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domingo, 28 de diciembre de 2014

UNA FAMILIA FELIZ PORQUE AHÍ ESTABA DIOS


Una familia feliz porque ahí estaba Dios.
Una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.
Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net



Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Una familia formada por José, María y el Niño Jesús. Era una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.

Feliz porque ahí estaba Dios. Una familia feliz porque ahí se rezaba todos los días. Feliz porque ahí se trabajaba con paz y con amor. Allí se amaba la vida, allí se amaban entre ellos con un grandísimo corazón.

¡Cuánto necesitamos nosotros que esa Sagrada Familia nos ayude a recuperar muchos valores familiares que se ha llevado el viento!

¡Oh Familia de Nazareth, qué pocos elementos te bastaron para ser una familia feliz y hermosa! ¡Cómo necesitamos que vuelvas a injertar en nuestros hogares, en nuestros corazones, esa maravillosa gama de virtudes que tiene la familia!

Todos los que quieran saber cuál es la familia más maravillosa deben visitar Nazareth, y preguntar a José a Jesús y a María cómo se puede ser feliz en familia.

¡FELIZ SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA!


¡Feliz Solemnidad de la Sagrada Familia!




ROMA, 28 Dic. 14 / 05:37 am (ACI).- Hoy se celebra la Solemnidad de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar a José, María y al Niño Jesús, quienes desde un principio tuvieron que enfrentar peligros y el exilio a Egipto, pero demostrando que siempre el amor puede más que la muerte. Ellos son reflejo de la Trinidad y modelo de toda familia.

"El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría"

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: ‘Todo primogénito varón será consagrado al Señor’, y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: ‘un par de tórtolas o dos pichones’. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: ‘Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel’. Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: ‘Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma’. Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

La Solemnidad de la Sagrada Familia, que se celebra en el Domingo de la Octava de Navidad, es una fiesta que motiva a profundizar en el amor familiar, examinar la propia situación del hogar y buscar soluciones que ayuden al papá, la mamá y los hijos a ser cada vez más como la Familia de Nazaret.

La vida familiar no puede reducirse a los problemas de pareja, dejando de lado los valores trascendentes, ya que la familia es signo del diálogo Dios – hombre. Padres e hijos deben estar abiertos a la Palabra y a la escucha, sin olvidar la importancia de la oración familiar que une con fuerza a los integrantes de la familia.

San Juan Pablo II recomienda el rezo del Rosario dentro de las familias, al afirmar que “la familia que reza unida, permanece unida”.

sábado, 27 de diciembre de 2014

ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA


ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA 

“Oremos hoy por todas las familias del mundo para que logren responder a su vocación tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret.

Oremos especialmente por las familias que sufren, pasan por muchas dificultades o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida para el que Dios las eligió” (Juan Pablo II)

“Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de la felicidad eterna.”

“Oh María, Madre amorosa de Jesús y Madre nuestra, te pedimos que intercedas por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón entre nosotros y obtengamos su gracia y bendiciones.”

“Oh San José, ayúdanos con nuestras oraciones en todas nuestras necesidades espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús. Amén.”

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA - 28 DE DICIEMBRE


Fiesta de la Sagrada Familia
30 de diciembre. Dios quiso nacer dentro de una familia y así ha santificado la familia humana
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net



La sagrada Familia

En la festividad de la Sagrada Familia, recordamos y celebramos que Dios quiso nacer dentro de una familia para que tuviera alguien que lo cuidara, lo protegiera, lo ayudara y lo aceptara como era.

Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos.

¿Cómo era la Sagrada Familia?

María y José cuidaban a Jesús, se esforzaban y trabajaban para que nada le faltara, tal como lo hacen todos los buenos padres por sus hijos.

José era carpintero, Jesús le ayudaba en sus trabajos, ya que después lo reconocen como el “hijo del carpintero”.

María se dedicaba a cuidar que no faltara nada en la casa de Nazaret.

Tal como era la costumbre en aquella época, los hijos ayudaban a sus mamás moliendo el trigo y acarreando agua del pozo y a sus papás en su trabajo. Podemos suponer que en el caso de Jesús no era diferente. Jesús aprendió a trabajar y a ayudar a su familia con generosidad. Él siendo Todopoderoso, obedecía a sus padres humanos, confiaba en ellos, los ayudaba y los quería.

