viernes, 29 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DE ABRIL 2016


EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DE ABRIL 2016
Texto del Evangelio (Jn 15,12-17): 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DE ABRIL 2016


«Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado»
Rev. D. Carles ELÍAS i Cao 
(Barcelona, España)




Hoy, el Señor nos invita al amor fraterno: «Que os améis los unos a los otros como yo os he amado» (Jn 15,12), es decir, como me habéis visto hacer a mí y como todavía me veréis hacer. Jesús te habla como a un amigo, pues te ha dicho que el Padre te llama, que quiere que seas apóstol, y que te destina a dar fruto, un fruto que se manifiesta en el amor. San Juan Crisóstomo afirma: «Si el amor estuviera esparcido por todas partes, nacería de él una infinidad de bienes».

Amar es dar la vida. Lo saben los esposos que, porque se aman, hacen una donación recíproca de su vida y asumen la responsabilidad de ser padres, aceptando también la abnegación y el sacrificio de su tiempo y de su ser a favor de aquellos que han de cuidar, proteger, educar y formar como personas. Lo saben los misioneros que dan su vida por el Evangelio, con un mismo espíritu cristiano de sacrificio y de abnegación. Y lo saben religiosos, sacerdotes y obispos, lo sabe todo discípulo de Jesús que se compromete con el Salvador.

Jesús te ha dicho un poco antes cuál es el requisito del amor, de dar fruto: «si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda él solo; pero si muere da mucho fruto» (Jn 12,24). Jesús te invita a perder tu vida, a que se la entregues a Él sin miedo, a morir a ti mismo para poder amar a tu hermano con el amor de Cristo, con amor sobrenatural. Jesús te invita a llegar a un amor operante, bienhechor y concreto; así lo entendió el apóstol Santiago cuando dijo: «Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: ‘Id en paz, calentaos y hartaos’, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta» (2,15-17).

ESTAMPA CON ORACIÓN A SANTA CATALINA DE SIENA, 29 DE ABRIL


PAPA FRANCISCO: EL CRISTIANO DEBE CAMINAR EN LA LUZ Y NO EN LA MENTIRA DEL DEMONIO


Papa Francisco: El cristiano debe caminar en la luz y no en la mentira del demonio
Por Alvaro de Juana



 (ACI).- El cristiano es portador de luz y por ello no puede tener una doble vida que sea un anti testimonio ante los demás. Es la reflexión que el Papa Francisco hizo hoy en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, en la que recordó que el padre de la mentira es el demonio.

"Si decimos que no hemos pecado, hacemos de Dios un mentiroso”, subrayó Francisco al tiempo que dijo: “Si tú dices que estás en comunión con el Señor, caminas en la luz... pero ¡la doble vida no!, ¡eso no!”.

“Esa mentira que estamos acostumbrados a ver, también a caer nosotros en ella... Decir una cosa y hacer otra, ¿no? Siempre la tentación… Nosotros sabemos de donde viene la mentira: en la Biblia, Jesús llama al diablo ‘padre de la mentira’, el mentiroso. Y por eso, con mucha dulzura, con mucha mansedumbre, este abuelo dice a la Iglesia ‘adolescente’, a la Iglesia joven: ‘¡No seas mentirosa!, debes estar en comunión con Dios, caminar en la luz. Haz obras de luz, no digas una cosa y hagas otra, no a la doble vida y todo eso”, dijo al comentar las lecturas de la liturgia del día.

El Papa comentó el Evangelio de San Juan y explicó que Jesús define como “ligero” su yugo, por eso pidió que si alguno peca no se “desanime”: Tenemos un Paráclito, una palabra, un abogado, un defensor ante el Padre: es Jesucristo, el Justo. Él nos justifica, Él nos da la gracia”.

“El pecado es feo, pero si tú has pecado, mira que te esperan para perdonarte siempre”, porque “Él, el Señor, es más grande que nuestros pecados”, añadió.


Por otro lado, el Pontífice manifestó que “la misericordia de Dios es la grandeza de Dios”.

“Caminemos en la luz, porque Dios es la luz. No tengamos un pie en la luz y otro en las tinieblas. No seamos mentirosos”. “Todos hemos pecado, ninguno puede decir ‘este es un pecador, esta es una pecadora y yo, gracias a Dios, soy justo’. No, sólo uno es Justo, aquél que ha pagado por nosotros. Y si alguno peca, Él nos espera, nos perdona, porque es misericordioso y sabe bien de que estamos hechos y recuerda que somos polvo”.

