Mostrando entradas con la etiqueta EDUCACIÓN DE HIJOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EDUCACIÓN DE HIJOS. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de enero de 2022

CON ESTE ALFABETO DEL NIÑO JESÚS PUEDES EVANGELIZAR A TUS HIJOS



Con este "alfabeto" del Niño Jesús puedes evangelizar a tus hijos

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa




Un antiguo “alfabeto” del Niño Jesús puede resultar muy útil para ayudar en la evangelización de los más pequeños en casa, desde temprana edad.

El alfabeto fue realizado por el sacerdote francés Jules de Bellune, canónigo de la Diócesis de Tour, a fines del siglo XIX. Ha sido compilado y traducido para la Enciclopedia Católica de ACI Prensa.

El sacerdote francés explica a los más pequeños que “este es un libro que les enseñará a conocer y amar al Niño Jesús”.

Se trata, indica, de “un alfabeto en el que cada letra les presentará la imagen del Divino Niño y les recordará una de sus virtudes o de sus perfecciones”.

Al tiempo que “una explicación inspirada por el Evangelio, Nuevo Testamento, acompaña por doquier la imagen de Jesús”, el sacerdote francés alienta a los niños a leer “estos textos piadosos con respeto y amor”.

“Sus queridos padres les ayudarán a comprenderlas, y las guardarán en sus corazones como una gota de perfume caída en el fondo de un vaso”, expresa.

“Léanlas como salidas de la boca de Jesús Cristo mismo, que quiere, según la simplicidad de su edad, nutrirlos tiernamente con la palabra de vida”, anima.

En la letra “A”, por ejemplo, Jules de Bellune recuerda la palabra “Amor”, alentando a los niños a que “amen a Dios más que a todas las cosas; Él es su creador. Amen a sus padres, que ocupan cerca de ustedes el lugar de Dios”.

La letra “D”, indica, es de “Dulzura”, animando a los pequeños a que “sean dulces como Jesús y serán amados como Jesús”.

La “R”, dice, es de “Realeza”. “El Rey de las almas, es Jesús: obedezcan siempre a este rey tan Grande y tan Bueno”, aconseja el sacerdote francés.


Para acceder al Alfabeto del Niño Jesús, puede ingresar a: 

https://ec.aciprensa.com/wiki/Catequesis_para_ni%C3%B1os:_Alfabeto_del_ni%C3%B1o_Jes%C3%BAs




“A” de Amor: Mis queridos niños, amen a Dios más que a toda las cosas; Él es su creador. Amen a sus padres, que ocupan cerca de ustedes el lugar de Dios.


“B” de Bondad Serán buenos si se parecen a Jesús, la Bondad misma, y si le obedecen.



“C” de Caridad: la caridad es una virtud venida del cielo, que nos hace amar a Dios por Él mismo y al prójimo por amor a Dios


“D” Dulzura: sean dulces como Jesús y serán amados como Jesús.


“E” La esperanza cristiana nos da una firme confianza de que iremos un día al cielo, con los auxilios de Dios.


“F” La fe es una virtud mediante la cual creemos firmemente todo lo que la Iglesia nos enseña de parte de Dios.


"G" La generosidad. Ser generoso es repartir con alegría en torno de sí los bienes que se ha recibido de Dios



"H" Humildad. Dios detesta el orgullo:ama a los niños humildes que reconocen sus propios errores y sus debilidades


"I" Inocencia: Nada es más hermoso que la inocencia, es decir la blancura de un alma sin tacha.


"J" Justicia: La Justicia es dar a cada uno lo suyo.



"K" ¡Kyrie Eleison!: "¡Señor ten piedad de nosotros!", Pidamos a Dios a menudo, como dice el sacerdote en el altar, que tenga piedad de nosotros.



"L" Luz: La más bella de todas las luces, es la luz de la verdad.


"M" Mortifiquen sus defectos, es decir, combátanlos para poder corregirlos.


Naíf: Ser naíf es ser simple. Sean simples como las palomas, es el consejo de Jesús.


"O" Obrero: Jesús quiso ser obrero para enseñarnos a amar el trabajo y honrar a los trabajadores.


"P" Pureza: es el brillo de un corazón sin pecado.


"Q" Quietud: La quietud es la paz que da una buena conciencia.


"R" de Realeza: El Rey de las almas, es Jesús: obedezcan siempre a este rey tan Grande y tan Bueno.


"S" de Sumisión: ¿Quieren ser felices? Obedezcan a Dios, a sus padres y a sus maestros.


"T" Trinidad: Un solo Dios en tres personas, es el gran misterio de la fe.


"U" de Unidad: Todas las almas se unen por la caridad, que es el vínculo de los corazones.



"V" de Vocación: Cada uno de nosotros tiene un camino seguro que llega al cielo. A eso llamamos vocación.



"X" Primera letra del nombre de Cristo en la lengua griega. El nombre de Jesús es un nombre adorable ¡pronunciémoslo!


"Y" de Yoles o barco pequeño. Tu alma es una barquilla que hay que conducir al cielo.


"Z" Zelo, zelare, zelavi, zelatus: Deseo ardiente de dar a conocer a Dios, y de que sea amado.

martes, 22 de octubre de 2019

HIJOS FIRMES O VULNERABLES?



¿Hijos firmes o vulnerables?
Algunos consejos para formar la voluntad de nuestros hijos


Por: Lucía Legorreta de Cervantes | Fuente: yoinfluyo.com




Somos muchos los padres de familia preocupados por las influencias del ambiente sobre nuestros hijos. ¿Cuál es la diferencia entre aquellos que se mantienen en los principios y los que se dejan envolver por el ambiente?    ¿Qué es lo que hace que algunos sean firmes y otros vulnerables?

La diferencia está en la formación de la voluntad, y ésta se refleja en los diversos ámbitos de la vida.