¡Qué enseñanza nos da Jesús, quien hubiera podido reinar en el más suntuoso palacio de Jerusalén siendo obedecido por todos! Él, en cambio, rechazó todo esto para esconderse del mundo obedeciendo fielmente a María y a José y dedicándose a los más humildes trabajos diarios, el taller de San José y en la casa de Nazaret.

Las familias de hoy, deben seguir este ejemplo tan hermoso que nos dejó Jesús tratando de imitar las virtudes que vivía la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc.

La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

“La familia es la primera comunidad de vida y amor el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios.” (Juan Pablo II, Encuentro con las Familias en Chihuahua 1990).

El Papa Juan Pablo II en su carta a las familias nos dice que es necesario que los esposos orienten, desde el principio, su corazón y sus pensamientos hacia Dios, para que su paternidad y maternidad, encuentre en Él la fuerza para renovarse continuamente en el amor.

Así como Jesús creció en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres, en nuestras familias debe suceder lo mismo. Esto significa que los niños deben aprender a ser amables y respetuosos con todos, ser estudiosos obedecer a sus padres, confiar en ellos, ayudarlos y quererlos, orar por ellos, y todo esto en familia.

Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del corazón de la Sagrada Familia”.
La salvación del mundo, el porvenir de la humanidad de los pueblos y sociedades pasa siempre por el corazón de toda familia. Es la célula de la sociedad.

martes, 21 de octubre de 2014

IMÁGENES ANIMADAS DE LA SAGRADA FAMILIA










CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA


CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA 


Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo, que habiendo venido a iluminar al mundo con la doctrina y con el ejemplo, habéis querido pasar la mayor parte de vuestra vida, humilde y sujeto a María y a José en la pobre casa de Nazaret, santificando a aquella Familia que había de ser el modelo de todas las familias cristianas; acoged benigno la nuestra, que ahora se dedica y consagra a Vos.

 Dignaos protegerla, guardarla y establecer en ella vuestro santo temor, con la paz y concordia de la caridad cristiana, para que imitando el ejemplo divino de vuestra Familia, pueda alcanzar toda entera, sin faltar uno solo, la eterna bienaventuranza.

María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con vuestra piadosa intercesión haced que sea aceptable a Jesús esta humilde ofrenda, y obtenednos su gracia y bendición.

Oh san José, custodio santísimo de Jesús y de María, socorrednos con vuestras plegarias en todas las necesidades espirituales y temporales, a fin de que en unión con María y con Vos, podamos bendecir eternamente a nuestro divino Redentor Jesús. Así sea

sábado, 18 de enero de 2014

HAGAMOS DE ESTE 2014 EL AÑO DE LA FAMILIA


Autor: Alejandro Ledesma Solórzano | Fuente: http://www.yoinfluyo.com 
Hagamos de este 2014 el Año de la Familia
Solidaricémonos al llamado que nuestros hermanos hacen, promovamos los valores y principios que necesita una familia sana y hagamos de este 2014 el Año de la Familia.



Para los cristianos, la familia es una institución sagrada que nace de la unión de un hombre y una mujer. De acuerdo con el libro del Génesis, fue Dios mismo quien la instituyó, creando al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza y dándoles el mandamiento de crecer y multiplicarse, por ello, la Iglesia católica ha insistido siempre en la promoción de la familia.

Frente a una sociedad sumergida en la cultura del descarte, el materialismo, consumismo y demás derivados del mundo “moderno” , los obispos nicaragüenses, con el fin de hacer frente a estas amenazas que representan para la persona humana y la familia, nombraron este 2014 como el Año de la Familia bajo el lema “Familia: mira a Jesús que te mira”.

El objetivo, señalaron los prelados, es unir esfuerzos con los fieles para trabajar a favor de esta gran institución (la familia) y continuar la lucha por la vida.

Mediante un mensaje emitido por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) en el marco de la celebración litúrgica de la Sagrada Familia, los obispos señalaron que “nos damos cuenta cómo estos cambios han influido en cada persona, especialmente en el hombre y la mujer de hoy día, quienes reciben como solución a sus problemas cotidianos propuestas seductoras que en diversa medida comprometen la verdad y la dignidad de la persona humana, afectando naturalmente a la familia”.

