miércoles, 10 de agosto de 2016

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 10 DE AGOSTO 2016 - SI EL GRANO DE TRIGO MUERE, DA MUCHO FRUTO

Si el grano de trigo muere, da mucho fruto
Fiesta San Lorenzo. Es necesario dejar de ser grano, renunciar, para dar el mejor fruto. El distintivo de todo verdadero cristiano es el amor. 



Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: en verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 

Oración introductoria
Señor, ayúdame a servirte siempre y en todo. A saber vivir sostenido por tu amor, dispuesto a dejarme cribar con una confianza ilimitada en tu Providencia, por un amor apasionado y abrazado a tu cruz.

Petición
Señor, dame la generosidad para pasar mi vida sirviendo a los demás.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo.
El evangelista Juan desea resaltar que ha llegado «la hora» de Jesús, la hora de su pasión-glorificación. Sólo ahora la obra de Cristo se abre a todos, cayendo todo límite que la frenaba. De ahí la metáfora del grano de trigo. Sabemos que no perece todo, pero tiene que ser sepultado, enterrado para producir vida nueva.
Jesús ha de morir si quiere «llevar fruto», si ha de tener éxito; pero también esa muerte será fecunda. La muerte de Jesús es la muerte de la que procede todo «fruto». De ahí que se designe como una muerte salvadora, como una muerte de la que brota la vida eterna, «la vida otra». En todo caso, la imagen del «producir fruto» ha de mantener la mayor apertura posible.


Jesús nos presenta, una sencilla parábola pero con un gran significado, la rutina de una semilla, una forma simple para comunicarse con la gente. Y como con las palabras no podía convencerlos suficientemente, se vale de un ejemplo, porque el trigo da mucho más fruto después que muere. «Y si esto sucede en las semillas, con mayor razón en Mí.» (Crisóstomo).
La gente conoce el recorrido de la semilla, desde los recovecos del suelo que la asfixia, la pudre y allí muere, pero con gran asombro, aparece viva sobre los surcos y se convierte en una dorada espiga con muchos granos nuevos. En otras palabras, la semilla muere sola y resucita multiplicando sus frutos. Nuestro Señor Jesucristo, «murió solo y resucito acompañado de muchos». (San Beda)
Jesús nos invita a seguirle en esa entrega total. Nos invita a tener una actitud de confianza completa y sin reservas a la salvación del reinado de Dios.
Esta actitud y conducta nos la enseña Jesús no sólo con palabras sino con su misma vida, muerte y resurrección. Recordemos las palabras de Jesús: «Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por los que ama». El que entrega su vida por los demás, ama de veras, se olvida de su propio interés y de su propia seguridad y lucha por una vida digna y libre para todos.
El martirio de san Lorenzo sucedió en los orígenes de la Iglesia, pero siempre los mejores cristianos han dado su vida por los demás siguiendo el ejemplo de Jesús. Ahora nos toca a nosotros y nos podemos preguntar cada uno de nosotros: ¿Hasta dónde estoy dispuesto a llegar?
«Jesús usa una imagen sencilla y sugestiva, la del “grano de trigo” que, al caer en la tierra, muere para dar fruto. En esta imagen encontramos otro aspecto de la Cruz de Cristo: el de la fecundidad. La cruz de Cristo es fecunda. La muerte de Jesús, de hecho, es una fuente inagotable de vida nueva, porque lleva en sí la fuerza regeneradora del amor de Dios. Inmersos en este amor por el Bautismo, los cristianos pueden convertirse en “granos de trigo” y dar mucho fruto si, al igual que Jesús, “pierden la propia vida” por amor a Dios y a los hermanos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de marzo de 2015).
Reflexión
Jesucristo dice: "Si el grano de trigo no muere, no dará fruto". El grano que quiera seguir como grano, que le tenga miedo a la humedad, que no esté dispuesto a desaparecer como grano, ¿cómo ha de dar fruto? Si el grano muere, nacerá una nueva planta. Si es de maíz, dará muchos elotes, que tendrán muchos granos cada uno. Pero es necesario dejar de ser grano para dar todo ese fruto.