Todos conocemos a personas que intentan dejar de fumar, cumplir la dieta, ser ordenados y empezar a leer.  Sin embargo, la dieta se rompe, el libro no se termina de leer y los malos hábitos vuelven a dominar.

Nos encontramos con el contraste de personas que “logran” lo que quieren con el simple hecho de proponérselo, mientras que otros, por más que lo intentan, no logran conseguir lo que se proponen.

Los hombres como seres racionales, estamos dotados de “voluntad”, pues somos libres y elegimos como actual. El problema surge cuando actuamos según lo que nuestros impulsos, deseos y pasiones nos presentan como apetecible.


La formación de la “voluntad” es un pilar fundamental de la educación de los hijos, pues en ella recae la capacidad de elegir lo que más conviene y de perseverar con dedicación y fortaleza para alcanzar metas e ideales.

“Solo quien es dueño de sí mismo es capaz de donarse a los demás en el amor y ser feliz”

¿Cómo formar la voluntad?

La voluntad se forma básicamente en la familia, en lo cotidiano, en la convivencia familiar.  La forma en la que los padres viven y cómo motivan a los hijos influye significativamente en la formación de la voluntad.

En la vida diaria se presentan constantemente oportunidades para formarla, pero es importante saber que debe ser:


1. De manera oportuna, temprana, eficaz y preventiva, es decir, adecuada al momento y a las circunstancias del desarrollo del niño, progresiva y que estimule positivamente la elección de lo que está bien hecho.

2. Gradual y constante: deberá ir avanzando según el desarrollo y capacidad de cada hijo.  Cultivarla con el esfuerzo de cada día a través del trabajo constante.  La inconsistencia y la falta de perseverancia dificultarán el progreso y la madurez.

3. Con el ejemplo: los hijos aprenden de los padres el dominio de sí, la disciplina y la fuerza de voluntad: “las palabras jalan….el ejemplo arrastra”.

4. Motivada: la voluntad no se ejercita ni se motiva por el simple hecho de formarse, ni de dominarse, se forma para amar.   El ideal alto, pero las metas tangibles y alcanzables.

La motivación positiva da mejores resultados que la negativa, potencia las áreas de oportunidades y contribuye en la autoestima y el ánimo.  

5. Personalizada: tener en cuenta los aspectos y diferencias individuales de cada hijo para adecuar los esfuerzos educativos y ayudar a cada uno a realizarse, a ser una persona libre y responsable.


Comparto contigo algunos consejos para formar la voluntad de nuestros hijos:

- Comunicar claramente lo que se espera y acompañarlo de un estímulo positivo.

- Que reciba la información en condiciones adecuadas.

- Asegurarse de que la procese correctamente.

- Exigir completar lo iniciado.  Por ejemplo: cuando decida inscribirse a alguna actividad extracurricular  (Futbol, música,), no permitirle salirse a medio año simplemente porque ya no le gusta o se aburre.   Explicarle la razón por la que debe permanecer, perseverar y completar lo elegido.

- Proceder siempre con método y previsión sin dejarse llevar por la inspiración o la debilidad del momento.

- Poner especial atención en los detalles.  Por ejemplo: al hacer la tarea, motivarlo para que la haga lo mejor posible, cuidando la letra y la limpieza, y dedicándole tiempo necesario para hacer un buen trabajo.

- Evitar ceder a la vida llena de comodidades y optar por la austeridad de vida, aún en cosas pequeñas y triviales.

- Hacer las cosas con determinación, sin dejarlas para después.

- Mantener la palabra dada.  No retractarse con facilidad.

- Exigir en los pequeños detalles que requieren esfuerzo, como cuidar el orden en casa y en la escuela, la puntualidad.

La formación de la voluntad es tarea primordial de los padres al educar a sus hijos.  Con una voluntad firme serán dueños de sí mismos, libres y capaces de realizarse y alcanzar la felicidad.  

Esto los distinguirá entre ser personas  “firmes” o ser “vulnerables

viernes, 11 de enero de 2019

LA HORA DE LOS ABUELOS


La hora de los abuelos
Protagonistas importantes en la educación de los nietos


Por: Manuel Caballero Chavero | Fuente: http://www.sontushijos.org 




En otras épocas históricas la importancia e influencia de los mayores en la sociedad de su tiempo llegó a ser de gran importancia. En nuestra sociedad y por motivos distintos vuelven a tener un protagonismo del que no se debe hacer dejación. En primer lugar, y por suponer un numeroso colectivo, al ser sujetos con derecho a voto tienen la obligación de aportar a la sociedad su experiencia y sabiduría colaborando en los cambios de la sociedad. En segundo lugar, y debido a la temprana edad de jubilación, a el aumento en la prolongación de la vida, a la situación de pluriempleo de los hijos y a la experiencia y sabiduría acumulada, los abuelos de esta generación estamos llamados a prestar un gran servicio a nuestros hijos y por tanto a esta sociedad, a través de la educación de nuestros nietos.

Protagonistas importantes en la educación de los nietos

Si es cierto que la educación es fruto del amor y del cariño, los abuelos estamos en extraordinarias condiciones de colaborar con nuestros hijos en estos aspectos de la educación que constituyen la base y cimiento para el desarrollo armónico de la personalidad de todo individuo. Estos valores educativos se transmiten por ósmosis, por contacto físico, a través de la convivencia en el trato diario. De todos es sabido la íntima relación cariñosa y de “complicidad” y entendimiento que se establece entre abuelos y nietos. Nuestros hijos, en la mayoría de los casos, por motivos laborales principalmente, no disponen del tiempo necesario para realizar esta labor en un clima de sosiego, paciencia y serenidad, tan necesarios en el proceso formativo. Sería una actitud demasiado egoísta plantearse esta etapa de la vida como premio y descanso al trabajo realizado hasta ahora desentendiéndose de los problemas que nos rodean. Los abuelos estamos obligados, por vocación, a seguir prestando nuestro mejor servicio para la consecución de una sociedad mas justa, solidaria y más humana, a través de la familia concreta en la que nos desenvolvemos.