Mencionaron que los procesos de cambio que incluyen campañas abortistas producto del “egoísmo y el individualismo de sus integrantes que no asumen sus roles familiares, adoptando y eligiendo estilos de vidas, movidos por modelos extraños, que contradicen su propia realidad, verdad y moralidad” son causantes de que el “protagonismo” sea poco en la familia.

“Deseamos que en este año 2014 todos seamos autores y agentes de la familia, es decir misioneros de Jesucristo evangelizando durante todo el año, para alcanzar las metas de tener hogares cristianos organizados, catequizados y unidos, para un mejor servicio a todas y cada una de las familias…”, manifestaron.

Por su lado, el padre Cipriano Sánchez, director de la Pastoral de Familia en la Arquidiócesis de México resaltó a yoinfluyo.com, que promover a la familia es una iniciativa muy trascendente para este 2014, “el Papa nos dice que la fe se vive en familia y que también la familia necesita de ella para salir adelante, es así como el Santo Padre lo que busca también es bendecirlas y que todas se reúnan en oración”.

El padre destacó de gran importancia la unión espiritual a la iniciativa y la oración por la familia, además exhortó a la reflexión sobre el significado de esta misma en el papel de la fe.

Continuando con su mensaje, los obispos de Nicaragua indicaron que los cambios de la postmodernidad contradicen el Evangelio y son causantes del incremento de “divorcios, madres y padres solteros, violencia intrafamiliar, desempleo, inseguridad, alcoholismo, drogas, prostitución, enfermedades de transmisión sexual, vacío espiritual, insatisfacción, crisis de valores humanos, morales y cristianos”.

En este concepto, cabe mencionar la oración que Su Santidad Francisco emitió el pasado año, la cual corresponde a la Sagrada Familia, misma que no estaría de más tenerla en casa:

“Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas.

“Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los obispos haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica”.

Solidaricémonos al llamado que nuestros hermanos hacen, promovamos los valores y principios que necesita una familia sana y hagamos de este 2014 el Año de la Familia.

domingo, 29 de diciembre de 2013

UNA FAMILIA FELIZ PORQUE AHÍ ESTABA DIOS.


Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Una familia feliz porque ahí estaba Dios.
Una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.


Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Una familia formada por José, María y el Niño Jesús. Era una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz. 

Feliz porque ahí estaba Dios. Una familia feliz porque ahí se rezaba todos los días. Feliz porque ahí se trabajaba con paz y con amor. Allí se amaba la vida, allí se amaban entre ellos con un grandísimo corazón. 

¡Cuánto necesitamos nosotros que esa Sagrada Familia nos ayude a recuperar muchos valores familiares que se ha llevado el viento! 

¡Oh Familia de Nazareth, qué pocos elementos te bastaron para ser una familia feliz y hermosa! ¡Cómo necesitamos que vuelvas a injertar en nuestros hogares, en nuestros corazones, esa maravillosa gama de virtudes que tiene la familia! 

Todos los que quieran saber cuál es la familia más maravillosa deben visitar Nazareth, y preguntar a José a Jesús y a María cómo se puede ser feliz en familia. 


ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA



ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA

Sagrada Familia de Nazaret;
enséñanos el recogimiento,
la interioridad; 
danos la disposición de 
escuchar las buenas inspiraciones y las palabras 
de los verdaderos maestros.

Enséñanos la necesidad 
del trabajo de reparación,
del estudio, 
de la vida interior personal, 
de la oración,
que sólo Dios ve en los secreto;
enséñanos lo que es la familia, 
su comunión de amor, 
su belleza simple y austera, 
su carácter sagrado e inviolable. Amén

domingo, 30 de diciembre de 2012

ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA


Oración a la Sagrada Familia

Sagrada Familia de Nazaret, comunión de amor de Jesús, María y José,
modelo e ideal de toda familia cristiana, a ti confiamos nuestras familias.
Haz de cada familia un santuario en el que se acoja y se respete la vida: una comunidad de amor abierta a la fe y a la esperanza, un hogar en el que reinen la comprensión, la solidaridad; y en el que se viva la alegría de la reconciliación y de la paz.
Concédenos que todas nuestras familias tengan una vivienda digna en la que nunca falten el pan suficiente y lo necesario para una vida verdaderamente humana.
Abre el corazón de nuestros hogares a la oración, a la acogida de la Palabra de Dios y al testimonio cristiano; que cada una de nuestras familias sea una auténtica Iglesia doméstica en la que se viva y se anuncie el Evangelio de Jesucristo.
Amén.