Así, Jesucristo habría de morir para darnos un gran fruto: la salvación de nuestras almas, el perdón de los pecados, la apertura nuevamente del Cielo para nosotros, la vida eterna, la gracia santificante, recobrar nuevamente la amistad con Dios. Todo ello es parte del fruto que Jesucristo dará al morir como grano de trigo en la cruz.

Luego, inmediatamente, el mismo Jesús dice: "El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna".

Estas palabras son muy importantes para un cristiano, para un verdadero seguidor de Jesucristo, para todos aquellos que quieren imitarle en sus vidas. Él nos dice que las personas que son egoístas, que piensan en su comodidad, en su bienestar, en su placer, olvidándose de los demás no obtendrán la vida eterna. Si pasarán esta vida con placer, con comodidad, cumpliéndose todos sus caprichos, pero perderán los más importante, la vida eterna. Aquél que busca lo mejor para sí mismo, que no le importa dañar a los demás, u ofenderlos, o maltratarlos con tal de lograr sus placeres no vivirá con el Señor la vida eterna. Cambia el placer que se va pronto, que dura "nada", por toda la vida eterna.

Por el contrario, quien no se interesa por los placeres, por las comodidades, por cumplir sus caprichos y egoísmos, quien piensa en los demás, se entrega por ellos y los ama, ese alcanzará lo más importante, lo que nunca ha de acabarse: la vida eterna.

Y Jesucristo que nos dice esas palabras, es el primero en darnos el ejemplo: pues Él ha de ofrecer su vida, ha de perderla, ha de morir, para darnos la vida eterna, para perdonarnos los pecados, para darnos la salvación. "El que se aborrece a sí mismo". Nuestro Señor, un verdadero ejemplo de amor por nosotros. No le importó morir, ni sufrir tanto, ni ser despreciado, abofeteado, escupido, azotado, ridiculizado, golpeado, coronado de espinas, despreciado, crucificado y ajusticiado en la cruz, con tal de buscar nuestro bien. ¡Eso es amor! ¡Eso es amar al prójimo! ¡¡Eso es vivir la ley de Dios: amar a Dios y al prójimo! Por eso nuestro Señor será capaz de decirnos: “Ámense como yo los he amado” ¡Hasta dar la vida por los demás!

Recordemos lo que decían de los primeros cristianos hace ya dos mil años: "¡Miren cómo se aman!". Los pueblos paganos quedaban maravillados por el amor con que se trataban entre sí los cristianos y el amor con que trataban a todos los demás. El verdadero cristiano ha de ser como Jesucristo: Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. ¿Acaso Jesucristo no hizo eso en la cruz por todos y cada uno de nosotros? Imitémosle.

El auténtico cristiano, el verdadero católico es quien ama al prójimo y no se preocupa de sí mismo. Tengamos cuidado de los placeres, de las comodidades, de los caprichos, de los deseos, pues lo único que hacen es convertirnos en el centro de nuestro amor: nos buscaremos a nosotros mismos.

Quien verdaderamente ama a su prójimo pensará en ellos continuamente: el esposo, en su esposa; la esposa, en el esposo; los padres, en los hijos; el ciudadano, en sus conciudadanos; el maestro, en sus alumnos;

El mundo pagano se distingue por el egoísmo. El mundo cristiano se ha de distinguir por el amor. ¿Cuál mundo estamos construyendo? ¿Soy pagano o soy cristiano? El mundo pagano termina con la muerte. El mundo cristiano empieza con la vida eterna.

Jesucristo muere en la cruz para perdonarnos los pecados, para darnos nuevamente la amistad con Dios, nos vuelve a abrir las puertas del Cielo, nos hace partícipes de la vida eterna, nos da su gracia. El Señor nos enseña: "El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna", y "Si el grano de trigo no muere, no dará fruto". El distintivo de todo verdadero cristiano es el amor.