Otra condición necesaria para educar, junto con el tiempo suficiente para poder hacerlo, es poseer y haber experimentado los valores que se pretenden transmitir, valores que ennoblecen al ser humano y le dan sentido a su existencia.

1.-Experiencia y sabiduría

A lo largo de los años hemos ido adquiriendo la sabiduría suficiente para ser verdaderos maestros en el conocimiento de los valores verdaderos y de los caminos que llevan a la verdadera felicidad.

Por esto los ancianos siempre estuvieron revestidos de una especial dignidad en todas las culturas históricas, por considerarles dotados del conocimiento de la ciencia de la vida, es decir, poseedores de la sabiduría. Sabiduría que es sinónimo de prudencia, tan necesaria en el actuar humano. Se dice que “sabio no es sólo el que conoce las cosas, sino el que sabe ordenarlas con vistas a su último fin”.

No podemos privar a nuestros nietos de esta riqueza que hemos ido acumulando a lo largo de los años y que constituye nuestro mayor tesoro, la mejor herencia que podemos trasmitirles.

2.- Savia y fortaleza

Pero la influencia de los abuelos en la familia no se agota con nuestra colaboración en la educación de los nietos, sino que llega más allá.

Por todo lo anteriormente dicho debemos ser para nuestras respectivas familias lo que las raíces y el tronco son para los árboles: alimento y sostén. Lo más bonito y agradable de los árboles son las ramas, las flores y los frutos. Pero nada de esto sería posible sin la sabia que aportan las raíces y sin la fortaleza y el apoyo del tronco. En una sociedad donde todo se tambalea, la firmeza de los mayores en la defensa de los valores humanos y sobrenaturales que sostienen y enriquecen a la sociedad, se hacen actualmente imprescindibles. Nuestro testimonio de fidelidad a los compromisos que un día, ya lejano, sellamos con un “sí quiero”, deben ser guía y orientación en la actuación de nuestros hijos y de nuestros nietos Es este un servicio que nosotros debemos prestar y que esta sociedad demanda a gritos.

3.- En presencia de Dios

Poniendo a Dios por testigo iniciamos esta gran aventura de crear una familia. Y se multiplicaron los frutos: primero, los hijos, y después los segundos frutos del amor matrimonial, los nietos. Y se llenaron de vida y alegría nuestros hogares. Me alegra comprobar que se cumplió lo que en aquel momento, el Sacerdote que representaba a Dios en ese acto, nos deseó con palabras de la Sagrada Escritura:

“Que vuestra unión sea fecunda, que seáis padres de probada virtud, y que veáis, ambos, los hijos de vuestros hijos hasta la tercera y cuarta generación”.

sábado, 14 de julio de 2018

CÓMO EVANGELIZAR EN CASA CUANDO MI FAMILIA NO PRACTICA LA FE?


¿Cómo evangelizar en casa cuando mi familia no practica la fe?
5 consejos que pueden ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestro hogar


Por: Alvaro Díaz | Fuente: Catholic-link.com 




Una experiencia muy común entre quienes nos hemos encontrado con el Señor Jesús y tenemos una vida de fe es la inquietud de cómo compartir lo que vivimos con nuestra familia. Cuando ellos (aunque creyentes) están un poco alejados de la práctica de la fe, cuando sus creencias son débiles, cuando tienen rechazo a las cuestiones de Dios y prejuicios con la Iglesia y su doctrina. En definitiva, se trata de responder a la pregunta de ¿cómo tener mayor influencia en la vida de fe de mi familia que no es practicante? ¿Cómo evangelizar en mi propio hogar?

Aquí les comparto algunos consejos que pueden llevarse a la vida cotidiana y ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestros hogares.


1. No críticas ni sermones
Puede sucederle a aquel que va avanzando en la vida cristiana y que va teniendo mayores conocimientos doctrinales que quiera (aunque con buenas intenciones) que los que no han encontrado este camino sean como él piensa, o actúen como él actúa. Y estas expectativas podrían llevar a que se juzgue el actuar de otros con mucha rigidez. Aparecen entonces las “sermonerías”, los famosos “deberías hacer así o no hacer esto”, con lo cual se termina generando más rechazo. Es importante recordar que la fe que Dios nos regala y el camino que Él nos propone está fundada en el amor y no en el deber y el temor. Dios nos invita a vivir una vida feliz y plenamente libre.


2. Predicar con el ejemplo
Ya lo diría san Juan Bosco «la prédica más eficaz es el buen ejemplo». Y es que no pocas veces nos sucede que pensamos que se trata de convencer a los otros con nuestros argumentos y nuestros discursos. La conversión de los otros no depende de lo qué digamos, de cómo lo digamos. Nosotros no somos el centro de atención. Es como si dijéramos “véanme a mí, vean que yo si sé lo que sigo y tengo razón”. Recordemos que una virtud muy importante es la humildad: reconocer que, si bien podemos saber mucho, no somos todopoderosos. Nuestra labor es la de ser servidores e instrumentos de Dios. Él se vale de cada uno de nosotros, de nuestro humilde y pequeño servicio para llevar su Buena Nueva. Y, por otro lado, más que unas palabras bonitas, lo que más convence y arrastra es el testimonio de nuestro obrar, de una vida coherente, recta, justa y alegre.


3. La alegría de vivir tu fe es apelante
Muchos santos, a pesar de sus dificultades, de sus vidas marcadas por el dolor y el sufrimiento, han podido experimentar la alegría auténtica y la esperanza que viene de Dios. Como dice el Papa Francisco: «la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana». Una sonrisa sin fingimientos es contagiosa y llena el corazón del deseo de poder vivir así. Aquel que pueda experimentar, incluso en medio de los momentos difíciles, una serena alegría, es porque ha recibido la bendición de Dios, es la manifestación más concreta que esa persona tiene a Dios en su vida. Quien quiera ser testigo del Señor y lo quiera comunicar ha de trasmitir alegría y esperanza, como también el Papa, dejar las caras avinagradas y llenas de amarguras y contagiar a otros de la alegría del Evangelio.