EL EVANGELIO DEL DIA - LA SAGRADA FAMILIA

Autor: P. Segio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
La Sagrada Familia
Lucas 2, 41-52. Fiesta Sagrada Familia Ciclo C. Después de celebrar la Navidad, ojalá podamos ser un poco más semejantes a aquella Familia de Nazaret.
 
La Sagrada Familia
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-52


Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando." El les dijo: "Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Oración introductoria

Dios mío, quiero ocuparme en tus cosas, que sepa revestirme de las actitudes de Cristo en mi corazón y en mis obras, abrazándome a la cruz y al sacrificio, si fuera necesario. Dame la gracia de conocer y de experimentar íntimamente a Cristo en el Evangelio y en el Sagrario.

Petición

Jesús Niño, hazme amarte con un amor real, personal, apasionado y fiel.

Meditación del Papa

Después, en los Evangelios, José aparece sólo en otro episodio, cuando se dirige a Jerusalén y vive la angustia de perder al hijo Jesús. San Lucas describe la afanosa búsqueda y la maravilla de encontrarlo en el Templo – como aparece en el quinto panel –, pero aún mayor es el estupor de escuchar las misteriosas palabras: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?". Esta doble pregunta del Hijo de Dios nos ayuda a entender el misterio de la paternidad de José. Recordando a sus propios padres la primacía de Aquel a quien llama "Padre mío", Jesús afirma el primado de la voluntad de Dios sobre toda otra voluntad, y revela a José la verdad profunda de su papel: también él está llamado a ser discípulo de Jesús, dedicando su existencia al servicio del Hijo de Dios y de la Virgen Madre, en obediencia al Padre Celestial. (Benedicto XVI, 5 de julio de 2010).

Reflexión

Es sumamente hermoso y consolador saber que tenemos a esta maravillosa familia -a Jesús, María y José- como protectora de nuestras propias familias. Pero no sólo. Ellos son también el prototipo y el modelo más perfecto de familia que hemos de imitar en nuestra vida. ¡Cuánta delicadeza, ternura y comprensión reinaría entre esas almas tan singulares! ¡Qué trato tan dulce, cariñoso y respetuoso dispensaría José a María, y Ella a su esposo! Y, ¿cómo sería el amor y la obediencia que animara a Jesús hacia sus padres y de todos entre sí! Sin duda alguna, pasar un rato junto a ellos sería como gozar del cielo en la tierra.

Pero, desafortunadamente, no todas las familias respiran este mismo aire que reinaba en la casita de Nazaret. Ni muchos niños o personas mayores han corrido siquiera la misma suerte que la mayoría de nosotros. Por desgracia, el mundo en el que nos toca vivir padece una grave crisis familiar y, tristísimamente, se va haciendo cada vez más común en las sociedades ricas y bien acomodadas de hoy en día. ¡Cuántos hogares rotos! ¡Cuántas familias destruidas! ¡Cuántos niños que no conocen lo que es el amor y la ternura de unos padres buenos, la paz y la felicidad de una familia unida! ¡Cuántos bebés que ni siquiera han conocido el calor y los brazos de una madre porque han sido abandonados al nacer –o peor todavía— asesinados y abortados en el seno de su propia madre!

Basta echar una mirada a nuestro alrededor, sobre todo en las grandes ciudades, para contemplar esta dramática situación. Y no me refiero sólo a Europa y a Norteamérica. Desafortunadamente, también en nuestro México y en América Latina comienza a infiltrarse este cáncer mortal. No nos hace daño pensar, en un día como hoy, en todos estos hermanos nuestros que sufren estas carencias o las provocan en los demás. Y, al recordarlos, elevemos una ferviente oración a nuestro Padre Dios por cada uno de ellos.

Se podría tal vez decir que hoy no es un día para pensar en cosas tristes. Y es cierto. Sería más hermoso meditar en la belleza de la Sagrada Familia o evocar hermosos recuerdos de la nuestra. Sí. Pero, por desgracia, lo que estoy diciendo no son inventos o cuentos chinos, sino hechos que suceden a diario. En este caso, evitar esos temas "molestos" sería como taparnos los ojos para no ver la realidad y para evitar sentir en nuestra conciencia el aguijón del pecado y de tantas injusticias que se cometen hoy en el mundo. Sería un pecado gravísimo de omisión, de egoísmo y de comodidad no pensar en los demás o no tratar de hacer algo por ellos.