Sabemos que por mucho tiempo que pueda vivir un hombre en la tierra, no será más que una gota en medio de la inmensidad del océano, un punto en medio de la eternidad. ¿No será preferible dejar un poco las comodidades de aquí para entrar en la eternidad por la puerta grande?

¿Cuántas veces pensamos en ella? ¿La tenemos como una realidad? ¿O sólo es algo lejano e imaginario? Los santos mártires, como San Lorenzo, nos ponen ante los ojos el valor de la vida futura. Antes de padecer los sufrimientos a los que le sometieron -ser quemado vivo- reflexionó unos instantes y optó por Cristo a pesar de todo. Porque sabía muy bien qué encontraría después de su muerte.

Propósito
Darme el tiempo para escuchar a las personas con las que convivo diariamente: oír, comprender, acompañar, sin buscar alguna ventaja personal.

Diálogo con Cristo 
Generosidad, valentía, fe, perseverancia, paciencia, tenacidad, celo apostólico y humildad son las virtudes que deben abonar la semilla de mi vida, para que dé el fruto para lo cual fue creada. Señor, dame tu gracia para dejar a un lado todo lo que me aparte de cumplir tu voluntad.

COMO UNA ESCOBA


Como una escoba



El humilde reconoce a Dios como autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino crear distancia respecto de los otros.

Cuando Bernardita Soubirous era religiosa de las Hermanas de la Caridad, una hermana de la comunidad le enseñó una foto de los lugares de Lourdes y manifestaba la grandeza de haber sido elegida para tan gran don como es la visión de la Virgen. Bernardita se limitó a sonreír y, con aparente ingenuidad, preguntó: —Hermana, ¿para qué sirve una escoba? —Para barrer. Bernardita siguió preguntando: — ¿Y después? —Se guarda en su sitio, detrás de la puerta. —Así ha hecho la Virgen conmigo. Me usó y me ha vuelto a poner en mi sitio. Y yo estoy muy bien.

Santo Tomás de Aquino afirma que Cristo alabó tanto la humildad, porque ella anula el principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus dones, y los retira cuando ella desaparece. Bernardita fue instrumento de la Virgen María por su humildad. También san Juan Bautista lo fue de Dios.


* Enviado por el P. Natalio

SAN LORENZO, DIÁCONO MÁRTIR, 10 DE AGOSTO


Hoy celebramos a San Lorenzo, famoso diácono mártir que murió quemado en una hoguera
Por Abel Camasca


 (ACI).- “La Iglesia de Roma nos invita hoy a celebrar el triunfo de San Lorenzo, que superó las amenazas y seducciones del mundo, venciendo así la persecución diabólica”, dijo una vez el Obispo San Agustín en uno de sus sermones.

San Lorenzo era uno de los diáconos que ayudaba al Papa San Sixtus II, quien fue asesinado por la policía del emperador mientras estaba celebrando Misa en un cementerio de Roma.

La antigua tradición cuenta que San Lorenzo, al ver que iban a matar al Pontífice, le dijo: “Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?” y el Santo Padre le respondió: “Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás”.

San Lorenzo se alegró muchísimo de saber que iría pronto al cielo y, viendo el peligro que se aproximaba, recogió todos los bienes que la Iglesia tenía en Roma, los vendió y repartió el dinero a los más necesitados.


El alcalde de  la ciudad, que era pagano y apegado al dinero, llamó a San Lorenzo y le mandó que le lleve los tesoros de la Iglesia para costear una guerra que el emperador iba a empezar. El Santo le pidió unos días de plazo para reunirlos.

El diácono entonces juntó a los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con las limosnas. Mandó llamar al alcalde y le dijo que ellos eran los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo.

El alcalde, lleno de rabia, lo mandó matar lentamente, prendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron a San Lorenzo. Los fieles vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor  muy hermoso y sintieron un aroma agradable, mientras que los paganos no percibían nada de eso.