4. Empezar por lo sencillo y cotidiano
No pensemos que cuando hablamos de dar ejemplo con nuestro obrar, en que tenemos que hacer cosas grandiosas y extraordinarias necesariamente. Pensemos en lo que vivimos cada día en nuestro hogar, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. ¿Saludo y agradezco con amor y respeto? ¿Estoy dispuesto a servir y a ayudar en las labores de la casa? ¿Estoy atento a las necesidades que tienen los otros? Si de pronto me peleo o discuto, ¿perdono o pido perdón? Son pequeños gestos, que si se hacen todos los días, tendrán una fuerza extraordinaria para iluminar a nuestra familia con la luz de Cristo y de su Evangelio. Pensemos en esta frase de san Francisco de Asís: «Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible».


5. Compartir las experiencias espirituales
No hay experiencia más hermosa para el cristiano que nutrirse del amor de Dios a través de la oración y de la Eucaristía. ¡Cómo no compartir esta dicha con los que más queremos! Me viene la imagen de la Virgen visitando a su prima Isabel. Cuando uno encuentra un tesoro quisiera compartirlo inmediatamente con las personas más significativas. Podemos, de manera creativa y poco a poco, invitar a que nuestros familiares vayan experimentando estos preciosos momentos de oración y de encuentro con Dios: por ejemplo proponer bendecir los alimentos, o rezar en algún momento en que estemos reunidos. También podemos compartirles alguna cita de la Palabra que escuchamos en la Misa o compartirles algún texto espiritual, alguna frase de un santo, entre otras.

Espero que estas ideas puedan ayudarte a ser testimonio en tu hogar del amor de Dios. Ten paciencia, no te desanimes. Recuerda que el que obra la conversión es Dios, que siempre toca la puerta de los corazones y no desampara a nadie.

sábado, 30 de junio de 2018

VACACIONES, OPORTUNIDAD PARA SER MEJOR FAMILIA

Vacaciones, oportunidad para ser mejor familia
El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad más plena


Por: Paulette Luca Cataño | Fuente: Siame.mx 




Hemos llegado rápidamente a la mitad de este año, y junto a esto llega -en México y muchos otros países- el periodo de vacaciones, un don de Dios y una oportunidad que nos ayuda a fortalecer el cuerpo y el espíritu. En esta época del año, las familias tienen la posibilidad de descansar, convivir más, pero sobre todo, tienen la oportunidad de mejorar.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad más plena. (…) El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la creación hasta la Redención, reconocerse a sí mismos como obra suya, y dar gracias a Dios por su vida (…)”.

Cuando Jesús visitó a las hermanas Martha y María; la primera no dejaba de trabajar y la segunda se sentó a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Él le dice a María que ha escogido la mejor parte (Lucas 10, 38-42). Algo muy importante que nos enseña este pasaje es que una de las mejores formas de aprovechar nuestro tiempo es dedicándolo a nuestra relación con Dios y dejando que Él nos acompañe y nos enseñe a ser mejores personas.

En artículos anteriores te he recomendado algunas ideas para convivir como familia y crecer en la fe. Ahora te propongo un ejercicio de reflexión y evaluación personal para cuando tengas un momento de descanso y pausa de la vida diaria. Puedes realizarlo en un ambiente de silencio, oración o frente al Santísimo y escribir las ideas o propósitos más importantes.

1. Mi persona. ¿Busco ser una mujer o un hombre de bien? ¿Cuido mi trabajo y doy mi mejor esfuerzo? ¿Cuido mi salud? ¿Trato de cumplir mis propósitos, mis metas, mis sueños?


2. Mi vida espiritual. ¿Vamos a Misa los domingos mi familia y yo? ¿Tenemos algún momento de oración en el día? ¿Tratamos de hacer obras de caridad o misericordia hacia las personas más necesitadas?

3. Mi matrimonio. ¿Busco hacer feliz a mi pareja con pequeños detalles? ¿Cuáles son las áreas que tenemos que mejorar? ¿Le he preguntado si quisiera que mejorara en algún área de nuestra relación? Le he preguntado: ¿Hay algo que pueda hacer por ti hoy?

4. Las bases de mi familia. ¿Qué aspectos necesitamos mejorar como familia? ¿Deberíamos dedicarnos más tiempo de calidad, tener más organización, etc.? ¿Cómo podemos mejorar la comunicación para prevenir problemas o discusiones? ¿Tenemos bases sólidas de amor y confianza o necesitamos reforzarlas?

5. Nuestros hijos. ¿Cuáles son los valores que le estoy enseñando a mis hijos? ¿Cuál es el ejemplo que quiero que mis hijos tengan de mí? ¿Qué me enseñaron mis padres que me gustaría transmitirles a ellos?

Cambiar es un proceso difícil, pero no imposible. Es mejor pensar en los beneficios a largo plazo que estos cambios positivos traerán a tu vida matrimonial y familiar.

Además, vacaciones no necesariamente significa un viaje o no hacer nada, también puede ser un fin de semana dedicado sólo a tu familia para renovarse, fortalecerse y superarse. Lugares para visitar siempre van a existir, pero lo que no regresa es el tiempo de calidad para amar y educar a tus hijos.

Benedicto XVI nos motiva con estas palabras: “Jesús promete que dará a todos descanso, pero pone una condición: Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. ¿En qué consiste este yugo que en lugar de pesar, aligera, y en lugar de aplastar, alivia? El yugo de Cristo es la ley del amor.