Recordemos, aquel elocuente testimonio de la Madre Teresa de Calcuta. Ella gritaba al mundo entero: "Si oyen que alguna mujer no quiere tener a su hijo y desea abortar, intenten convencerla para que me traiga ese niño. Yo lo amaré, viendo en él el signo del amor de Dios".

Tal vez podamos preguntarnos qué podemos hacer nosotros, desde nuestra casa, para ayudar a solucionar este grave problema. Nos parecerá que somos impotentes y que nada podemos aportar. Sin embargo, no es así. Te voy a sugerir algo brevemente.

Estamos todavía celebrando estas hermosas fiestas de la Navidad. Acaba de nacer el Niño Dios en Belén y en nuestros corazones. Pues no olvidemos que Jesús, al encarnarse y al hacerse uno de nosotros, se identifica con cada niño y con cada ser humano. Por eso nos dijo que todo lo que hagamos a los demás, lo considera como hecho a Sí mismo; que el que recibe a un niño en su Nombre, lo recibe a Él; y que los ángeles contemplan en cada niño el rostro mismo de Dios.

Por eso, no podemos no pensar, amar y ayudar a los demás. Comencemos por las cosas pequeñas, por hacer aquello que sí está al alcance de nuestra mano realizar. Comencemos por amar y ayudar al niño de la calle que nos pide limosna; enseñemos a nuestros hijos a compartir con los pobres lo que Dios sí nos ha dado a nosotros. ¿Por qué no invitar a un niño pobre o a una de estas familias a cenar un día a nuestra casa? ¿Te parece excesivo? Sugiramos a nuestros niños que le regalen uno de sus juguetes a alguno de esos pobrecitos, o que lo inviten a jugar con ellos, como hacen tantas familias buenas en las Misiones de Semana Santa.

Propósito

¿No sería hermoso, por ejemplo, que se organizaran varias de nuestras familias para ofrecer una cena de Navidad o de Año nuevo a otras familias pobres? En lugar de gastar mil pesos más en bagatelas y caprichos nuestros, ¡démosles un regalo a los pobres! Sí, a ésos que conocemos, a los que vemos todos los días en la calle, tal vez mendigando de nuestro barrio… Si esto hacemos, podremos de verdad llamarnos cristianos y comenzaremos a vivir, con nuestras obras, el auténtico mensaje de la Navidad.

Diálogo con Cristo

¡Cuántas lecciones me das Jesús con tu vida escondida en Nazaret! En ella compartiste la condición de la inmensa mayoría de los hombres: una vida cotidiana sin aparente importancia, vida de trabajo manual, vida sometida a la ley de Dios, vida en familia, pero siempre sabiendo dar el lugar que le corresponde a Dios nuestro Señor. Ayúdame a santificarme, con tu gracia en las actividades ordinarias de este día.


Conoce más sobre esta fiesta de la La Sagrada Familia ¿Cómo era la Sagrada Familia?




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Cordova LC

    viernes, 30 de diciembre de 2011

    LA SAGRADA FAMILIA - 30 DE DICIEMBRE


    San José, patriarca. Es el jefe de la familia
    Es el jefe de la familia y actúa siempre como Dios le manda, muchas veces sin comprender el por qué de lo que Dios le pide, pero teniendo fe en Él.

    Cuando se entera que María estaba embarazada piensa en abandonarla porque la quería mucho y no deseaba denunciarla publicamente (como era la costumbre de la época), pero el Ángel de Dios se le apareció en sueños y le dijo que lo que había sido engendrado en el vientre de María era obra del Espíritu Santo y que no temiera en recibirla.
    "Al despertarse, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa". (Mt:1-24,25)

    Cuando nace el niño, él le pone el nombre de Jesús, como el Ángel le había dicho.
    "ella dió a luz un hijo,y él le puso el nombre de Jesús" Mt:1-25
    Luego, cuando Herodes tenía intenciones de matar al Niño Jesús y ante otro aviso del Ángel del Señor, José toma a su familia y marcha hacia Egipto.
    Por último,con la muerte de Herodes y ante un nuevo aviso del Ángel de Dios, lleva a su familia a instalarse en Nazaret.
    Debemos agregar que José acepta a Jesús y lo ama como si fuera hijo suyo.
    Jesús recibe de José la educación de "padre adoptivo" o "padre terrenal" que este le brinda aprendiendo, entre otras cosas, el oficio de carpintero.