Tras un rato de estarse quemando por un lado en la parrilla, el valiente mártir le dijo al juez que le dieran la vuelta para quedar completamente quemado. Cuando ya se acercaba su hora y con una tranquilidad impresionante, pidió a Dios por la difusión del cristianismo en el mundo y partió a la Casa del Padre el 10 de agosto del 258.

Se dice que este martirio significó el declive de la idolatría romana y que la Basílica de San Lorenzo en Roma es considerada la quinta en importancia.

La devoción a este gran Santo se ha expandido por todo el mundo y muchos pueblos y ciudades llevan su nombre.

Incluso el nombre del equipo de fútbol favorito del Papa Francisco, el  Club Atlético San Lorenzo de Almagro, es en honor al diácono mártir. Tal como fue el deseo del salesiano P. Lorenzo Massa, en los inicios de fundación del  equipo.

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Biografía de San Lorenzo 

Su nombre significa: "coronado de laurel".

Los datos acerca de este santo los ha narrado San Ambrosio, San Agustín y el poeta Prudencio.

Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres.

En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6 de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del emperador. Cuatro días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.

La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que al Sumo Pontífice lo iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?" y San Sixto le respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás". Lorenzo se alegró mucho al saber que pronto iría a gozar de la gloria de Dios.

Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todo el dinero y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres. Y vendió los cálices de oro, copones y candelabros valiosos, y el dinero lo dio a las gentes más necesitadas.

El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candelabros muy valiosos. Vaya, recoja todos los tesoros de la Iglesia y me los trae, porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar".

Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los que posee el emperador".

Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de la iglesia de Cristo!"

El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar, pero no crea que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco para que padezca todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene tantos deseos de ser mártir, lo martirizaré horriblemente".

Y encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el mártir tenía de ir junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de esa tortura.

Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor hermosísismo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los paganos ni veían ni sentían nada de eso.

Después de un rato de estarse quemando en la parrilla ardiendo el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo. Cuando sintió que ya estaba completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden comer". Y con una tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.

El poeta Pruedencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para la conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este gran hombre convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatía empezó a disminuir en la ciudad.

San Agustín afirma que Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los que se encomendaban a San Lorenzo.

El santo padre mandó construirle una hermosa Basílica en Roma, siendo la Basílica de San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad Eterna.

SIETE DATOS CURIOSOS SOBRE SAN LORENZO, MARTIRIZADO EN UNA PARRILLA EN EL SIGLO III


7 datos curiosos sobre San Lorenzo, martirizado en una parrilla en el siglo III
Por Diego López Marina


 (ACI).- Este 10 de agosto se celebra a San Lorenzo, uno de los 7 diáconos de Roma del Papa Sixto II y ciertamente uno de los más famosos de la antigüedad.

Aquí algunos datos curiosos de la vida de este importante santo.

1. Es patrono de los cocineros

San Lorenzo de Roma es el Santo patrón de los cocineros. El Santo fue condenado a morir quemado en una hoguera, específicamente en una parrilla de hierro.

Según la tradición, después de un rato de estarse quemando en la parrilla dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo.

2. Una Basílica de Roma está dedicada a él

La Basílica de San Lorenzo Extramuros, donde se encuentra la tumba del Santo, es una de las cinco basílicas patriarcales o papales y una de las iglesias que se deben de visitar en el peregrinaje de las 7 iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria del Año Santo.

Al interior de la Basílica se encuentra una piedra de mármol donde según la tradición, fue colocado el cuerpo del San Lorenzo inmediatamente después de su martirio, quedando impresa parte de su silueta.


Cada año se realiza una peregrinación en el barrio de San Lorenzo precedida por una Santa Misa. La romería es acompañada por una reliquia del Santo llevada en una pequeña custodia.


3. En Roma es el Santo más importante después 
de Pedro y Pablo

Con una tranquilidad que nadie había imaginado, durante su martirio rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, hasta exhalar el último suspiro.