Espero que en estas vacaciones, Dios te bendiga de manera especial con la gracia de su amor y de su Espíritu Santo para que puedas acompañar y guiar de la mejor manera a tus hijos y encaminarlos a que siempre sean hombres y mujeres de bien.

jueves, 17 de mayo de 2018

10 COSAS QUE TUS HIJOS NO APRENDERÁN EN LA UNIVERSIDAD


10 cosas que tus hijos no aprenderán en la universidad
Hay valores que se deben llevar aprendidos desde el colegio


Por: AllProDad.com | Fuente: Religión en Libertad 




La universidad es uno de los grandes periodos de cambio. La persona se abre al mundo para más tarde lanzarse a por él. Sin embargo, a veces, esta preparación para la vida se puede torcer entre alcohol, drogas y fiestas desenfrenadas. Pasarlo bien no es nada malo, pero sí lo es excederse y pasar de estudiar.

La universidad enseña muchas cosas, pero hay otras que hay que llevar aprendidas de casa. El portal de consejos para padres (en inglés) AllProDad enseña las 10 cosas más importantes que tu hijo no aprenderá en la universidad.

1. Moral y sentido común
Es imperativo para el futuro que los hijos comprendan, por lo menos de forma básica, lo que está bien y lo que está mal. Lo mejor es enseñar esto con el ejemplo. Los hijos necesitan saber que sin honestidad e integridad no tienen nada.

2. Perseverancia y aguante
Una de las cosas más difíciles de enseñar a una persona joven es que el fracaso no es malo. Su limitada experiencia les impide comprender que el éxito puede estar a la vuelta de la esquina, en el siguiente intento. Siempre habrá problemas, y la perseverancia consiste en no arrugarse ante ellos. Hay que enseñar que siempre habrá una luz al final del túnel.

3. La confianza en uno mismo
Todo el mundo tiene inseguridades. Si permitimos que los complejos dominen nuestra vida, perderemos grandes oportunidades. La confianza crece cuando entendemos nuestras limitaciones, y también sabiendo cuales son nuestras capacidades. Incluso las debilidades se pueden convertir en un punto fuerte cuando se las conoce bien. Hay que asegurase de que el hijo desarrolle su autoestima.

4. Gestionar el dinero
La forma más sencilla de enseñar esto es obligarle a entender el valor del dinero. Es bueno que tengan un presupuesto determinado, y obligarles a vivir conforme a él. Si no aprecian el dinero y lo que cuesta ganarlo, acabarán endeudándose rápidamente. Ayuda que hagan tareas de la casa por dinero, por ejemplo.

5. Hacer amistades y mantenerlas
Lo más importante en este sentido es que sean ellos mismos, y que esperen lo mismo de sus amigos. Si uno de los amigos no es aceptado por como es, entonces la amistad no es verdadera. Los amigos son muy diversos, hay que tener una mente abierta para recibirlos y un corazón amable para mantenerlos.

6. Autodisciplina
¿Podrá tu hijo decir no, aunque esté bajo presión? Con el tiempo, cada persona se responsabiliza de sus propios actos, éxitos y fracasos. La autodisciplina determina también el futuro de los hijos. Aunque depende mucho del ejemplo que den los padres.

7. Fe y valentía
La mayoría de las veces, la salida más fácil es la incorrecta. El buen camino suele ser largo, solitario y oscuro. La valentía y la fe ayudan a seguir por ese camino pese al miedo o las dificultades. Enseñarle a un joven el valor de la fe es cada vez más complicado, pero si se consigue, la huella queda para siempre.

8. Generosidad y lealtad
Si quieres que tu hijo se preocupe solo por sí mismo, no hay más que dejarle solo y ver como la cultura moderna le influye. Sin embargo, si se quiere subir el listón, se le debe enseñar lo contrario siempre que se presente la oportunidad. La generosidad es la habilidad para sacrificarse en favor de la felicidad o el beneficio de otro, y la lealtad es la piedra angular de toda relación.

9. Personalidad propia
Si en la historia no hubiera habido personas únicas, con personalidad propia, la humanidad no hubiera salido de las cavernas. Todo el mundo tiene dones especiales que el resto de personas necesitan. Descubrir esos talentos y desarrollarlos es esencial, no solo en lo personal, sino también en lo social.

10. Encontrar y mantener a un esposo o esposa
El respeto es fundamental en esto. Si no hay un respeto mutuo entre marido y mujer, el matrimonio fracasará. Hay que enseñar a los hijo a escoger un compañero de vida adecuado, al que no solo amen, sino respeten. Alguien con el que compartan valores y tiempo. Con unos cimientos sólidos basados en el respeto, serán capaces de capear cualquier tormenta que ocurra durante sus vidas.

lunes, 7 de mayo de 2018

10 COSAS QUE NECESITO ENSEÑARLE A MIS HIJOS SOBRE DIOS


10 cosas que necesito enseñarle a mis hijos sobre Dios
La educación de los hijos debe estar marcada por un camino de transmisión de la fe (Papa Francisco)


Por: Andrés D' Angelo | Fuente: Catholic-link.com 




Mi primera labor como padre es enviar a mis hijos al Cielo. Son hijos de Dios, y a Él se los tengo que retornar. Con nuestra primera hija, esa misión ya la cumplimos, ella falleció al día siguiente de nacer, pero con los otros tres, el camino es un poco más largo. El apostolado familiar es siempre el primer apostolado de los padres de familia, mucho más importante que cualquier otro apostolado.

Y para que ese apostolado tenga efecto, con mi esposa tenemos que lograr ser maestros de nuestros hijos. No quiere decir que les tenga que enseñar el teorema de Thales o si el Po es navegable… eso lo pueden aprender en la escuela, lo que le tengo que enseñar es que ellos tienen otro Padre, en el Cielo, que los ama y los espera para amarlos para toda la eternidad. Esa enseñanza no es en una “clase de catecismo” (cuando cumplan la edad adecuada para entenderlo), no, es una enseñanza que comienza el día que nacen y termina el día que ellos mismos encuentren su camino hacia Dios, y se lo enseñen a la vez a sus hijos, naturales o espirituales. Y pienso que esa enseñanza sobre quién es Dios, tiene que concretarse en algunas cosas que ellos tienen que aprender sí o sí de papá y mamá.

