareja que se haya ido a vivir juntos.
En el matrimonio la diferencia está, que no puede dejar de hacerlo, porque esa fue la razón del porque está en el matrimonio.
Claro que no iluminará, si yo no se lo pido.
Cuantos hay que rezan a múltiples santos y vírgenes, y está bien que lo hagan, pero que no le pidan a su Cristo Nupcial es un absurdo.
Porque fue creado para ello.

Claro está, que si no saben que existe, ¿cómo van a rezarle? ¿Cómo van a pedirle algo si no saben que lo tienen?

Es cierto que el amor comienza con un sentimiento y sigue con un sentimiento, pero además es una tarea. Una tarea en la cual la paciencia debe ocupar un lugar predominante.

Hay cantidad de parejas que se van a vivir juntas solamente porque dicen que se quieren. Y está muy bien que se quieran.
Sin el amor nada puede emprenderse y más si lo que quiero hacer es un camino de a dos, que significa empezar a vivir con otra persona.

Pero.....¿y el prepararse para ello? El prepararse para convivir con otro, no queda solamente reducido al querer --si bien es importante-

Decía Monseñor Antonio Gatti: Somos tan precavidos para cruzar la calle, y tan poco prudentes para cruzar la vida.
Y querer vivir con otra persona es mucho más importante que cruzar una calle. Es quizás el cruce más importante que una persona hace en su vida.

Los que se van a vivir en pareja, quizás son más expresivos en sus afectos y sentimientos.
En nuestra sociedad actual hay mucho afecto y sentimiento a flor de piel, y está bien que lo haya, pero creemos que se quedan en esto.
No vemos que el afecto y sentimiento los lleve a canalizarlos en compromisos reales de vida.

El afecto y el sentimiento no pueden ser un punto final de llegada, sino un ideal, un camino inicial para llevar a cabo una vida hecha en la responsabilidad y en la firmeza del compromiso.

Cualquiera sea el ideal de sociedad que se quiera tener, siempre será necesario reconocer que la familia es el baluarte en la cual se enseñan los valores fundamentales de la vida.
Y para ello se necesita estabilidad, se necesita tiempo, se necesita compromiso, se necesita responsabilidad.

Mencionemos una vez más el recurso especial que tienen los cónyuges: el Cristo Nupcial A ÉL, no hay que cansarse de recurrir cada vez que lo necesitamos.

No solo en la necesidad de nuestro matrimonio como tal, sino también cuando como matrimonio tengo que dar testimonio de fe, tengo que dar testimonio de mi forma de vivir.

ÉL, el Cristo Nupcial, tiene que ser nuestra ayuda apostólica de manera especial, porque es nuestro, está en nosotros.
Está allí para ayudarnos. Está allí para que lo usemos. Y además sabemos que no nos puede decir NO, a nuestros pedidos de socorro.

Recuerdo que hay un pasaje evangélico en donde los apóstoles están en la barca en medio de una tormenta y no sabiendo más que hacer, se dan cuenta que allí en un rincón está Jesús durmiendo y deciden despertarlo. Jesús no solo calmó la tormenta sino que llevó la barca a buen puerto.

Así hará con tu matrimonio si decides despertarlo, llevará tu matrimonio a buen puerto.

Ahora ya sabes que lo tienes; es hora de despertarlo.
ÉL será el primero en alegrarse de tu descubrimiento.
ÉL será el primero en alegrarse de ser usado.
ÉL será el primero en alegrarse que lo hayas despertado.
ÉL será el primero en alegrarse en dejar de dormir.
Es hora de ponerlo a trabajar. Es hora de usarlo.

PARA HACER BIEN LA SEÑAL DE LA CRUZ


Para hacer bien la Señal de la Cruz
Cuando nos marcamos con la señal de la cruz estamos diciendo: Yo soy seguidor de Jesucristo, creo en Él, le pertenezco.
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com




La señal de la cruz es la oración básica del cristiano, lo primero que un niño o un converso aprende en la catequesis. En esta oración tan breve y tan simple se resume todo el credo y para muchos hombres y mujeres profundamente contemplativos ha sido su oración preferida.

¿Qué significa la señal de la cruz?

La cruz es la señal de los cristianos: significa el triunfo de Jesús sobre el pecado; es el símbolo de la redención que Jesucristo obtuvo para nosotros con su sangre. Su pasión de amor por el hombre le llevó a dar la vida para que tuviéramos vida en abundancia: "Nadie me la quita, soy yo quien la doy por mí mismo" (Jn 10,18) Como manso cordero llevado al matadero, Jesús soportó en la cruz el extremo del dolor físico y moral para abrirnos las puertas del cielo.

Cuando nos marcamos con la señal de la cruz estamos diciendo: Yo soy seguidor de Jesucristo, creo en Él, le pertenezco. Así como los seguidores del Anticristo tendrán su marca (cfr. Ap 14,9), así el bautizado lleva un sello indeleble en su alma y lo muestra exteriormente con la cruz.

Deja que la Virgen María tome tu mano y te guíe al santiguarte

Después de lo que vivió María en el Calvario, Ella será la mejor maestra para todo cristiano que quiera santiguarse con todos los cinco sentidos. A mí me ha ayudado contemplar la pasión de Cristo desde el corazón de la Virgen María, pidiéndole que al hacer la señal de la cruz tome Ella mi mano y me enseñe a revivir con ese gesto sencillo el momento supremo de nuestra redención.