El profesor de teología sistemática, Don Francesco Moraglia, explica en un artículo que “la ciudad, que le atribuía la victoria definitiva sobre el paganismo, lo eligió como su tercer patrono y celebra su fiesta desde el siglo IV, como segunda fiesta en orden de importancia después de la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo”.

Asimismo se elevó en su honor “34 iglesias y capillas, signo tangible de gratitud hacia aquel que, fiel a su ministerio, había sido entre ellos un verdadero ministro y servidor de la caridad”.

4. Su martirio fue vaticinado por el Papa San Sixto II

San Lorenzo era uno de los diáconos que ayudaba al Papa San Sixto II, quien fue asesinado por la policía del emperador mientras estaba celebrando Misa en un cementerio de Roma. La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que al Sumo Pontífice lo iban a matar, este último dijo:

“A nosotros, porque somos viejos, se nos ha asignado el recorrido de una carrera más fácil; a ti, porque eres joven, te corresponde un triunfo más glorioso sobre el tirano. Pronto vendrás, deja de llorar: dentro de tres días me seguirás. Entre un obispo y un levita es conveniente que exista este intervalo" (San Ambrosio, De Officiis, n. 206).

5. El Papa San León Magno le dedicó una bella homilía

En el siglo V, el Doctor de la Iglesia y Papa, San León Magno, dijo sobre el San Lorenzo que "las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por fuera era más débil del que ardía dentro de él".

Añadió: "El Señor quiso exaltar hasta tal punto su nombre glorioso en todo el mundo que, desde Oriente hasta Occidente, en el resplandor vivísimo de la luz irradiada por los más grandes diáconos, la misma gloria que recibió Jerusalén por Esteban tocó también a Roma por los méritos de Lorenzo" (Homilía 85, 4: PL 54, 486).

6. Un fenómeno astronómico lleva su nombre  

"Lágrimas de San Lorenzo" es el nombre popular con que se conoce a una lluvia de estrellas fugaces (las Perseidas) visibles cada año en torno al 11 y 12; o 12 y 13 de agosto. El nombre comenzó a utilizarse en memoria del diácono martirizado, mucho después en la Europa medieval.

7. Un club de fútbol lleva su nombre

El nombre del equipo de fútbol favorito del Papa Francisco, el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, es en honor al diácono mártir. Tal como fue el deseo del salesiano P. Lorenzo Massa, en los inicios de fundación del equipo.

10 DE AGOSTO SE CELEBRA EL DÍA DE LOS DIÁCONOS PERMANENTES


Hoy 10 de agosto también se celebra el Día de los Diáconos Permanentes
Por Diego López Marina



 (ACI).- Con ocasión de la Fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir de la Iglesia, este 10 de agosto también se celebra el Día de los Diáconos Permanentes.

En el siglo III San Lorenzo fue uno de los 7 diáconos de Roma que ayudaban al Papa Sixto II, quien le nombró administrador de los bienes de la Iglesia y le permitió distribuir ayuda a los pobres y necesitados.

En la historia de la Iglesia los diáconos siempre han sido de gran ayuda para que los sacerdotes o presbíteros desarrollen su ministerio. Si bien el diácono ha recibido el sacramento del Orden, éste no es propiamente un sacerdote, y por lo tanto no tiene sus potestades.

El sacramento del Orden en sus tres grados –episcopado, presbiterado y diaconado– se encuentran explicados entre los numerales 1554 y 1571 del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC).


El diácono se ordena al ministerio de la palabra, la liturgia y la caridad. Su función principal es la asistencia cualificada al sacerdote en las celebraciones y no es simplemente un “ayudante”.

El resto de funciones de los diáconos están recogidas en la constitución dogmática Lumen Gentium y en los cánones 757, 835, 910, 943 y 1087 del Derecho Canónico.