    Desde el momento de la Anunciación,
    María es el modelo de entrega a Dios.
    En la Anunciación,
    María se pone en manos de Dios, a su entera disposición.

    "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho" Lc:1-38

    María cría y educa a su hijo en medio de una situación difícil y con muchas carencias materiales; pero lo cría y educa con sobreabundancia de amor.

    Ella fue vislumbrando lentamente el misterio trascendente de la vida de Jesús, manteniéndose fielmente unida a Él.

    "Su madre conservaba estas cosas en su corazón" Lc:2-52
    María y José fueron sus primeros educadores.
    Jesús aprende el oficio de carpintero de su padre adoptivo José.

    "El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la Gracia de Dios estaba con Él" Lc:2-40

    Cuando Jesús se queda en el Templo,a los doce años,
    se puede pensar que desobedece a sus padres y que eso está mal.
    No es así, Jesús demuestra en este hecho su plena independencia con respecto a todo vínculo humano cuando está de por medio la Voluntad de su Padre y la Misión que Él le ha encomendado.
    "¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" Lc:2-49
     


    En la Sagrada Familia Dios nos muestra la forma de comportarnos de acuerdo al rol que nos toca vivir a cada uno, teniendo a los integrantes de ella como ejemplos de vida.
    Dos aspectos se destacan en la vida de la Sagrada Familia:

    La Fe en Dios.
    La Fidelidad a la Voluntad de Dios.

    Estos dos aspectos son los que debemos tener y acentuar nosotros en nuestras vidas.

    UNA FAMILIA FELIZ PORQUE AHÍ ESTABA DIOS


    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Una familia feliz porque ahí estaba Dios.




    Una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.

    Una familia feliz porque ahí estaba Dios.

    Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Una familia formada por José, María y el Niño Jesús. Era una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.

    Feliz porque ahí estaba Dios. Una familia feliz porque ahí se rezaba todos los días. Feliz porque ahí se trabajaba con paz y con amor. Allí se amaba la vida, allí se amaban entre ellos con un grandísimo corazón.

    ¡Cuánto necesitamos nosotros que esa Sagrada Familia nos ayude a recuperar muchos valores familiares que se ha llevado el viento!

    ¡Oh Familia de Nazareth, qué pocos elementos te bastaron para ser una familia feliz y hermosa! ¡Cómo necesitamos que vuelvas a injertar en nuestros hogares, en nuestros corazones, esa maravillosa gama de virtudes que tiene la familia!

    Todos los que quieran saber cuál es la familia más maravillosa deben visitar Nazareth, y preguntar a José a Jesús y a María cómo se puede ser feliz en familia.

    jueves, 29 de diciembre de 2011

    QUISIERA TENER UNA FAMILIA ...


    Quisiera tener una familia
    Autor: Gustavo Velázquez Lazcano, LC | Fuente: Catholic.net



    Quisiera tener una familia

    Mañana Fiesta de la Sagrada Familia. Con mi nacimiento, no sólo haré sagrada la familia, sino que les enseñaré a vivir en ella.

    El arcángel Gabriel permanecía de pie sobre un precipicio, y tenía su mirada puesta en Nazaret. Procuraba serenarse, pues la grandeza de su nueva misión le sobrecogía. Dentro de unos momentos, bajaría a la tierra y daría el mensaje más grato que hombre alguno hubiese escuchado jamás.



    - ¿Listo para bajar a la tierra? -oyó tras de sí.

    -Claro, Señor -le respondió el arcángel con una sonrisa-, aunque te he de decir que nunca he estado tan nervioso.

    - Es normal, sientes que la misión te sobrepasa. Pero créeme, tú eres el ángel indicado… tú eres mi mensajero -señaló, recordándole el significado de su nombre.



    Después, ambos bajaron otra vez la cabeza y posaron su mirada en María, quien aseaba con cuidado la casa de sus padres.