Este texto de Santa Brígida puede servir de inspiración mientras contemplamos a Cristo Crucificado de la mano de la Virgen María:

"Déseos toda honra, Señora mía Virgen María, que con dolor visteis a vuestro Hijo hablaros desde la cruz, y con vuestros benditos oídos afligidamente lo oisteis clamar al Padre en la agonía de la muerte, y entregar en sus manos el alma. Alabada seáis, Señora mía Virgen María, que con amargo dolor visteis a vuestro Hijo pendiente en la cruz, lívido desde el extremo de la cabeza hasta la planta de los pies, rubricado con su propia sangre y tan cruelmente muerto; y con suma amargura mirasteis traspasados sus pies y manos, y su glorioso costado, y todo su cuerpo destrozado sin ninguna misericordia.

"Bendita seáis Vos, Señora mía Virgen María, que con vuestros ojos bañados en lágrimas visteis bajar de la cruz a vuestro Hijo, envolverlo en el sudario, ponerlo en el sepulcro y ser allí custodiado por los soldados. Bendita seáis Vos, Señora mía Virgen María, quetraspasado vuestro corazón con un profundo y amarguísimo dolor, fuisteis apartada del sepulcro de vuestro Hijo, y llena de pesar conducida por vuestros amigos a casa de Juan, donde al punto sentisteis alivio a vuestro gran dolor, porque sabiais positivamente que pronto había de resucitar vuestro Hijo." (Sta. Brígida de Suecia, "Revelaciones", Libro 12, Oración)

En el nombre...

Al hacer la señal de la cruz sobre nuestro cuerpo, diciendo: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén" nos estamos comprometiendo a obrar en el nombre de Dios. Dios reveló su nombre a Moisés; el nombre de Dios es "Yo soy el que soy" (Éxodo 3,13). Y le dijo: "Yo soy el Dios de tus padres" (Éxodo 3,6) y "Yo estaré contigo" (Éxodo 3,12) De estas tres expresiones concluimos que Dios abarca nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Quien actúa en el nombre de Dios está afirmando que tiene la certeza de que Dios le conoce, le acompaña, le sostiene y permanecerá siempre a su lado.

Cuando en la oración pedimos algo en el nombre de Jesús, nos estamos uniendo a la oración de Cristo, con la seguridad de que el Padre escucha a su Hijo. "Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré." (Juan 14, 13-14) Y si lo que pedimos es conforme a su voluntad, podemos confiar en que nuestra súplica será escuchada: "En esto está la confianza que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha.Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que hayamos pedido.."(1 Juan 5,14-15) Y a veces nos concede no sólo lo que le pedimos sino incluso lo que deseamos, que Él conoce bien. Esta fue la experiencia de san Pedro aquella mañana en el lago tras una noche de pesca, cuando Jesús le mostró dónde encontrarlos. Pedro le dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu Nombre, echaré las redes. Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse».

¿QUÉ ES UN ESCAPULARIO?


¿Qué es un escapulario?

¡Qué fácil es pasar de una devoción legítima a la superstición! 


Por: Padre Sergio G. Román | Fuente: www.mariologia.org



Actualmente es común ver a jóvenes lucir al cuello no uno, sino muchos escapularios que cuelgan allí hasta que se caen de viejos y de sucios: de la Virgen, de san Juan Diego, de san Judas y de San Charbel; escapularios rojos, verdes, azules, blancos, amarillos y de todos los colores habidos y por haber.

Y es que no cabe duda: los escapularios están de moda, una moda impuesta por el ingenio y la creatividad de los comerciantes en artículos religiosos para incrementar sus ventas.

Hace tiempo le pregunté a un joven por qué usaba tantos escapularios.

-“Porque me dan protección, son poderosos”, me contestó.

¡Qué fácil es pasar de una devoción legítima a la superstición! Y yo, sacerdote, me sentí culpable por no haber explicado suficientemente a mis fieles el uso de los escapularios, antigua tradición de la Iglesia convertida ahora en práctica de magia y brujería.

Si mis fieles supieran lo que significa un escapulario no usarían tantos y, si aceptaran usar uno solo, lo llevarían con más devoción y respeto.


¿Qué es un escapulario?

Literalmente es una prenda que se lleva sobre los hombros colgando por delante y por detrás. Es una tira de tela que los monjes y monjas llevan sobre el hábito y en la que se borda el escudo de la comunidad a la que se pertenecen. El que lleva un escapulario es porque quiere pertenecer a esa orden o comunidad religiosa.

Cuando surgieron las órdenes religiosas, a finales de la Edad Antigua y principios de la Edad Media, se fundaron la “primera orden”, para varones; la “segunda orden”, para mujeres, y la “tercera orden”, para laicos de ambos sexos, que anhelaba pertenecer a la orden religiosa, pero que querían hacerlo desde su estado de vida propio.

Las “terceras órdenes” agruparon a muchos fieles laicos que se comprometían en un tipo especial de vida, en la pobreza, en la castidad dentro del matrimonio y en la obediencia a Dios y a sus ministros. Mediante la oración, la mortificación y las obras buenas, aunadas a ciertas prácticas características de la orden, buscaban su santificación en medio del mundo. Se organizaban bajo la dependencia de la orden religiosa e incluso hacían una especie de votos que renovaban año con año.

Estos fieles no podían usar el hábito completo de la orden, pero se les concedía usar un “mini hábito”, es decir, el escapulario reducido a su mínima expresión.

Hay escapularios de los dominicos, mercedarios, franciscanos, agustinos, carmelitas y demás órdenes y comunidades religiosas.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...