Algunas de estas competencias son: el bautismo, conservar y distribuir la Eucaristía, ser ministros de la exposición del Santísimo y de la bendición eucarística, ser ministro ordinario de la sagrada comunión, portar el viático a los moribundos, en nombre de la Iglesia asistir y bendecir el matrimonio, leer la Sagrada Escritura a los fieles, administrar los sacramentales como el agua bendita, bendición de casas, imágenes y objetos, presidir el rito fúnebre y la sepultura.

El diaconado considerado en sí mismo como ministerio permanente decae en occidente después del siglo V, y este primer grado del sacramento del orden es reducido a una simple etapa para llegar al grado sucesivo, es decir, al sacerdocio.

Tras el Concilio Vaticano II fue restablecido el diaconado "como un grado particular dentro de la jerarquía".  

La constitución Lumen gentium, especifica en el numeral 29: "con el permiso del Romano Pontífice, se puede conferir este diaconado a hombres de edad madura casados o también a jóvenes idóneos, pero para éstos hay que mantener como obligatoria la ley del celibato" (EV, 1/360).

Estos deberán tener una preparación de 3 años para recibir las sagradas órdenes según está establecido en el Código de Derecho Canónico numeral 236.

El Papa Pablo VI, en su carta apostólica Sacrum diaconatus ordinem del 18 de junio de 1967, señala que el orden del diaconado “no debe ser considerado como un puro y simple grado de acceso al sacerdocio; sino que él, insigne por su carácter indeleble y su gracia particular, enriquece tanto a aquellos que son llamados a él y pueden dedicarse ‘a los misterios de Cristo y de la Iglesia’ de manera estable” (EV, 2/1369).

QUÉ PEDIMOS EN LA ORACIÓN?


¿Qué pedimos en la oración?
Pedimos la gracia más importante: la conversión de los corazones, la victoria sobre el pecado, el crecimiento en el amo


Por: ¿Qué pedimos en la oración? | Fuente: es.catholic.net 




Las oraciones surgen desde la fe: creemos en Dios y confiamos en su Amor providente. Entre esas oraciones, muchas tienen como meta una petición.

¿Qué pedimos en la oración? Pedimos la gracia más importante: la conversión de los corazones, la victoria sobre el pecado, el crecimiento en el amor.

Pedimos también por necesidades concretas: que haya comida en la mesa, que haya trabajo para todos, que haya serenidad en la familia.

Pedimos por la paz: la paz interior, que permite convivir como hermanos. La paz exterior, que nace de la justicia, de buenas leyes y de gobernantes honestos.

Pedimos por la lluvia y por el tiempo favorable a las cosechas, por el aire limpio y por un poco menos de calor (o de frío).



Pedimos por los que están encadenados por la tibieza y la apatía, por la desgana y por la cobardía, por el miedo y por el respeto humano.

Pedimos por quienes sufren a causa de las tentaciones de la carne, de la avaricia, de la envidia, de la soberbia, del rencor.

Pedimos por los pobres y los enfermos, por los abandonados y los excluidos, por los perseguidos y los discriminados, por los huérfanos y las viudas.

Pedimos por los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos. También por los hijos antes de nacer y por las madres en dificultad.

Pedimos tantas cosas. La lista parece interminable. Llevamos nuestras súplicas al Padre, en el nombre de su Hijo Jesucristo, por el Espíritu Santo.

Las acompañamos con la intercesión de la Virgen María y de los santos. Las unimos a tantos monasterios donde, sin cesar, mujeres y hombres contemplativos elevan a Dios una oración de súplica llena de esperanza.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 10 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 10



Vivir es obrar; obrar es luchar; luchar es vibrar y hacer vibrar a los demás.

La mayoría de los hombres vive en una perpetua prórroga, dejando para un mañana hipotético, cuya aurora se obstina en no brillar jamás, las reformas, las ejecuciones decisivas.

Y no es otra cosa que perder el tiempo; no emplearlo. Al tiempo perdido se le llama solamente existencia. Como existe la piedra; aunque la piedra "existiendo" llena su misión. En cambio, al tiempo empleado se le llama vida; como vive todo el que desgasta sus fuerzas en el perfeccionamiento propio o ajeno.