    -Señor -dijo el arcángel con reverencia, sin dejar de ver a María-, ¿por qué quieres tener una familia? Digo, que te hagas hombre, jamás lo comprenderé; pero, que quieras ser en todo igual a ellos y que desees recorrer todas las etapas de su vida… creo que me cuesta un poco más -suspiró.

    Jesús miró con amor al arcángel, y respondió:

    -Gabriel, me alegra escuchar tu pregunta -exclamó con verdadera felicidad. Tú sabes que los planes divinos siempre son razonables -Hizo una pausa—. Bueno, razonables a nuestra manera —dijo, sonriendo con dulzura-. Tú piensas que no hay necesidad para encarnarme en una familia, pero Yo te digo que no hay nada más acogedor y necesario. Acogedor, porque cuando Yo me encarne y abrigue en su seno, me sentiré tan confortado como en la Trinidad misma, pues la familia es su mismo reflejo. 



    El ángel quedó boquiabierto ante esta increíble revelación. Dentro de sus múltiples conocimientos, jamás habría reparado en esta grandiosa verdad.



    -Y es necesaria -continuó el Señor-, porque ejerce un papel fundamental en la sociedad humana: es su corazón mismo. Desde ella, se edifican las naciones o se destruyen los pueblos. Ella es la cuna del progreso y la salvaguarda de las buenas costumbres. ¡Ya te imaginarás cuán grata es para mi corazón! -Hizo una breve pausa, y continuó—: Con mi nacimiento, no sólo haré sagrada la familia, sino que les enseñaré a vivir en ella.



    El ángel titubeó un momento, asombrado como estaba por las palabras de su Señor.

    -Pero -vaciló-, ¿podrán imitar los hombres a una familia perfecta?, ¿no se desalentarán?

    -Por supuesto que podrán: porque será perfecta según Dios, no según los hombres. Será perfecta por sus integrantes, no por sus posesiones; por sus virtudes, no por sus apariencias. Y, aunque sea perfecta, no carecerá de penalidades. ¡Imagínate!, llegaré al mundo como un niño no buscado; porque mis padres, María y José, se han propuesto vivir como hermanos. Por eso, tu anunciación será una contradicción para mi madre, quien escogió la virginidad para agradar a Dios, y a la vez inquietará a mi padre, quien desconocerá la sobrenaturalidad del embarazo —concluyó, expresando lo venidero.



    -Bueno -dijo Gabriel-, pero esa situación no incumbe a todas las familias: sólo a unas cuantas.

    -Tienes razón, Gabriel. Aunque sábete que sí es necesario que padezcan estos problemas, pues son aprietos que desgarran el alma. Pero, para satisfacer tu curiosidad, te diré que mi familia será, sobre todo, modelo de amor: y el amor, es una virtud que todos pueden imitar. Por darte un ejemplo, te diré que Yo seré perseguido desde mi nacimiento, y, sin embargo, mis padres preferirán expatriarse a entregarme a la espada. Ya verás después cómo se persigue a la familia, y comprenderás lo heroico que resulta abandonar el propio país para salvar a los seres queridos.



    El ángel volvió a repasar meditativo las palabras de su Señor con una mezcla de asombro.

    -Señor -se atrevió a decir-, Tú sabes que nosotros, los ángeles, no tenemos familia. Tú nos formaste a cada uno por separado, al igual que formas las almas de los hombres; pero sin concedernos descendencia ni ascendencia. Nosotros desconocemos qué es tener un padre o una madre, hijos o hermanos. Por eso, disculpa mi pregunta: ¿podrías decirme qué beneficios encierra una familia?

    -¡Claro! El primero y el más grande, es el amor que se fomenta e intercambia entre sus miembros: éste produce una profunda alegría. El segundo, que es su consecuencia, es la unidad: ésta impregna el ambiente de verdadera amistad. Y el tercero, es su capacidad de influir en la sociedad, impregnándola de las virtudes familiares.



    -Señor -dijo el ángel emocionado-, ¡qué grandiosa debe ser una familia!



    -Y lo es Gabriel... ¡sí que lo es! Ahora comprendes, ¿por qué quiero una?



    -Sí, Señor -exclamó radiante-. Y tanto que yo también quisiera tener una familia.



    Acabado el diálogo, Gabriel descendió, enviado por Dios, a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen llamada María. Y entrando, le dijo:

    -Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

    Ella se preocupó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:

    -No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios...

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