Al concluir, el Santo Padre pidió que el Evangelio “nos lleve a la sencillez y a la transparencia de la vida cristiana, sobre todo cuando nos dirigimos al Señor, con la verdad”. 

PALABRAS HIRIENTES


Palabras hirientes



En verdad las palabras pueden doler como los golpes físicos. Los padres deben saber que la crítica, el desprecio y los insultos –aun cuando se los diga en broma– pueden lastimar el amor propio, o dañar la autoestima, o detener el crecimiento de una imagen sana de sí mismo en los niños.

Las palabras dichas con amor ofrecen un real elemento constructivo de elogio, aliento, gratitud, disculpa a quien escucha. Nuestras palabras pueden herir o reconfortar, impedir o ayudar, frustrar o inspirar a la acción. He aquí algunas frases que son dulce música al oído y al corazón: “¡Muy buen trabajo!”. “Déjame ayudarte”. “Cometí un error, perdóname”. “¡Felicitaciones!”. “Estamos orgullosos de ti”. “Gracias”. “Te quiero”. “Admiro tu capacidad”. “Tú puedes hacerlo muy bien”.

“No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan” (Efesios 4, 29). San Francisco de Sales escribió: “El trato cortés y delicado es la crema de la caridad”. Que este mensaje oriente cada día tu conducta. Hasta mañana.


Padre Natalio

LA DEPRESIÓN


 La Depresión



Lo que conocemos como depresión es un trastorno afectivo, una enfermedad que provoca variaciones anímicas cíclicas, que varían en gravedad y duración. Como cualquier otra enfermedad afecta al organismo, es más que una sensación de tristeza.

¿Por qué nos deprimimos?

• Casos más graves

En los casos más graves, como es el caso de los enfermos bipolares, se piensa que puede ser genético.

• Resto de casos

Hay muchos factores que influyen en que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio. La pérdida de un ser querido, los problemas en una relación personal, los problemas económicos, o cualquier situación estresante en la vida también pueden precipitar un episodio depresivo.
Las causas de los trastornos depresivos generalmente incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales.

• Síntomas

La gravedad de los síntomas varía según la persona y la gravedad de la depresión:
- Falta de energía, agotamiento; dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
- Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
- Sentimientos de desesperanza, pesimismo, culpa, inutilidad o desamparo.
- Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
- Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
- Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta.
- Inquietud, irritabilidad, pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.

• Tipos de depresión

Los tres tipos más comunes son: depresión severa, la distimia y el trastorno bipolar. En cada uno de estos tres tipos de depresión, el número, la gravedad y la persistencia de los síntomas varían.

1.- La distimia, un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar de la persona.

2.- La depresión severa se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras.

3.- Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar, llamado también enfermedad maníaco-depresiva. Éste no es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico y fases de ánimo bajo.

• Evaluación

El primer paso para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la depresión.
El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista del paciente y análisis de laboratorio.

• Medicamentos

Entre los medicamentos antidepresivos utilizados se encuentran los "inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina" (ISRS) que son medicamentos nuevos, los tricíclicos y los "inhibidores de la monoaminoxidasa" (IMAO). Generalmente la dosis se debe ir aumentando hasta que la medicación es efectiva.
Por lo general, el efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se observa inmediatamente. Es importante seguir tomando el medicamento hasta que éste tenga oportunidad de actuar en el organismo.

• Terapia naturista

En los últimos años, el uso de hierbas para el tratamiento tanto de la depresión como de la ansiedad ha generado un gran interés.

• Psicoterapias

Actualmente son dos las psicoterapias más empleadas para superar la depresión a corto plazo. Por un lado, están las terapias dinámicas que ayudan al paciente a resolver sus conflictos internos.
Y por otro, se encuentran las terapias cognitivo-conductuales que ayudan a los pacientes a cambiar los estilos negativos de pensamiento y comportamiento que se asocian con la depresión.
Estas terapias a menudo se reservan para casos en que los síntomas depresivos han mejorado bastante. Para obtener mejores resultados, sobretodo en los cuadros depresivos severos por lo general requieren medicamentos, junto con, o antes de, una psicoterapia.
Por otra parte, la pauta que combina fármacos y psicoterapias ha resultado muy eficaz en el tratamiento de la depresión. Sin embargo, lo mejor para atajar la depresión es la prevención.