El Papa Francisco dijo en su Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”:

«La educación de los hijos debe estar marcada por un camino de transmisión de la fe, que se dificulta por el estilo de vida actual, por los horarios de trabajo, por la complejidad del mundo de hoy donde muchos llevan un ritmo frenético para poder sobrevivir. Sin embargo, el hogar debe seguir siendo el lugar donde se enseñe a percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo».

Así que aquí va esta galería, pensando en lo que intentamos con mi esposa transmitirle a nuestros hijos para que conozcan a su verdadero Padre.


1. Dios es amor
Esto se aprende viendo amor verdadero, como el que tienen mamá y papá. El amor de mamá y papá da la vida y Dios es una comunidad de amor que da toda vida. De la ternura de mamá se aprende la misericordia divina, y de la firmeza de papá, la justicia divina. Pero sobre todo se aprende que Dios no deja de amarnos nunca, no importa qué difíciles se pongan las circunstancias.

2. La religión es una relación de amor
Así como mamá y papá aman a sus hijos, así Dios nos ama. Pero para tener una relación de amor, es necesario hablar con el Amado, contarle tus problemas y agradecerle tus alegrías. La religión no es una fría lista de prohibiciones, sino una historia de amor hermosa que hay que cultivar todos los días.

3. Sigues a Cristo
Muchas veces vamos a la iglesia porque hay un gran sacerdote, una monjita buenísima o un consagrado que es un campeón y te trata con cariño. Pero hay dificultades y esos “referentes” nos pueden fallar porque son humanos. No seguimos al sacerdote, a la monjita o al consagrado. Seguimos a Jesús, que nunca falla.

4. Hay gente que no ama a Dios
Y hay gente que lo odia. No han llegado a relacionarse con este Padre Amoroso, porque no han aprendido a amar o porque no les han enseñado que Dios es amor. Hay que escucharlos, comprenderlos y convertirse uno mismo en testimonio del amor de Dios.

5. Puedes dudar
¡Por supuesto que la fe admite la duda! Las dudas sobre la fe siempre se tienen que aceptar y agradecer porque nos permiten profundizar un poco más en esa relación de amor que tenemos con nuestro Padre del Cielo. Todos tenemos dudas, todos tenemos derecho a preguntar y a comprender mejor a Dios. Lo mejor de todo es que ese conocimiento nunca termina, porque Dios es infinito amor.


6. Siempre puedes volver a casa
“Dios no se cansa de perdonarnos”, dijo el Papa Francisco. Y verdaderamente no se cansa. ¿Caíste? ¡Levántate! ¿Volviste a caer? ¡Vuelve a levantarte! ¿Te sientes mal por la caída? ¡Dios te ama por tus “levantadas”! ¿No te puedes levantar? ¡Pídele ayuda a tu Padre! ¡Él ama ayudarte y lo alegras con cada una de tus oraciones!

7. La Iglesia somos nosotros
Los edificios son parroquias, catedrales, capillas, etc. Pero la Iglesia somos todos. Especialmente los más pecadores. Muchos grandes santos comenzaron siendo grandes pecadores y encontraron misericordia en la Iglesia se convirtieron en grandes santos. Es importante alegrarnos, como en el Cielo, por cada pecador que se arrepiente y no por noventa y nueve justos que no necesitan penitencia.

8. No todo es tan sencillo como parece 
Como la Iglesia está formada por pecadores, yo el primero, hay que comprender a la gente antes que juzgarla. Dios actúa en modos misteriosos y pone pruebas a la gente de las que no podemos saber nada. Nuestro primer deber es estar, como decía San Francisco, «más prestos a consolar que a ser consolados», porque no todas las preguntas tienen una respuesta simple y directa.

9. Dios no se deja ganar en generosidad
Cuando somos mezquinos, Dios es generoso. Pero cuando somos generosos, Dios es mucho más generoso. Claro que no siempre su generosidad se traduce en bienes materiales, sino en abundancia de dones espirituales. El Papa Francisco dijo que Dios es tan generoso que su generosidad da miedo, y es que a veces nos asustamos por tanta generosidad, y tememos donarnos a Dios, porque Él es mucho más generoso.

10. Dios no siempre está a la vista
Muchas veces Dios juega “a las escondidas”. Es que muchas veces buscamos los consuelos de Dios y no al Dios de los consuelos. Y entonces Dios se esconde, porque es un Dios celoso y no quiere que lo busquemos por los beneficios que nos da, sino por amor verdadero. Si nos pasa que no vemos la mano de Dios en nuestras vidas, es tal vez porque nos alejamos de su amor. ¡Hay que volver a Dios!


Para revisar en pareja:

¿Nuestro amor es imagen de Dios? ¿Somos buenos modelos para que nuestros hijos puedan ver la misericordia y la justicia de Dios? ¿Ayudamos a nuestros hijos a que tengan una relación de confianza con Dios? ¿Rezamos juntos en familia?

martes, 24 de abril de 2018

LA IMPORTANCIA DE LA ESPIRITUALIDAD EN NUESTROS HIJOS


La importancia de la espiritualidad en nuestros hijos.
5 tips para que nuestros hijos vivan la espiritualidad 


Por: Silvia del Valle | Fuente: www.tipsmama5hijos.com 




El tema de la espiritualidad está muy revuelto en nuestros días ya que existen muchas corrientes ideológicas que se dicen ser espiritualidades, pero que en realidad sólo son manipulación.

Si para nosotros es difícil distinguir todo esto, imagínense para nuestros hijos que están pequeños y tienen inmadura su conciencia.