¿Existes o vives?  ¿Empleas el tiempo para ti, para perfeccionarte, para superarte?  ¿Lo empleas para los demás?  ¿Sientes que tu vida está llena con un ideal, o la sufres vacía y hueca?  ¿Tienes ansias de vivir, o ya estás poco menos que cansado de la vida?
Centra tu vida en Dios y te sentirás feliz.

“Cristo, por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección de entre los muertos y gloriosa ascensión… destruyó nuestra muerte; y con su resurrección restauró nuestra vida” (SC 5). Nuestra vida, por Cristo, es otra vida, con dimensiones distintas; recuerda qué era tu vida antes de tu encuentro con Cristo y qué es ahora. Y qué deseas que llegue a ser.


* P. Alfonso Milagro

BEATOS MIGUEL TOMASZEK Y ZBIGNIEW STRZALKOWSKI, SACERDOTES MÁRTIRES, 9 DE AGOSTO

Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 9 de agosto


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



Sacerdotes y Mártires

Martirologio Romano: En distintas localidades de la diócesis de Chimbote, Perú, beatos Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski sacerdotes profesos polacos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, yAlessandro Dordi  sacerdote diocesano italiano, asesinados por odio a la fe. ( 1991)
Fecha de beatificación: 5 de diciembre de 2015, durante el pontificdo de S.S. Francisco
Breve Biografía

Tras completar sus estudios teológicos en el Seminario Mayor de Cracovia, y mostrando un óptimo dominio del español, los padres franciscanos polacos Michael (Miguel) Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski partieron en misión hacia los Andes peruanos junto al padre Jaroslaw Wysoczanski [1], dedicándose a la "difícil tarea" de la atención de la pobre parroquia de Pariacoto y de otros pueblos de la zona (Yaután, Cochabamba y Pampa Grande).
El P. Jaroslaw relata: "Fue grande la alegría por nuestra llegada, éramos conscientes que nos habían esperado mucho tiempo, ya que durante muchos años nadie había anunciado la Buena Nueva de Jesús en la región. Nuestro plan pastoral era formar comunidades cristianas y crear una escuela para catequistas.  En nuestras visitas pastorales éramos recibidos con fervor y entusiasmo. Éramos conscientes de las difíciles condiciones de vida en estas comunidades que están a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, con muy malos caminos, casi todos ellos sin pavimentar, la mayoría tan sólo son accesibles a caballo o mula. A veces el viaje podría tomar doce o más horas".