• Ayudándose uno mismo

Es importante ser consciente de que las maneras negativas de ver las cosas son parte de la depresión. Asimismo, el enfermo debe fijarse metas realistas, tomando en cuenta la depresión. Tratar de estar acompañado y de confiar en alguna persona; siempre es mejor que estar solo y no hablar con nadie. Tomar parte en actividades que le ayuden a sentirse mejor. No rendirse si su estado de ánimo no mejora de inmediato. Dejarse ayudar por sus amigos y familiares.

• Cómo prevenir la depresión

La estrategia preventiva se sintetiza en tres tipos: Prevención primaria que trata de evitar nuevos casos de depresión; Prevención secundaria, consiste en evitar agravamiento, recaídas y recurrencias, y finalmente la prevención terciaria, enfocada como la prevención del suicidio y de la cronicidad.
Centrándonos en la prevención primaria podemos diferenciar las medidas generales y las medidas individuales.
Medidas generales orientadas a la educación familiar y social (prevención familiar; autoestima familiar y escolar, y aprendizaje de autocontrol), política social (apoyo social y emocional a toda la población) y acción sanitaria (supresión del consumo abusivo de alcohol y drogas).

• Medidas individuales:

- Tratar de mantener unos niveles adecuados de autoestima;
- Educar la capacidad de autocontrol para poder afrontar los momentos de estrés mediante el pensamiento y la acción;
- Capacidad de superación en los infortunios naturales mediante la desdramatización y el sentido del humor;
- Tratar de desconectar de la vida laboral mediante la práctica de algún hobby, actividad recreativa, intelectual o cultural;
- Dedicar el tiempo suficiente a relacionarse con los demás, ya sean familia o amigos;
- Practicar sistemáticamente ejercicio físico, desde una actividad deportiva hasta un tranquilo paseo -su capacidad antidepresiva se potencia si se realiza al aire libre- y
- Mantener un estilo de vida regular, manteniendo ciertos hábitos sobretodo el ritmo de sueño-vigilia.

ESTAR SOLO


Estar solo


La soledad no es que no haya nadie.

La soledad es ir acompañado por la calle, ver algo que nos llama la atención y saber que uno no puede comentarlo, porque al que viene al lado no le importa, o no escucha, o se encoge de hombros, o mira y ni siquiera se encoge de hombros.

La soledad es oír que pasan por la radio aquella vieja melodía que nos eriza la piel y nos vuelve de dieciocho años los recuerdos... salir corriendo para decirle: "Vení... vení a escuchar..." y que él responda ya voy... y cuando llega al cuarto o a la cocina o al living, allí donde lo espera tu corazón y tu impaciencia, el locutor esté diciendo: "La melodía que acabamos de escuchar era..."

La soledad es que él haya regresado a casa, y en vez de quedarse con vos en la cocina mientras freís las milanesas, se vaya a leer el diario o a mirar el noticiero de T.V.

Y es que se olvide de que antes de irse a trabajar, a la mañana, quedaron en ir al cine por la noche y al llegar por la noche se quite los zapatos, la corbata y el saco y no mencione ni por casualidad la invitación.

La soledad es estar esperando, aunque el que esperemos esté junto a nosotros... junto, al lado... pero no CON nosostros.

Oyéndonos, no escuchándonos.
Mirándonos, pero no viéndonos.
Estando... no acompañando, ni participando, ni tratando de entender.

La soledad es querer gritar que aquí, dentro del pecho, se revuelve un dolor formado por silencios, llantos disimulados, preguntas sin respuesta.

Es que no podamos decir que nos va mal, pero que tampoco podamos decir que hay una luz de entusiasmo y de ganas en nuestra vida.
Es resignarse.

Que los demás lo vean a uno como apacible y dulce. Que piensen que esa apariencia es producto de una maravillosa paz interior, de una sabiduría que los años han ido dejando lujosamente en nuestro ser.

La soledad es empezar a decir: “Me da lo mismo", o: "No te preocupes...", cuando quisiéramos gritar: "Debe ser hoy y ahora", "Quiero ir... quiero hacer... quiero ver... quiero hablar". "Dios mío, quiero hablar."

Hablar y hablar hasta decirlo todo, hasta sacarnos de adentro todas las palabras que el miedo y la tristeza y el desgano han ido amontonando y mutilando y nos pesan como si fueran bloques de granito...