Por eso es bien importante educar a nuestros hijos en una verdadera espiritualidad y para eso te dejo mis 5 Tips de esta semana.

PRIMERO. Ten claro que es la espiritualidad.

Es importante tener claridad en que la espiritualidad católica es la santidad y los medios fundamentales para crecer en ella: la oración, la liturgia, sacramentos, abnegación, ejercicio de virtudes, etc., siempre bajo la caridad.

Entendiendo esto podemos decir que sólo hay una espiritualidad y muchas formas de llegar a ella o de hacerla vida.

Viendo así las cosas es muy fácil educar a nuestros hijos y guiar a nuestra familia para vivir en esta espiritualidad.

SEGUNDO. Investiga las diferentes opciones de vivir esta espiritualidad que existen.

Y con esto me refiero a los diferentes santos que nos dan su punto de vista y su método particular para llegar a la santidad, por ejemplo, Santa Faustina nos obedece el lado de la Divina Misericordia, Santa Teresa de Jesús nos propone más la contemplación, Santa Teresita del Niño Jesús nos propone su infancia espiritual, Dan Benito nos da su regla de austeridad y Conchita Cabrera de Armida no propone la espiritualidad de la Cruz.

Todos son diferentes caminos que nos llevan a la misma meta, la santidad. Pero no todos esos caminos son adecuados para nuestra familia.


TERCERO. Averigua cómo la puedes llevar a la vida cotidiana.

Para saber un poco más de cada uno, podemos acercarnos a leer la vida y obras de cada santo o también conocer un poco sobre alguna orden o congregación fundada por ellos.

También podemos averiguar si existe alguna rama para laicos que podamos frecuentar.

O haz un plan para aplicar sus propuestas a la vida familiar y así sabremos si somos acordes a tal o cual camino de santidad o carisma.

Recuerda que no todos los carismas son para todas las personas o familias. Bendito sea Dios que existe una gran diversidad de carismas.

CUARTO. Ve si es compatible con tu familia, en especial con tus hijos.

Es importante tener claro que la prioridad es nuestra familia y nuestros hijos por lo mismo debemos buscar carismas que nos permitan vivirlos en familia.

Además, sería adecuado que si tenemos hijos pequeños, tengan opciones para cada edad, así será más fácil vivir ese carisma en familia.

Es una tristeza ver a veces papás muy entregados a su carisma o apostolado pero que dejan huérfanos a sus hijos por nos ser compatibles con la familia.

Nuestro primer apostolado son nuestros hijos y después todo lo demás.

QUINTO. Da testimonio de ella.

Es hermoso ver como cada carisma se arraiga en el corazón y se hace vida en lo personal y en lo familiar.

De esta forma tendremos hijos con una espiritualidad bien formada y arraigada en el corazón que cuando vengan nuevas corrientes no les moverán de sus principios.

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.

martes, 13 de marzo de 2018

CÓMO EDUCO EL PUDOR DE MIS HIJOS?

¿Cómo educo el pudor de mis hijos?
La educación debe preparar aquella atmósfera espiritual que hará más fáciles las revelaciones graduales necesarias en su tiempo oportuno


Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org 



Pregunta:
Estimados amigos: les pido que me orienten sobre el modo en que puedo educar el pudor en mis hijos. Tengo hijos pequeños y también algunos que ya han entrado en la adolescencia. Espero que me puedan ayudar.
Respuesta:
Estimado:
El pudor es la tendencia a esconder algo para defender la intimidad de las intromisiones ajenas. Es una “cualidad, en parte instintiva y en parte fruto de la educación deliberada, que protege la castidad. Se realiza lo mismo en la esfera sensitivo-instintiva que en la consciente-intelectual, como freno psíquico frente a la rebeldía de la sexualidad”[1]. Santo Tomás dice de él que es un sano sentimiento por el que las pasiones relacionadas con la sexualidad, después del pecado original, producen un sentimiento de disgusto, de vergüenza, de malestar en el hombre, hasta tal punto que instintivamente se quiere ocultar todo lo relativo al cuerpo, a la intimidad y a la sexualidad, de las miradas indiscretas[2].
En el plano puramente instintivo el pudor consiste en una resistencia inconsciente a todo lo que revelaría en nosotros el desorden de la concupiscencia de la carne. El pudor, al ingresar en la esfera consciente entra en la categoría de virtud y se denomina pudicicia[3]. La pudicicia o pudor-virtud “se relaciona íntimamente con la castidad, ya que es expresión y defensa de la misma. Es, por consiguiente, el hábito que pone sobre aviso ante los peligros para la pureza, los incentivos de los sentidos que pueden resolverse en afecto o en emoción sexual, y las amenazas contra el recto gobierno del instinto sexual, tanto cuando estos peligros proceden del exterior, como cuando vienen de la vida personal íntima, que también pide reserva o sustracción a los ojos de los demás y cautela ante los propios sentidos. De esta suerte el pudor actúa como moderador del apetito sexual y sirve a la persona para desenvolverse en su totalidad, sin reducirse al ámbito sexual. No se confunde con la castidad, ya que tiene como objeto no la regulación de los actos sexuales conforme a la razón, sino la preservación de lo que normalmente se relaciona estrechamente con aquellos actos. Viene a ser una defensa providencial de la castidad, en razón de la constitución psicofísica del género humano, perturbada por el pecado original”[4].
La falsificación del pudor se denomina “pudibundez”: es el pudor desequilibrado o excesivo, causado en general por una falsa educación. La pudibundez no hace a las personas castas sino caricaturas de castidad. “La pudibundez es enemiga nata del pudor, como la beatería es enemiga de la religiosidad verdadera y consciente. El espíritu del adolescente se rebela y le molestan las ideas mezquinas y ruines”[5].
La auténtica educación del pudor. La educación del pudor debe ser indirecta, porque una educación directa implicaría necesariamente la orientación de la atención sobre los objetos que justamente el pudor debe atenuar en su atrac­tivo. No obstante, aunque indirecta, debe ser positiva, es decir, debe preparar aquella atmósfera espiritual que además de impedir la degradación en el campo de la sexualidad animal, hará más fáciles las revelaciones graduales necesarias en su tiempo oportuno. La educación del pudor implica:
  • La educación del sentimiento: no puede darse una educación moral eficaz sin un prudente apoyo sobre el sentimiento, es decir, hacer surgir una actitud personal de “sensibilidad” por el bien, por el orden, por la honestidad moral, por la perfección, por la vida vivida como valor humano y moral. La educación de la pureza es, en gran parte, educación del corazón, es decir, de la afectividad. Para educar el corazón, todo se resume en conseguir que el educando se enamore de la virtud y corregir toda desviación anormal del amor sensible que pueda aparecer en él.
  • La educación de la voluntad: el problema educativo consiste en enseñar a querer lo que después se enseñará que es preciso hacer. Es necesario formar la voluntad con la conciencia de los valores trascendentes y absolutos. Ayuda mucho para la gimnasia de la voluntad hacer conocer, sobre todo al adolescente, los motivos y valores de la pureza, y sugerir ideas fuerza que puedan ayudar en toda circunstancia.
  • La educación de la religiosidad: la formación religiosa es fundamental para la pedagogía sexual; para la vida casta, la educación religiosa “es el coeficiente primero y más poderoso, porque los demás coeficientes humanos tienen valor solamente temporal, es decir, mientras perduran los intereses correspondientes en el espíritu del niño. Sólo la religión posee una eficacia que sobrepasa los límites de tiempo, de lugar, de espacio, de ambiente, de circunstancias, con tal que sea sentida, consciente y activa La religión ha constituido siempre para la pedagogía sexual una potencia única. La religión valoriza la pureza y la presenta al joven como una de las virtudes más altas y más hermosas, a la vez que indica los medios para conservarla y defenderla con esmero, con reserva, con la disciplina interior de las imaginaciones y de los deseos, y con la disciplina exterior de los sentidos”[6]. De esto puede concluirse el grave y pernicioso sofisma de quienes piensan que no deben dar ninguna formación cristiana a sus hijos, con el pretexto de no coaccionar su libertad, sino dejar que ellos libremente elijan sus opciones religiosas cuando sean mayores.
En realidad quienes así actúan, optan en lugar de sus hijos: eligen para ellos el paganismo o el ateísmo. Religiosidad, pero no una religiosidad cualquiera; el educador debe convencerse de que no es la piedad formalista la que salva al niño y al adolescente de la seducción de las tentaciones y le ayuda a mantenerse puro, sino la gracia divina recibida, apreciada, vivida con adhesión íntima. Es importante, por eso, tener en cuenta algunos elementos de la religiosidad que más favorecen la vida de pureza en el niño y en el adolescente:
  1. Hay que educar a los niños, adolescentes y jóvenes para que sientan y vivan la amistad con Jesús. Hay que hacerle comprender al niño que Jesús lo ama individualmente y que ese amor debe ser correspondido; que Jesús quiere servirse de él para el apostolado, y, por tanto, debe hacerse digno de esa colaboración apostólica mediante una intensa vida de gracia; que la pureza es un compromiso de amistad y de fidelidad a Cristo, una condición para vivir en sí mismo la vida de Cristo; que la lucha es para él una gloria; que saldrá victorioso si está con Cristo, etc.
  2. Hay que hacerlo apreciar la vida sobrenatural que se nos comunica con la gracia santificante y que se pierde por el pecado mortal; así encontrará la fuerza para renunciar a los placeres ilícitos y para evitar todo lo que, aún remotamente, podría hacerle perder la dignidad y la alegría de ser hijo de Dios.
  3. Hay que ayudarlo a usar provechosamente de los sacramentos. Si se recogen pocos frutos de las confesiones y de las comuniones frecuentes es porque no se ayuda de modo suficiente a sacar provecho de este contacto habitual con la gracia.
  4. Hay que fomentar en él la devoción a María Santísima. Esta devoción no se agota en un montón de invocaciones y prácticas, sino en la confianza plena, en el recuerdo filial y en la imitación constante.
  5. Hay que enseñar al niño a respetar el propio cuerpo como cosa sagrada, como propiedad divina, como miembro del cuerpo místico. Se convence fácilmente de que, si hay que tratar con veneración las cosas sagradas, se deberá tener un respeto aún mayor por el propio cuerpo, que está consagrado por la presencia de Dios y por la comunión eucarística. De la idea de la inhabitación divina será fácil pasar a la de la presencia de Dios: si Dios está dentro, siempre te ve
  6. Finalmente, hay que convencer al adolescente de que la pureza es alegría. Esto no es muy difícil, pues corresponde a una realidad actual, incluso para los niños, los cuales saben por experiencia que el pecado impuro no trae alegría, sino insatisfacción y tristeza.
Bibliografía:
Consejo Pontificio para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y Significado, Orientaciones educativas en familia, 1995.
P. Miguel A. Fuentes, IVE
[1]  M. Zalba Erro, Pudor, en Gran Enciclopedia Rialp, tomo 19, Rialp, Madrid 1989, 455-456; cf. Rocco Barbariga, Castidad y vocación, Ed. Herder, Barcelona 1963, pp. 178-209.
[2]   Cf. Suma Teológica, II-II, 151, 4
[3]   C. Scarpellini, Pudore e pudicicia, en Enciclopedia Cattolica, Roma 1953, vol. X, col.296.
[4]   Zalba Erro, loc. cit.
[5]  Paganuzzi, Purezza e puberta, Brescia 1953, p.222. Cf. A. Stocker, La cura morale dei nervosi, Milán 1951, p. 155 ss.
[6]  Paganuzzi, op. cit., p. 249.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...