Por desgracia, no era un buen momento para el Perú: las semillas del terrorismo se había sembrado y producido tanto odio.
El contexto: obispo amenazado
El obispo de Chimbote, Luis Bambarén Gastelumendi, estaba amenazado por los terroristas comunistas. Como cuenta un reportaje en LaRepublica.pe "casi semanalmente recibía escritos y en su andar por la ciudad pesquera observaba pintadas rojas en las paredes de las casas. Sabía del inminente riesgo para él y los sacerdotes que predicaban su fe en diferentes puntos de la región. Hasta que una amenaza más llegó, pero esta vez mucho más específica: "Si no renuncia mataremos dos sacerdotes por semana", decía un mensaje escrito a mano que incluía otras tantas frases de odio que caracterizaba a Sendero Luminoso".
"Ante esta nueva arremetida, monseñor Bambarén, presuroso, no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias bajo su influencia para informarles y advertirles de las amenazas. "Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países", recuerda haber dicho en una reunión con los sacerdotes. Presentes estaban los padres polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Alessandro Dordi. Aquella vez, los dos primeros que trabajaban en el poblado andino de Pariacoto y el último en Santa manifestaron su intención de no mudarse".
El martirio
Llevaban ya tres años viviendo en aquellas zonas pobres y rurales de la diócesis de Chimbote, cuando la tarde del 9 de agosto de 1991 el pueblo se llenó de pintadas de Sendero Luminoso. Los frailes franciscanos sabían que eso significaba un inminente asalto, pero continuaron con su trabajo: el coro, el catecismo, la visita a un niño enfermo... Al anochecer, Fray Zbigniew empezó la exposición del Santísimo Sacramento, que duró hasta que llegó Fray Miguel con su camioneta para decir misa. Concluida la misa, cerraron las puertas del templo.
Poco después llegaron unos encapuchados, que entraron a la fuerza, les ataron las manos y se los llevaron. Dejaron a los novicios porque Strzalkowski les convenció. Probablemente les salvó así su vida. Pocos minutos después eran asesinados cerca del cementerio junto a los alcaldes de Pariacoto y Pueblo Viejo. A la vuelta, los criminales se encontraron con el primer edil de Cochabamba y lo mataron también.
Los terroristas no podían dejar de adoctrinar a sus víctimas antes de matarlas. En el camino desde la iglesia al lugar del fusilamiento los encapuchados expusieron su batería de eslóganes: sus Biblias y rosarios, dijeron, engañaban al pueblo; eran culpables, les dijeron, de "infectar a las personas mediante la distribución de alimentos de la imperialista Caritas" y de adormecer "el ímpetu revolucionario con la predicación de la paz". Tanto hablar de "paz" disuadía a los jóvenes de unirse al grupo terrorista.
Cuenta José Luis Restán que "el propio líder de Sendero, Abimael Guzmán, reconoció posteriormente en una conversación en la cárcel con el entonces obispo de Chimbote, Luis Bambarén, que los misioneros habían sido "ejecutados" porque con su actividad caritativa y su predicación impedían a los jóvenes sumarse a la causa de la revolución".
Michal Tomaszek
Micha? Tomaszek nació el 23 de septiembre de 1960 en ??kawica y fue bautizado un mes más tarde en la Parroquia de San Miguel allí. Él ya era monaguillo cuando recibió su primera comunión en 1969. Su padre murió ese mismo año. A los 15 años, ingresó en el seminario menor de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Permaneció allí hasta 1980, cuando comenzó el noviciado en Smardzewice. El 4 de octubre de 1980, la fiesta de San Francisco de Asís, vestía el hábito franciscano, por primera vez y un año después profesó los votos temporales.
Después de tomar los votos temporales, el Hermano Micha? estudió filosofía y teología en el seminario franciscano conventual en Cracovia, donde defendió su tesis sobre la teología moral, dos años después de haber hecho su profesión solemne.
Fue ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1987, cuando tenía 27 años de edad. Los dos años posteriores laboró como coadjutor en la iglesia parroquial de Piensk. Lleno de emoción y entusiasmo, Micha? partió como misionero hacia Perú el 25 de julio de 1989, la festividad de Santiago Apóstol.  El hispanizó su nombre a Miguel.
Zbigniew Strzalkowski
Zbigniew nació en Tarnów el 3 de julio de 1958, y fue bautizado en la catedral una semana más tarde. En 1967 recibió su primera comunión. Después de la escuela primaria, Zbigniew fue a la escuela técnica en su ciudad natal y comenzó a trabajar a los 20 años. Un año más tarde ingresó en el noviciado de los frailes Franciscanos Conventuales. De 1980 a 1986 estudió filosofía y teología en Cracovia. El 8 de diciembre de 1984, solemnidad de la Inmaculada Concepción, profesó votos solemnes y el 7 de junio de 1986, a los 28 años, fue ordenado sacerdote en Breslavia.
Durante dos años trabajó como Vice-Rector del Seminario de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Luego, el 30 de noviembre de 1988, la fiesta de san Andrés, viajó a Perú para trabajar como misionero.
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NOTA
[1] En la fecha del martiro el P. Jaroslaw Wysoczanski habia vuelto a Polonia por unos días por el matrimonio de su hermana.
Fuentes: obispadodechimbote.org
religionenlibertad.com
pastoralcentre.pl

BUENOS DÍAS!!!


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