La soledad es saber que la piedad de los demás no existe, que la infelicidad les causa espanto y miedo porque temen que sea contagiosa... es saber que para estar acompañados hay que bañarse, hay que peinarse bien, vestirse cuidadosamente y parecer totalmente despreocupados y dichosos, sin necesidades apremiantes, sin problemas... y sin que nadie, nadie se de cuenta que estás solo.

Poldy Bird

HOY ES LA FIESTA DE SANTA CATALINA DE SIENA: DE ANALFABETA A DOCTORA DE LA IGLESIA, 29 DE ABRIL

Hoy es fiesta de Santa Catalina de Siena: De analfabeta a Doctora de la Iglesia
Por Abel Camasca

 (ACI).- “Si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”, decía Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia perteneciente a la tercera orden de Santo Domingo, gran defensora del Papado y proclamada Copatrona de Europa por San Juan Pablo II.

Santa Catalina nació en Siena (Italia) en 1347 en una familia de padres piadosos. Gustaba mucho de la oración, las cosas de Dios, y a los siete años hizo un voto privado de virginidad. Más adelante, su familia trató de persuadirla para que se casara, pero ella se mantuvo firme y sirvió generosamente a los pobres y enfermos.

A los 18 años recibió el hábito de la tercera orden de Santo Domingo, viviendo la espiritualidad dominica en el mundo secular y siendo la primera mujer soltera en ser admitida. Tuvo que superar muchas tentaciones del diablo que buscaban hacer que desistiera, pero ella seguía confiando en Dios.

En 1366, Santa Catalina vivió un “matrimonio místico”. Se encontraba en su habitación orando cuando vio a Cristo acompañado de su Madre y un cortejo celestial.


La Virgen tomó la mano de Catalina y la llevó hasta Cristo, quien le puso un anillo, la desposó consigo y le manifestó que ella estaba sustentada por una fe que podría superar todas las tentaciones. Después de ello, solamente Catalina podía ver el anillo.

Por aquel tiempo brotó una peste y la Santa siempre se mantuvo con los enfermos, los preparaba para la muerte y llegó incluso a enterrarlos ella misma con sus propias manos. Además, tenía el don de reconciliar hasta a los peores enemigos, más con sus oraciones a Dios que con sus palabras.

En esta época los Papas vivían en Avignon (Francia) y los romanos se quejaban de haber sido abandonados por sus Obispos, amenazando con realizar un cisma.

Gregorio XI hizo un voto secreto a Dios de regresar a Roma y al consultarle a Santa Catalina, ella le dijo: “Cumpla con su promesa hecha a Dios”. El Pontífice se quedó sorprendido porque no le había dicho del voto a nadie y más adelante el Santo Padre cumplió su promesa y volvió a la Ciudad Eterna.

Posteriormente, en el pontificado de Urbano VI, los cardenales se distanciaron del Papa por su temperamento y declararon nula su elección, designando a Clemente VII que fue a residir a Avignon. Santa Catalina envió cartas a los cardenales presionándolos para reconocer al auténtico Pontífice.

"Aunque era hija de artesanos y analfabeta por no haber tenido estudios ni instrucción, comprendió, sin embargo, las necesidades del mundo de su tiempo con tal inteligencia que superó con mucho los límites del lugar donde vivía, hasta el punto de extender su acción hacia toda la sociedad de los hombres; no había ya modo de detener su valentía, ni su ansia por la salvación de las almas", escribió de ella San Juan Pablo II en 1980 por el VI centenario de su muerte. 

La Santa también escribió a Urbano VI exhortándolo a llevar con temple y gozo los problemas, controlando el temperamento. Santa Catalina fue a Roma, a pedido del Papa, quien siguió sus instrucciones. La Santa también escribió a los reyes de Francia y Hungría para que dejen el cisma. Toda una muestra de la defensa del papado.

En otra ocasión Jesús se le vuelve a aparecer y le enseñó dos coronas, una de oro y otra de espinas, para que escoja. Ella le dijo: "Yo deseo, oh Señor, vivir aquí siempre conforme a tu pasión, y encontrar en el dolor y en el sufrimiento mi reposo y deleite". Luego tomó la corona de espinas y se la puso sobre la cabeza.

Santa Catalina murió el 29 de abril de 1380 en Roma con tan solo 33 años y de un ataque súbito. El Papa Pablo VI la nombró Doctora de la Iglesia en 1970 y fue proclamada Copatrona de Europa por San Juan Pablo II en 1999 junto a Santa Brígida de Suecia y Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Su fiesta es cada 29 de abril.

FELIZ DÍA!!!


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